Esposa falsa de Simón romance Capítulo 555

Después del trabajo, Simón directamente fue a la comunidad de Xenia en coche.

Al principio, no pudo encontrar el sitio, así que Rafael vino a dirigirlo. La figura grande atrajo las miradas de otras solteras. Cuando subieron al ascensor, dos chicas los alcanzaron.

Sin embargo, Simón y Rafael estaban hablando como si no vieran a las dos chicas.

-Señor Simón, si vive aquí, se necesitará pedir una asistenta doméstica, o…-

Simón frunció los labios, dijo en voz fría, -¿No sabes los hábitos míos?-

-Bueno, señor Simón, digo que…si no necesita una asistenta, podrá comer en la casa de Sra. Freixa.-

Simón se quedó sin palabras.

De repente, él levantó la mirada hacia Rafael.

-Perdona, ¿vivéis aquí?- Súbitamente, las dos chicas ignoradas se acercaron a Simón y le preguntó.

Estaba en silencio en el ascensor, nadie contestó.

Las dos se sentían embarazosas, pero Simón siguió con una cara impasible.

Ellas todavía no querían rendirse al verlo tan guapo, dijo con un puño cerrado, -Yo también vivo aquí, ¿qué piso vives? Si tienes ocios, quedaremos…-

-Vete.-

La chica se quedó pasmada, encontrando que Simón ya había dado la vuelta, mirándolas indiferente con los ojos serios como águila, que no tenía ninguna temperatura.

Cuando se dio cuenta de que la frase “vete” era para ella, la cara de ella se puso pálida. En ese momento, la puerta del ascensor se abrió, esta chica giró la cabeza y salió del ascensor con su amiga.

La puerta del ascensor se cerró, y el ascensor siguió subiendo. Rafael puso un puño debajo de la boca, dio una tos para esconder la vergüenza, dijo lentamente, -Señor Simón, así podría ofender a otros residentes…-

Simón no le contestó, con una cara descontenta.

Rafael dio un suspiro por dentro. Durante tantos años, sólo Sra. Freixa correspondía a Simón.

Si otras chicas intentaron charlar con Simón, A Simón no le apetecía darles ni una mirada.

Por eso, Rafael incluso creía que si Sra. Freixa no quería perdonar a Simón, a lo mejor, señor Simón podría estar soltero para siempre.

-¿Qué pasa si las ofendo? No acabas lo que te he encargado, ¿acaso me dejas quedar con ellas?- Con una sonrisa fría, Simón le dio una mirada seria.

De repente, Rafael se sentía frío por toda la espalda. De hecho, era también la causa de que Simón pidió a los residentes que se trasladaran de aquí.

Siempre había alguien que le molestara, y a Simón le odió este comportamiento.

La puerta del ascensor se abrió de nuevo, Rafael se apresuró a salir.

-Aquí está el piso, señor Simón.-

Simón dio un vistazo a la señal de piso.

Piso 18.

Él salió con las piernas largas y rectas. Rafael estaba a la puerta, dijo, -Aquí está la casa de la Sra. Freixa, la enfrente es suya.-

Simón frunció los labios finos, puso las manos en el bolsillo de pantalones, mirando de reojo la casa de Xenia, poco a poco, se produjo una sonrisa en los labios.

En los días siguientes, iban a llevarse día y noche.

Mujer, a ver adónde podría huir.

La mirada de Xenia era muy penetrante. Naomí sentía que era calada por ella, fue de ira a pellizcarle el cuello, -¿No podría dejarme fingirme un rato?-

Xenia sonrió, -¿Hace falta fingirte frente a mí? ¿Cómo te fingirás ante mi hermano?-

-Frente a él, no hace falta fingirme. De todas maneras, todavía no se lo había dicho, me rechazó primero. No tengo oportunidad en mi vida. Pero…no quiero rendirme. Aunque no tengo la oportunidad, tengo que insistir. De todos modos, si está soltero un día, podré provocarlo, ¿estás de acuerdo?-

Al oírlo, Xenia asintió con la cabeza, -Tienes razón, eres muy valiente.-

Solo las personas que no estaban heridas emocionalmente se atrevieron a perseguir a la gente que querían.

Alguna vez, creyó que ella podía conseguirlo.

Sin embargo, la realidad le dijo que no.

Al principio, Naomí estaba muy contenta por la admiración, pero cuando lo pensó, se quedó fallida, bajando los párpados de ojos.

-¿Funciona la valentía? Si yo no hubiera hecho así, no habría haber sido rechazada tan pronto…Se ve que la valentía no siempre funciona. La gente también no hace falta ser valiente, así que puede quedar con la otra persona por más tiempo.-

El ambiente se volvió extraño. Xenia dio una tos, -Bueno, déjalo, ¿has encargado bien a Bernabé?-

-Sí, todo lo he dicho.-

-Estos dos días, Santino se encargará de que lleve y recoja a Bernabé, también estará en casa tu hermano.-

-Vale.-

Por la noche, cuando Naomí estaba lista para cocinar, se dio cuenta de la falta de sal. Por eso, llamó a prisa en la cocina, -No nos queda ningún sal, me echas una mano a hacer compras.-

Pensando lo que había pasado estos dos días, se levantó y asintió con la cabeza, -Bueno, por cierto, voy al supermercado a comprar algo que se pueda guardar en casa.-

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