Esposa falsa de Simón romance Capítulo 418

Xenia volvió a la oficina. No pasó mucho tiempo hasta que llegó la hora de dejar el trabajo.

Porque hoy había pasado demasiado tiempo fuera ni tenía un coche para conducir después del trabajo, Naomí y Xenia tuvieron que prepararse para tomar un taxi de vuelta.

Los ojos de Naomí se abrieron cuando escuchó que su coche había sido embestido por detrás. -¿Por detrás? ¿Qué te pasa?-

Xenia tenía un poco de dolor de cabeza y se rió levemente. -Probablemente no tengo experiencia.-

-Sin experiencia, ¿en serio? ¿Crees que es el primer día que te conozco? Conduces con mucho cuidado. Algo debe estar afectándote.-

Xenia dio un respingo. Era verdad que Naomí la conocía muy bien.

Cinco años de amistad les habían hecho conocer muy bien los hábitos y habilidades de la otra.

Xenia no tenía manera de esconderse, sólo tenía una leve sonrisa.

-Dime la verdad. ¿Te ha hecho algo ese cabrón de Simón?-

Hablando de Simón, Xenia pensó en lo que le había dicho esta tarde. Dijo que estaba casado, pero luego le hizo esas cosas extrañas. Incluso...

-No.- Ella lo negó al instante.

-¿No? Entonces, ¿por qué te has pasado el accidente?-

-Estuve pensando en el diseño. Florencia va a estar en el lanzamiento en unos días, ¿verdad?-

Xenia se apresuró a desviar la conversación. Y Naomí, una chica inocente, en cuanto escuchó a Xenia mencionar el lanzamiento de Florencia, sus ojos brillaron. -El traje está casi listo. Se entregará primero en nuestra oficina y luego lo mandaremos a Florencia. Este es el primer trabajo de diseño de nuestra empresa después de la apertura..-

-Sí. Primer diseño es muy coleccionable. Recuerda marcar el nombre del diseñador como el de Isidora. Y hazle una foto para que la conserve.-

Naomí no pudo evitar hacer una mueca cuando le escuchó. -Aunque el trabajo fue diseñado por ella, fue dirigido por ti. Y además ella está ahora bajo nuestra compañía. Está bien etiquetar su nombre, pero es necesario añadir el nombre nuestro.-

Xenia se rió, -¿Por qué piensas demasiado?-

-Huh. Eso no es malo. Es sólo una manera de hacer que nuestra empresa sea más famosa.-

-Bien. Hablaremos con Isidora al respecto.-

-Sí.-

Las dos charlaron mientras subían al autobús.

Xenia no había subido a un autobús en años. Porque no era muy conveniente viajar en autobús con tacones, especialmente en horas punta como esta.

Así que cuando Xenia y Naomí volvieron a la casa de Leguizamo. Las dos parecían un poco cansadas.

Se miraron y luego sonrieron.

El día siguiente resultó ser un fin de semana. Así que Xenia se quedó en la cama hasta casi el mediodía.

También era raro que el tiempo fuera estupendo, y estaba libre. Así que Xenia planeó llevar a Bernabé a la escuela que había estado mirando. Si a Bernabé le gustara también, dejaría que se quedara allí durante una semana.

-Mamá mamá. ¿Realmente vamos a ir a la escuela hoy?-

-Sí.- Preguntó Bernabé, estirando el cuello mientras Xenia estaba ordenando la ropa suya.

-Así que mamá no me va a dejar en la escuela hoy, ¿verdad?- Bernabé se abrazó al brazo de Xenia en señal de lástima con una mirada de agravios.

Xenia se congeló por un momento, entonces se rió ligeramente y dijo. -No, en absoluto. Si a Bernabé te gusta, puedes ir a la escuela durante una semana para acostumbrarte. ¿Cómo es eso?-

Bernabé obviamente no quería ir. Ya había terminado todos los conocimientos de escuela por sí mismo. Incluso Bernabé creía que podía dejar de ir a la escuela.

-Bernabé. ¿Intentas fastidiarme?-

-Naomí. ¿Por qué me estás pinchando en el culo? Bernabé tiene los ojos muy abiertos con una mirada de pura ignorancia.

Diego miró de nuevo por el espejo retrovisor.

Finalmente, Naomí sólo pudo lanzar una mirada suplicante a Xenia, que sonrió ligeramente. Entonces los ojos se desviaron con naturalidad, fingiendo que no había visto nada.

Sin embargo, Bernabé era un niño. Pero este pequeño era realmente listo. Era increíble que creyera las oportunidades para Naomí y Diego.

Si Naomí fuera su cuñada. Parecía que...también era bueno?

-¿Lo he hecho? Tienes la sensación equivocada, ¿verdad? Fue Xenia quien te pinchó.- Naomí echó la culpa a Xenia.

Xenia hizo una pausa, riendose. -¿Fui yo? Pues lo he hecho entonces.-

Naomí escuchó eso y la cara de Naomí se puso enroja.

Se sintió aún más embarazoso que la negación de Xenia. Si ella lo negara, entonces todavía había una posibilidad de replicarlo. Pero esta mirada de Xenia admitiéndola en un tono de impotencia, como si no tuviera más remedio que hacerlo.

Diego frente a ella no hizo ningún ruido ni miró hacia ellas. Naomí respiró aliviada. Al mismo tiempo sintió un poco de pérdida en su corazón.

Un hombre que había sido soltero durante tantos años. Era como una piedra.

Para que la piedra florezca, no era fácil...

Vaya. Chico guapo es realmente sólo un sueño, nunca le pertenecerá.

Sólo que Diego seguió soltero hasta ahora, esto hizo que volviera a sentirse esperanzada.

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