Esposa falsa de Simón romance Capítulo 578

Sin darse cuenta, el miedo de Xenia de hace un momento había desaparecido.

Simón hizo girar una mancha de suero de mascarilla en su barbilla sobre las yemas de sus dedos y la puso en la punta de la nariz de chica, -¿Qué es esto?-

Es cierto que no se había lavado todo, Xenia tenía un pequeño rubor en la cara, pero no respondió a las palabras de Simón, en su lugar, apartó la mirada de su cara.

Sólo antes de que pudiera ver bien, la mano de Simón se acercó y le cubrió los ojos.

-Deja de mirar, primero te acompaño arriba y descansa un rato.-

Después de decir eso, no le importó si Xenia estaba de acuerdo o no, directamente la cogió por la cintura y se dirigió hacia arriba.

Cuanto más asustada estaba, más curiosidad sentía, y cuando Xenia pasó por delante, no pudo evitar querer mirar de nuevo, sólo para que Simón le chasqueara la cabeza como si lo hubiera previsto de antemano, -¿Qué quieres ver? No mires más si tienes miedo.-

Entonces Simón la llevó de vuelta a su habitación y la colocó en la cama.

-Quédate aquí y pórtate bien, te llamaré más tarde.-

Después de decir eso, Simón salió.

Después de esperar a que Simón se fuera, Xenia parpadeó y se tumbó en la cama.

Durante este tiempo, Simón realmente la trataba muy bien.

Sólo ¿Quién sería tan travieso?

A tenor de los últimos acontecimientos, el conejo muerto de la entrega del primer día, más la rata muerta hoy, debería ser todos de la misma persona.

Pero el hombre que se hizo pasar por un repartidor que entrega la comida se suicidó de repente, lo que a primera vista parecía un suicidio, pero era un misterio.

Y luego estaba la persona que la había seguido esos dos días, su charla no sonaba sin cuidado cuando estaban escondidos en las sombras, pero entonces por qué los dos se fueron de repente por donde vinieron, era todo como si hubieran controlado de repente por alguien.

¿Pero quién era esta persona? ¿Fue para ayudar a quien le había hecho daño?

Y a quién ofendió ella...

La mente era un caos, lo que pasó abajo Xenia no sabía, y más tarde se acostó en la cama también se durmió lentamente.

Cuando ella se despertó de nuevo, olía a comida.

Xenia abrió los ojos y se incorporó, y con una mirada, vio a Simón sentado junto a la ventana.

-¿Ya despierta?- Simón escuchó el sonido y se levantó para caminar hacia ella, -La cocinera ha hecho la comida, levántate y come algo.-

Ni siquiera reaccionó antes de que la recogiera de nuevo Simón y se dirigiera hacia abajo.

-No tienes que sostenerme todo el tiempo, puedo caminar sola con mis pies.-Xenia dijo suavemente.

-¿Puedes?-

Xenia fue incapaz de hablar de inmediato, y cuando llegó abajo, realmente encontró la mesa del comedor ya llena con una suntuosa comida.

Tenía un aspecto delicioso, pero la mayor parte era nutritiva y ligera, lo que no era perjudicial para su estado.

Xenia suspiró ante las atenciones del chef mientras se emocionaba un poco.

Después de todo, estos debía haber sido ordenados por Simón.

El desorden en el suelo había sido limpiado y era como si el susto no hubiera ocurrido en absoluto ahora.

-¿Dónde está la cocinera?-

Xenia miró a su alrededor y se dio cuenta de que no había más gente, sólo ella y Simón.

Quién iba a decir que los pasos de Simón se tambalearon tras escuchar esto, y la miró profundamente por un momento.

-Eres la única mujer que he tenido en mi vida, así que si no te miro a ti, ¿a quién más voy a mirar?-

-Acuéstate pronto y llámame si necesitas algo.-

Simón tomó la iniciativa de alcanzar y cerrar la puerta de seguridad para ella.

¡Bang!

La puerta antirrobo separó a las dos personas, y Xenia se quedó en su sitio echando humo, pensando en lo que acababa de decir Simón.

"Eres la única mujer en mi vida ..."

"¿Es una afirmación seria o casual?"

Viendo cómo actuaba últimamente, no era que estaba fingiendo.

Pero en aquel entonces, ¿qué relación había entre él y Sofía?

Ella eligió confiar en él entonces, pero cuando ella se fue, él nunca le dio una explicación.

Xenia apoyó la espalda en el panel de la puerta y cerró lentamente los ojos.

Después de un momento, se recuperó y sacó su teléfono para llamar a Naomí.

-Querida, ¿ya saliste del trabajo?-

-¿Qué? Xenia. Estoy fuera del trabajo, se me olvidó decírtelo, voy a volver a casa de Leguizamo esta noche con Bernabé ... Ejem, he pensado en lo que me dijiste anoche, sigo pensando que no deberías volver, vamos a esperar a que te ocupes de tus problemas de amor.-

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