Esposa falsa de Simón romance Capítulo 374

-¿Soy orgullosa?- Al oír eso, Xenia sonrió ligeramente, -Creo que te equivocas, deberíais ser vosotros los que fuerais orgullosos. Además, ya he dicho que es un honor para todos vosotros venir a trabajar a mi empresa. Pero no me gusta obligar a los demás, ya sea en un trabajo o en una relación, tiene que haber voluntad, de lo contrario, aunque sigáis trabajando en mi empresa, no podréis diseñar un buen trabajo.-

Lo que Xenia estaba haciendo ahora podría describirse como un estímulo.

Los miembros de este equipo tenían demasiada confianza en sí mismos, y si no se les daba un pequeño empujón, seguro que no conseguirían el efecto que quería Xenia.

-¿Qué estás hablando? Todos somos diseñadores geniales, ¿cómo íbamos a dejar de diseñar un buen trabajo por tu culpa? Vaya, qué interesante, me voy a quedar a ver si tú, la jefa, eres digna de nuestro equipo. - No esperaba que este método funcionara mejor con Isidora.

Maya guiñó un ojo, -Soy igual que Isidora.-

Felix cruzó los brazos sobre el pecho y miró a Xenia con una sonrisa, -Lo que más me gusta es la jefa guapa, yo también me quedo. -

-Ya que Isidora se queda, entonces definitivamente yo también me quedo. - Ernesto se acercó al lado de Isidora y dejó clara su posición.

Y Eva Obregón era una chica muy amable, y le gustaba el sueldo, así que no dijo nada más.

Sin embargo, Bianca se apresuró a volverse hacia el joven solitario que estaba sentado dentro y le preguntó, -David, ¿te quedas? -

Los ojos de todo el mundo se dirigieron al instante hacia allí.

Fue en ese momento cuando Xenia se fijó en el joven sentado en el rincón, el chico por fin levantó la cabeza, seguía frío, no había nada en sus ojos, miró a Xenia, luego se levantó enseguida y se fue a la otra habitación.

Los demás, -…-

Carmen se acercó a Xenia y le dijo, -Este chico, David, es el mejor miembro dentro del equipo, pero tiene una personalidad rara. -

-¿Rara? - Xenia sintió un poco de curiosidad al pensar en la cara del chico, sintiendo como si hubiera una pizca de terquedad en ella, y preguntó, - ¿Por qué dices eso? -

Naomí también sentía curiosidad y se acercó a escuchar.

-Su personalidad ya no se describe acertadamente como orgullosa, más bien era retraída, nunca se relacionaba con los demás. Siempre actuó solo hasta que le propuse trabajar conmigo. En un principio, pensé que rechazaría definitivamente mi oferta de cooperación, pero cuando se enteró del salario, acabó aceptando-

Al oír esto, Xenia asintió, -Ya veo. -

Naomí estaba un poco fascinada, -Aunque su personalidad es un poco extraña, pero es un tipo guapo. -

Al oír esto, Bianca, a un lado, le advirtió inmediatamente, - ¡David es el que me gusta, no te está permitido que te guste! -

Tras decir eso, Bianca se dio la vuelta y corrió hacia la habitación a la que acababa de ir David, gritando mientras corría, - ¡David, espérame! -

-Esta chica se llama Bianca, y has visto su perfil. Se dirigió a mí por iniciativa propia porque David se va a integrar en esta empresa, así que ella también quiere hacerlo. -

-Ajá… - Naomí no entendió al principio, cuando Carmen lo explicó así, entonces comprendió, - Así que Bianca es la pretendiente de David, es tan valiente al perseguir el amor mientras trabaja. - Después de decir eso, Naomí miró la espalda de Bianca y sintió un poco de envidia.

Envidió la valentía de Bianca.

Cuando Naomí viera al chico que le gusta, sería como si un ratón viera a un gato, incluso trataría de desaparecer en el lugar. Además, el chico que le gustaba probablemente ni siquiera sabía cuál era el motivo por el que se había escapado, y todo era como si estuviera representando un espectáculo en solitario.

Pensar en ello hizo que Naomí volviera a tener muchos remordimientos.

Si tan sólo tuviera la mitad, oh no, una décima parte del valor de Bianca, pensó para sí misma.

-Muy bien, vosotros volved al trabajo, la empresa acaba de ser creada y puede ser un poco ligera en los primeros días, así que podéis aprovechar este tiempo para encontrar la inspiración. -

Carmen sonrió ligeramente, -Señorita Xenia, déjeme enseñarle la cuarta planta. -

-De acuerdo. - Xenia asintió y salió del despacho del personal con Carmen.

-De nada. -

-Además, a partir de ahora, puedes llamarme Xenia sencillamente, siempre me llamas señorita Xenia, no estoy muy acostumbrada a oírlo. -

Carmen dudó un poco, - ¿Puedo...? -

-Es normal llamarla así, Xenia no es la clase de persona que crees que es, no le importan los nombres, además nos conocemos desde hace muchos años y siempre la he llamado por su nombre directamente. -

Xenia sonrió y asintió, -Naomí tiene razón. -

-Muy bien entonces, señorita Xenia. -

-¡Y tú llamas a la señorita Xenia una vez más! -

Carmen no pudo evitar reírse, así que volvió a decir, - ¡Xenia! -

-Carmen. -

Las tres chicas se miraron y se echaron a reír juntas.

Después de que Carmen se marchara, sólo quedaron en la oficina Xenia y Naomí.

El sofá era de cuero, no sólo era cómodo al tacto, sino que era aún más cómodo sentarse en él, así que Naomí se quitó los zapatos enseguida y se tiró en el sofá, tumbándose en él y rodando, -Xenia, te envidio de verdad, la vida de las personas es realmente diferente, tienes un hermano que te trata tan bien, ¡incluso mejor que un novio! Oye, ¡estoy celosa de ti! -

Xenia sonrió, no contestó y se sentó en la silla del jefe detrás de su escritorio.

-Por cierto, Xenia, ¿por qué has dicho esas palabras a los miembros de tu grupo hace un momento? ¿No tienes miedo de que se vayan de verdad? Si eso ocurre, la empresa perderá dinero. -

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