Una vez que ambas se sentaron, Naomi siguió de pie detrás de Xenia, observando a Bianca con recelo.
Naomi no le quitaba los ojos de encima, como si temiera que Bianca se levantara de repente y sacara algún líquido de su bolsillo para salpicar a Xenia.
La última vez, Simón estaba presente, pero ahora que Simón no estaba, ¿quién defendería a Xenia de estos ataques?
Entonces, Naomi tiene que proteger a Xenia.
Tal vez fuera porque Naomi lo estaba haciendo demasiado evidente, así que Bianca la miró con extrañeza antes de quejarse, -¿Por qué me miras con esa cara? He prometido no volver a hacerle daño, ¿y todavía no confías en mí?-
Naomi, -No te creo. Y tú hiciste algo tan extremo antes, si fuera yo, nunca te perdonaría, sólo alguien tan generoso como Xenia te perdonaría.-
Naomi hablaba sin tapujos y Bianca se mortificaba por la reprimenda de Naomi. Xenia no detuvo a Naomi, solo miró todo con cara de tranquilidad.
Bianca estaba enfadada, pero se contuvo mientras se burlaba, -¡Piensa lo que quieras, no puedo detenerte, pero lo demostraré todo con mis acciones!-
Con eso, se levantó y miró a Xenia.
Sin embargo, Naomi se tensó de repente, -¿Qué estás haciendo? Tú…-
Como resultado, los ojos de Naomi se abrieron de par en par, sorprendida.
Porque Bianca se inclinó de repente hacia Xenia, con la cintura y la cabeza agachadas, con un aspecto especialmente sincero.
Incluso Amaya se vio sorprendida por esta acción suya y miró a su hija con cierto asombro, era obvio que este asunto no era algo que hubieran discutido de antemano.
-Lo siento, le pido disculpas por mi anterior comportamiento inapropiado, y le prometo que dicho comportamiento no se repetirá en el futuro. Debido a la mala influencia que te causé antes, estoy dispuesto a aceptar la condición de hacer lo que tú digas.-
Naomi también se quedó atónita, no esperaba que Bianca fuera tan razonable un día.
Amaya tenía una mirada de satisfacción, -Señorita Xenia, mi hija realmente vino a disculparse con usted esta vez, esta vez después de salir de la detención, inmediatamente me arrastró a comprar algo y dijo que vendría a disculparse con usted. Antes todo son nuestras culpas, pero ahora ya reflexionamos sobre todo.-
Xenia seguía teniendo esa mirada calmada y no parecía sorprendida por las acciones de Bianca.
Su tranquilidad hizo que Amaya se diera cuenta al instante de por qué su hija había perdido contra Xenia.
Bianca y Xenia no estaba en un nivel mismo.
Y aunque Bianca era hermosa, la belleza de Xenia no era en absoluto inferior a la de Bianca, al contrario, Xenia también era muy temperamental.
Cosas como el temperamento tenían que ver con la experiencia y el pensamiento.
Lo que Xenia poseía, Bianca no lo tenía en absoluto.
Sin embargo, la ingenuidad y la dulzura de Bianca, Xenia no la tenía.
Sin embargo, si Xenia y Simón se conocieran de antes, entonces él debería haber visto la inocente ternura de Xenia y ahora sólo querría más a Xenia.
Pensando en eso, Amaya ya tenía una respuesta en su mente.
-Si no la hubiera perdonado, no habrías tenido la oportunidad de hablar conmigo ahora. No aceptaré los regalos que me has hecho, y espero que me dejes en paz en el futuro.-
Bianca, -¿Eso es todo?-
-Sí.-
-¿No te vas a meter en problemas conmigo? Después de todo, casi te desfiguro antes.-
Xenia sonrió con calma, -Primero, fue el señor Simón a quien heriste, no a mí. En segundo lugar, ahora que te he perdonado, estaría rompiendo mi promesa si siguiera persiguiéndote.-
Bianca volvió a mirar a Xenia y subió el volumen unos puntos, -Los regalos son todos elegidos por mí, si no los aceptas me estás despreciando…-
-Basta- Naomi dijo.
Los dos desaparecieron por la puerta.
Cuando todos se fueron, Xenia volvió a su mesa.
Estaba bastante cansada, así que podría tomarse un descanso para comer.
Así que Xenia se levantó y terminó de empaquetar su material, y luego fue a la sala de descanso.
El día transcurrió con una gran actividad. Al final del día, Xenia y Naomi recogió a Bernabé, y cuando Xenia llegaba a casa después de un largo día, se quita los tacones y se derrumba en el sofá.
Acababa de acostarse cuando su teléfono vibró.
Xenia lo sacó y lo miró; era un mensaje de texto de Simón.
{¿Cuándo vas a venir? }
¿Simón envió a propósito un mensaje a Xenia en ese momento?
Xenia no quiso devolverle el mensaje y puso su teléfono directamente a su lado mientras Bernabé dejaba caer su mochila escolar y se acercaba corriendo.
-Mamá, hoy llevaremos al gatito al veterinario para que lo revise.-
Ante el recordatorio de Bernabé, Xenia se acordó del asunto y asintió, -Sí, iré contigo.-
-Olvídalo, es mejor que te acompañe.- Naomi tiró de la camiseta de Bernabé y arrastró al pequeño a su lado antes de mirar a Xenia, -¡Mira a tu madre, ya está cansada de trabajar hoy, es mejor que vayamos las dos a traer al gatito! Deja que tu mami descanse un poco.-
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