A Bernabé le pareció oír la voz de Xenia, así que abrió los ojos y se volvió hacia ella con una sonrisa.
-Buenos días, mamá.-
Xenia se quedó atónita un momento, luego sonrió con cariño y se acercó a frotarle la cabeza, -Ve a desayunar, y luego te llevaré al colegio.-
-¡Sí!-
Bernabé asintió enérgicamente antes de ir a lavarse los dientes y la cara.
Los dos se refrescaron y salieron juntos de la habitación para prepararse para el desayuno, pero solo vio Diego quien era el único que estaba sentado en el salón.
-Tío.- Bernabé vio a Diego y corrió hacia él y se puso en sus brazos. diego lo abrazó y le preguntó, -¿Listo? Te llevaré a desayunar y luego a la escuela.-
-¿Por qué?- Bernabé estaba un poco confundido, -¿No está la tía Naomi haciendo el desayuno hoy?-
Diego se quedó en silencio en un raro momento.
Diego pensó que Naomi no aparecería hasta que él se fuera.
-Sí, ¿aún no se ha levantado Naomi?- Xenia pensó que era extraño porque, aunque Naomi hubiera dormido hasta tarde anoche, se habría despertado temprano.
-Iré a ver su habitación, probablemente aún esté durmiendo. -
Dijo Xenia y estaba a punto de acercarse a ella, pero Diego la detuvo.
-No te vayas.-
Xenia se detuvo en sus pasos y luego volvió a mirar a Diego interrogativamente, -¿Por qué?-
Ante la mirada interrogativa de Xenia, Diego se sintió de pronto demasiado avergonzado para explicarse, tuvo que inventar una excusa al azar, -Casi no hay tiempo, déjala dormir, salgamos a desayunar y luego puedes llamarla para que venga.-
Xenia miró la hora y pensó que Diego tenía razón, así que asintió sin pensarlo mucho. Cogió su propia bolsa de oficina, se llevó a Bernabé con ella y se fueron los tres juntos.
Mientras esperaba el ascensor, Xenia llamó a Naomi dos veces, pero ésta no llegó a contestar.
-¿por qué no contesta al teléfono?- susurró Xenia.
Diego, que estaba a su lado, escuchó esto y por alguna razón se sintió un poco avergonzado, entonces miró el teléfono de Xenia y sugirió, -¿Por qué no le mandas un mensaje?-
Xenia estaba confundida, -Ni siquiera puedo despertarla llamándola, ¿puedo despertarla enviándole un mensaje? Intentaré llamarla de nuevo.-
Pero justo en ese momento llegó el ascensor, Xenia tuvo que entrar en él.
No había señal en el ascensor, así que Xenia no tuvo más remedio que colgar el teléfono y le mandó un mensaje a Naomi para que fuera a buscarlas cuando ésta se levantara.
Xenia editó el mensaje de texto y lo envió. Como Diego tenía que ir al garaje y conducir primero, Xenia y Bernabé esperaron en la parte inferior del edificio de apartamentos.
Xenia frotó la cabeza de su hijo e intentó llamar de nuevo a Naomi.
Como resultado, Naomi seguía sin contestar el teléfono, y Xenia se sintió un poco extraña.
¿Qué le pasaba a Naomi hoy? No sólo se despertó tarde, sino que no pudo despertarse ni siquiera después de llamar.
¿Acaso había pasado algo?
Estaba pensando en ello cuando Naomi le devolvió el mensaje.
{Vosotros id a comer, yo no voy.}
Xenia estaba a punto de preguntarle qué le pasaba, pero de repente se dio cuenta de que Naomi no estaba allí cuando decidieron salir a desayunar, así que
“ ¿cómo sabe ahora que iban a salir a desayunar?”
Combinando eso con la forma en que Diego acababa de actuar, Xenia sintió que había descubierto algún secreto.
-Bianca está aquí.-
Al oír el nombre de Bianca, Xenia dio un respingo por reflejo.
-Ella está aquí.-
-Sí.- Naomi asintió con cautela, -¿Por qué no llamamos a la policía, por si acaso lo vuelve a hacer?-
-No es necesario.- Xenia negó con la cabeza, -La dejaste entrar.-
-Xenia, ¿y si esta vez intenta hacerte daño de nuevo? Llamemos a la policía.- Después de decir eso, Naomi sacó apresuradamente su teléfono como si fuera a llamar a la policía en el siguiente segundo.
-Estoy segura de que no me hará daño, déjala entrar, tengo algo que hablar con ella.-
-Pero…- Naomi seguía dudando.
-No te preocupes, ve, está bien.-
Naomi tuvo que ir a regañadientes a traer a Bianca.
Bianca no vino sola, Amaya la siguió con una sonrisa en la cara.
Al ver a Xenia, Amaya mostró inmediatamente una expresión de disculpa, -Lo siento mucho, señorita Xenia, espero que no interrumpamos su descanso.-
Después de decir eso, Amaya chocó con Bianca a su lado, que estaba un poco desubicada, pero aun así todavía contestó, -No lo creo. Está en su despacho y no está de descanso.-
La sonrisa de Amaya se congeló durante una fracción de segundo antes de reprenderla, -¿Qué te he enseñado antes?-
Bianca se revolvió, -Le prometí que me quedaría en detención un tiempo más para reflexionar sobre mí misma, pero como hemos resuelto nuestro conflicto en privado, la policía no me dejará quedarme allí para siempre.- Miró a Xenia con atención y dijo, -No es porque no haya cumplido mi promesa, solo no hay otro remedio. Por eso después de que me echaran, vine con mi madre.-
-¿Es así?- Xenia tenía una mirada tranquila mientras señalaba el sofá de enfrente, -Sentaos.-
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