Esposa falsa de Simón romance Capítulo 404

Al ver a Naomí jadear, Xenia dijo sin remedios, -¿Por qué corres? Solo recibes al cliente, ¿no?-

Al oír eso, la cara de Naomí se volvió más pálida. Se tragó saliva y dijo secamente, -Pero el cliente quiere verte...-

Xenia parpadeó, -¿Quiere verme?-

Naomí asintió enérgicamente.

Su cara era muy fea y la respiración no era estable. Normalmente aunque corría muy rápido y su respiración no era estable, la cara no debería estar tan pálida como el papel.

Su cara fea mostró que había pasado algo. Ese cliente...

De repente a Xenia se le ocurrió algo. Miró a Naomí y sus labios se movieron.

Naomí mordió el labio inferior pero evitó su vista.

Xenia sintió que su corazón latía fuertemente. Sin dudarlo, Xenia dijo a Santino, -Santino, envía a Bernabé a casa y di a mi hermano que pasa algo en la compañía y tengo que resolverlo. Volveré en taxi más tarde.-

-Pero...- Santino dijo al oír sus palabras, -Pero Diego ordenó...-

-Santino, no te preocupes. Solo voy a resolver el problema y no voy a usar la mano. Deja que mi hermano no se preocupe.-

-Bernabé, vuelve primero con Santino y volveré más tarde, ¿vale?-

Al ver que las caras de su mamá y Naomí no eran muy buenas, asintió, -Bueno, mamá. Santino, volvemos primero. Le diré a mi tío la situación de mi mamá.-

Santino asintió y se fue con Bernabé.

Xenia respiró hondo y miró a Naomí.

No había color en los labios de Naomí, como si estuviera muy asustada.

Durante estos cinco años, rara vez se veía así.

Solo cuando dio a luz a Bernabé y derramó mucha sangre, Naomí, a su lado, se volvió pálida por susto e incluso no había color en los labios.

No esperaba que la viera así otra vez.

Xenia adivinó quién era esa persona.

-Vamos.- Tomó la mano de Naomí y Naomí fue tirada hacia adelante como un títere.

Cuando entraron en el ascensor, la expresión en la cara de Xenia seguía siendo muy tranquila. Naomí parpadeó, -¿Por qué no me preguntas?-

-¿Cómo?- Xenia la miró.

Naomí sintió que Xenia estaba extremadamente tranquila. Por lo general si otros la vieran así, le preguntarían qué había pasado, pero ella no preguntó, sino estaba tan tranquila. Esto significó...

-¿Lo sabías hace mucho tiempo?- Cuando Naomí le preguntó, la voz temblaba un poco.

Xenia no respondió a su pregunta sino miró hacia el suelo.

La mano fue agarrada por Naomí y ella preguntó emocionada, -Whatsapp, la persona que me hiciste añadir a la lista negra por la mañana es él, ¿verdad? Xenia, ¿vas a subir a verlo?-

Al oír eso, Xenia sonrió y miró los ojos de Naomí. Ella dijo en voz baja, -¿Por qué no lo veo?-

Su mirada estaba muy tranquila. Parecía que no estaba muy preocupada por el asunto en absoluto, y sus emociones no se vieron afectadas, -No importa quién es, siempre y cuando sea nuestro cliente.-

Naomí, -…-

Ella soltó la mano de Xenia poco a poco, y finalmente se apoyó contra la pared.

Justo en ese momento, se abrió la puerta del ascensor.

Xenia se fue tranquilamente, pero Naomí seguía apoyada contra la pared.

Xenia... ¿De verdad ya no te importaba?

En la oficina.

Simón miró a su alrededor, y descubrió que el estilo de la oficina era particularmente vibrante. Había flores de estrellas sobre la mesa. Aunque Simón vio esta flor por primera vez, le gustaba mucho.

Su corazón latía rápidamente.

Al verla así, Xenia se sintió sin remedios. Esta chica...

Luego miró a Simón y sonrió.

-Por favor siéntate.-

Simón, -...-

Imaginó innumerables veces la escena de su encuentro.

Pero nunca pensó que la reacción de ella sería así.

Sin tristeza, sin enojo, sin sorpresa, sin alegría...

Nada.

Su mirada era muy tranquila, e incluso su sonrisa no llevaba ninguna emoción.

Los ojos de Simón se volvieron muy oscuros. ¿Estaba tan tranquila cuando lo vio?

Pero él estaba muy emocionado porque iba a verla, ¿no? Estos días había estado muy emocionado.

Xenia lo hizo sentarse y luego ella se sentó frente al sofá.

En la oficina reinó el silencio. Finalmente el hombre se sentó en el sofá y luego dirigió su ardiente mirada a ella.

Justo en ese momento Naomí entró con café.

En comparación con Xenia, Naomí no estaba nada tranquila, pero en este momento estaba mucho mejor y pudo llevarle el café a Simón.

-Toma.-

Luego Naomí llegó al lado de Xenia.

-Lleva la lista de precios de nuestra empresa a este señor.-

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