Esposa falsa de Simón romance Capítulo 403

Ella no habló, sino que cerró el cuaderno y puso el trabajo de David en la mano izquierda, y luego miró el trabajo de otras personas, mientras les decía los problemas.

-El diseño de Albina es mejor que antes, pero el cambio no es obvio. Si quieres cambiarte, puedes intentarlo de manera más atrevida. Los cambios pequeños no influyen en el patrón de tu diseño.-

Xenia miró el de Maya y luego miró a ella frunciendo las cejas.

-¿Cómo? ¡Ayer me tomé el tiempo de conocer a Florencia! No intentes criticarme con esa excusa.-

Al oír eso, Xenia sonrió y dijo en voz baja, -Maya, ¿crees que estaba buscando excusas para criticarte la última vez, así que intencionalmente muestras tu ira en el trabajo?-

Ella puso su trabajo frente a Maya, -Mira unas cuantas veces, y no olvides cuál es la filosofía de los diseñadores.-

Maya quería decir algo más, pero Xenia no le dio la oportunidad, -El diseño de Isidora es muy bueno. Ha aceptado mis ideas y ha perfeccionado los detalles. Quédate conmigo luego. Si no hay problema, enviaré esta versión a nuestro cliente.-

Isidora se sorprendió un poco, porque no esperaba que su diseño fuera elegido.

Así que miró a Xenia aún más sorprendida y apretó los labios. Pero Ernesto, a su lado, elogió a ella rápidamente al ver que ella fue elogiada por Xenia, -¡Isidora, eres muy excelente!-

-Después de la reunión, Isidora y David, quedaos, tengo algo que deciros.-

Después de la reunión, Maya salió corriendo de la sala de reuniones, y otros salieron lentamente. David estaba sentado en su lugar, con una expresión fría, como un hombre de madera.

Y junto a él estaba Bernabé, que lo estaba mirando con ojos curiosos.

Este hermano tenía un aliento muy frío, pero era muy guapo.

Isidora miró a Xenia con insatisfacción.

-¿Qué quieres decir?-

Tras decir eso, antes de que Xenia hablara, dijo otra vez, -No creas que te vaya a agradecer. Si eres incapaz, ¡no me gustarías!-

Xenia, -...-

Ella la miró ligeramente y luego dijo, -¿Por qué necesito que te guste?-

Isidora, -...-

-Dime qué quieres decir.-

-Se trata de tu trabajo. Aunque los detalles son buenos, todavía hay algunos problemas pequeños.-

-Entonces dime rápido.- Frente a Xenia, Isidora no se sintió cómoda y se pudo decir que Isidora no era una persona muy cómoda.

Xenia le dijo sus ideas, y luego le preguntó cómo creía ella. Isidora abrió bien los ojos, -¿Por qué me preguntas eso? ¿Cómo...?-

-El trabajo es tuyo, así que tienes el derecho de decidir. He dicho lo que quiero decir y piénsalo tú misma.-

Isidora tomó su propio trabajo y se fue directamente.

Después de que se fue, Xenia miró a David.

-David, ven aquí.-

El delgado hombro de David se movió y después de un momento levantó la vista y se acercó a Xenia.

Al ver que el muchacho apretó fuertemente sus labios pálidos y obviamente no quería hablar, Xenia solo puso su trabajo frente a él.

-Con tu estado actual, no puedes diseñar los trabajos para el lanzamiento, y debe ajustar tu estado lo antes posible.-

David miró esas obras y finalmente abrió suavemente los labios.

-¿Todavía no funcionan?-

-¿Cómo?-

-Mis diseños no satisfacen tus requisitos, ¿no? ¿Así que por qué todavía estoy aquí?-

-Vale.- Bernabé asintió con la cabeza, y luego bajó de la silla. Fue al lado de Xenia y la cogió de la mano. Después miró a David con una sonrisa.

-Mamá, vámonos.-

-Bueno.-

Xenia se llevó a Bernabé y David se quedó solo.

El viento que entraba por la ventana sopló y los documentos sobre la mesa volaron. David vio su cuaderno, así que pensó.

¿Talento?

¿Estaba el sol detrás de la oscuridad?

Nadie le había dicho esto nunca.

Pero, ¿cómo atravesaría esta oscuridad y encontraría el sol? David apretó las manos.

-Mamá, el aliento del hermano es muy frío, muy diferente de la gente normal.-

¿No como la gente normal? Xenia recordó su situación que Ines le había contado, y suspiró sin remedios.

Era muy difícil poder tener una mente tan buena en la situación que vivió él. El talento de David debería ser motivado. Otros no podían motivarlo, pero ella sí.

Además, estaba dispuesta a darle una oportunidad para revivir.

Cuando llegaron al primer piso, Naomí corrió hacia ellos.

-Xenia, Xenia. ¡Llega un nuevo cliente!-

¿Nuevo cliente? Xenia miró hacia atrás a Naomí, que corrió hacia ella jadeando y dijo con una cara pálida.

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