Vale. Había tantas cosas sucedidas que era como un sueño para Isidora.
Nunca esperaba ser invitada a presentarse en la escena. Después de ver lo que sucedió allí, Isidora no sintió nada de desesperación por la destrucción de la obra.
Valdría la pena llegar si tomase algunas fotos más.
Después de todo, vio a Simón, y las famosas estrellas de la pantalla como Ángela y Florencia.
Cuando era una diseñadora desconocida, aunque tenía trabajos excelentes, no podían ser comparados con los de esos equipos de nivel avanzado sin mencionar una oportunidad así.
Luego de tomar las fotos, algunos de vista aguda de repente descubrieron que la falda que se vestía Florencia era muy especial, gritando.
-Señora Florencia, el vestido que se viste hoy es tan particular. Si mal no recuerdo, será la obra de Shelly, aquella diseñadora extranjera, ¿verdad?-
Habría salido de la escena, pero se le preguntó así, los pasos de Florencia de repente pararon. Lo hizo Ángela también, desconcertada al verla a Florencia.
Sonrió levemente, -De verdad conoces los productos. Este es ciertamente el diseño de Shelly.-
-Lo he visto antes cuando estaba invitada en un evento en el extranjero. Dijeron que fue comprado en la subasta por un hombre misterioso con un gran precio. Después, nadie lo había visto. Muchos lo pidieron, pero resultó en vano. Sin embargo, la señora Shelly nunca volvió a diseñar la misma pieza. ¿Cómo lo consiguió, señora Florencia? ¿Fue usted la que pagó el dinero de gran cantidad?-
Florencia parpadeó. La vista cayó precisamente sobre Xenia que se sentaba en la butaca de la sala. Xenia sacudió ligeramente la cabeza y Florencia lo entendió enseguida, sonriendo suavemente, -Bueno, adivinad.-
Habría querido invitar a Xenia al escenario, pero respetó su voluntad que no lo deseó. Florencia cumplió con ella, dando al público una respuesta vaga, sin negación ni reconocimiento.
Luego, los saludó moviendo la mano y giró un círculo cogiendo el dobladillo de la falda.
-Bien. Mi evento terminó. Fans y amigos de los medios, nos vemos otro día.-
Al hablar, se llevó la falda y se dirigió al backstage.
Cuando vieron la situación los reporteros, salieron corriendo del lugar con sus cámaras, listos para esperarla en que estaría.
Ángela lo notó y se puso enfadada repentinamente, pero fue detenida por el agente a su lado.
-Aquí es la escena. No dejes que te fotografíen. Vámonos.-
-¿Qué más da? ¿Qué pasará con la obra de la diseñadora? ¿Quién es Shelly? ¿Cómo es que nunca la he oído? Se han sorprendido de lo normal. No me molesto en mirarlos.-
Se dio la vuelta al terminar hablar y se fue. Cuando vio la falda que se viste por sí misma, Ángela pensó en Diego. Luego levantó los labios y sonrió triunfalmente.
En cuanto se convirtiese en la señora del grupo Leguizamo, ¡pisotearía a todas esas personas!
*
Xenia observó que la actividad estaba a punto de acabar, así que planeó levantarse y llevarse a Naomí y Isidora. No se sabía que la muñeca fue apretada y la empujaron hacia atrás en el asiento cuando se levantó.
Giró la cabeza y vio a Simón sosteniendo su mano, mirándola pensativamente.
-¿Qué estás haciendo? Déjame ir.- lo regañó Xenia.
Simón entornó los ojos, -¿Te tornas hostil tan rápido?-
Al mirar esa escena, a Isidora y Naomí se les parpadearon los ojos, y luego se sentaron en sus asientos como si no hubiesen visto nada.
A su alrededor parecía haber miradas fijas, Xenia se avergonzaba y quería evitarlas, por lo tanto, solo pudo bajar la voz diciendo, -Date prisa y suéltame. Todos están mirando. Este es el acto inaugural. ¿Quieres ser reconocido?-
-¿Qué más da si fuese así?- Simón arqueó las cejas.
Tuvo razón porque sería brillante dondequiera que se adentrase, así que no se preocupó por ser reconocido por los demás.
Sería mejor que lo reconociesen porque se convertiría en el centro de atención.
-¿Está bien?-
-No hemos hecho amigos todavía.- La verificación de amigo de Simón vino en un instante, y luego su cuerpo alto se le inclinó. Se podía sentir también el aura masculina que se precipitó con fuerza, -Apruébala rápido.-
La apariencia se parecía mucho a un niño que quería dulces. Xenia no tuvo otro remedio que aceptarlo rápidamente.
-¿Está todo bien?-
Al ver que finalmente se mostraba en su móvil el mensaje de que se había hecho amigos, se le levantó inconscientemente un hermoso arco en la comisura de la boca de Simón, y luego dijo con frialdad como si hubiese recordado algo, -¡No me elimines de la lista de amigos después de que regreses!-
Xenia, -Tú ...-
Ella iba a decir que cómo lo sabía él, pero le pareció innecesario al pensar dos veces, así que solo asentí con la cabeza.
-Está bien. No lo haré. ¿Podríamos irnos ahora?-
Simón apartó las piernas con satisfacción. Xenia exhaló un suspiro de alivio y se levantó para irse.
Cuando se puso de pie, se dio cuenta de que estaba roto el tacón de uno de los zapatos. Se le olvidaba de eso cuando se discutían entre sí con atención en ese momento.
-Ah, Xenia, ¿qué vas a hacer ya que el tacón está roto?- Exclamó Naomí.
Xenia se sentó de nuevo, viendo los tacones de sus zapatos, melancólica.
Por eso, se quitó el otro zapato directamente, y los sostuvo en la mano. Pisaba en el suelo frío con los tiernos pies blancos y susurró, -Salgo así primero...-
Simón, al lado de ellas, la vio así, sintiendo que sus pies blancos como la nieve eran extremadamente deslumbrantes. Entrecerró los ojos peligrosamente.
Un segundo después, el hombre alto de repente se levantó y luego abrazó por la cintura a Xenia que se descalzaba.
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