Al día siguiente.
Xenia se levantó temprano porque hoy iba a visitar su nueva empresa.
En realidad, la verdadera razón era que Diego tenía que trabajar y Bernabé iba a seguir a Diego a la empresa. Así que Bernabé se despertó temprano, y como resultado Xenia tampoco pudo dormir, así que se levantó.
Los dos se asearon brevemente, Xenia mandó a Bernabé abajo y desayunamos todos juntos antes de que Diego llevara a Bernabé a la oficina.
Antes de irse, Diego le dijo a Xenia, -Puedes volver a dormir un rato por lo que todavía es muy temprano. La secretaria Carmen vendrá a verte más tarde. -
Los ojos de Xenia se abrieron llenos de sorpresa al oírle decir eso, - ¿Podré dormir un poco más? ¿Vendrá la secretaria de Carmen a buscarme en cuanto me acueste? -
Al verla así, Diego no pudo evitar sonreír, -No, tiene otras cosas que hacer por la mañana, no te preocupes. -
Al escuchar a Diego decir eso, Xenia también comprendió, parecía que Carmen seguía ocupada en la mañana.
Así podía volver a dormir unas horas más en paz.
-De acuerdo. -
Xenia regresó al segundo piso, dispuesta a volver a su habitación y dormir un poco más. Pero al pasar por alguna habitación, la puerta se abrió de repente y una mano salió de la habitación y la atrajo hacia dentro.
Xenia se sobresaltó, pero después de ver que la persona era Naomí, se calmó, - ¿Naomí? -
-¿Recuerdas mi nombre? Siento que te has olvidado de mí en los últimos dos días, ¿eh? -
Los brazos de Naomí estaban cruzados mientras refunfuñaba enfadada con Xenia.El pelo de Naomí estaba desordenado y su estado mental parecía muy mala.
-¿Es así? Pero antes dijiste que estabas enferma y que tenías que descansar en tu habitación, así que ¿cómo iba a venir a molestarte? -
-¡Sabes que era una excusa, y ahora la usas para burlarte de mí! -
Xenia se apresuró a dejar de bromear con ella y la tranquilizó, -No te preocupes, no te olvidaré. Hoy vamos a revisar la oficina, así que apresúrate y refréscate, maquíllate y luego baja al comedor a desayunar. -
-¿A desayunar? Pero…-
-Diego va a trabajar, no te preocupes.-
Al instante, Naomí se sintió conmovida y se abrazó al brazo de Xenia, -¡Xenia, eres demasiado buena conmigo! Entonces, ¡voy a cambiarme ahora! -
-No hay prisa, ve a desayunar primero después de lavarte. Iremos a la empresa más tarde, ahora mismo voy a volver a dormir un poco más. -
Con eso, Xenia se llevó la mano a la boca, bostezó y salió de la habitación de Naomí.
Cuando Xenia volvió a despertarse, era casi mediodía. Miró su teléfono y se preguntó por qué Carmen no había llegado todavía.
Xenia se levantó y planeó ir al salón para ver si Carmen había llegado ya, sólo para ver a Carmen y a Naomí charlando muy alegremente encima del sofá de abajo justo cuando ella bajaba. Sólo cuando oyeron los pasos de Xenia, las dos levantaron la vista.
-Secretaria Carmen, ¿cuándo has llegado? ¿Por qué no me despertaste? -
Carmen sonrió ligeramente y dijo suavemente, -Señorita Xenia, acabo de llegar hace diez minutos, poco después de sentarme. -
-¿De verdad? - Xenia miró a Naomí, que le respondió con la cabeza, -Más o menos, pero, si duerme otra media hora o una hora más, seguramente la secretaria Carmen también le perdonará. -
Xenia, -…-
Xenia tosió, luego miró la hora que aparecía en su teléfono y cambió de tema, -Ya es tarde, ¿por qué no comemos juntos y luego vamos a ver la nueva empresa? -
-Lo secundo.- Carmen sonrió y asintió, y Naomí, por supuesto, estuvo de acuerdo.
Después de que las tres subieran al coche, Naomí preguntó, agarrando su bolso, -Por cierto, ¿a qué nueva empresa vamos? -
-¿No te dijo la señorita Xenia que estáis a punto de tener vuestra propia empresa?-
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