Esposa falsa de Simón romance Capítulo 591

Se encontró con Óliver de nuevo.

No se esperaba que fuese esa situación. Xenia avistó las cejas aún gentiles, y la leve sonrisa bajo sus ojos le dio la ilusión de haber pasado muchos años.

Xenia frunció los labios rojos y luego se le dirigió.

Sea como sea cinco años antes o después, Óliver era caballeroso y cortés todavía.

En cuanto ella se le acercó, él ya había dado la vuelta a la mesa y le había tirado la silla con una voz suave,

-Siéntate.-

-Gracias. -

Después de agradecerle, Xenia se sentó.

El camarero se les acercó preguntándoles qué querían tomar y se fue con la cuenta.

La vista de Óliver cayó en su rostro. La miró con las cejas plácidas y le dijo en voz baja,

-Pensaba que no querías verme más.-

Xenia hizo una pausa, al ver su elegante apariencia. Comparándola con lo que había hecho en privado, le hizo sentir el sarcasmo y se le levantó una sonrisa ridícula, diciéndole sarcásticamente, -Yo no quiero verte, ¿pero tú, el vicepresidente Óliver, no tienes medios de obligarme a contactarte? -

Llamarlo vicepresidente Óliver hicieron que la sonrisa de Óliver fuese un poco más ligera, y la miró a Xenia sin remedio.

-¿Por qué? ¿Te mantienes tan hostil hacia mí ahora? ¿Qué error he cometido? -

-¿Hostil? -

Xenia sonrió, -¿Por qué crees que me mantengo hostil hacia ti? -

-Si no hay hostilidad, ¿por qué no quieres reconocerme como un viejo amigo? ¿Por qué ... me llamas tan extrañamente a mí por vicepresidente Óliver? -

Xenia lo miró sin hablar nada.

Sin embargo, era obvio que ambas partes no tenían ni una sonrisa.

Óliver la miró durante un largo rato, y finalmente perdió la fuerza sin remedio, dando un suspiro, -Frida, no me trates así. Te dije que no tengo mala intención. -

-Entonces, ¿qué quieres decir?- Xenia lo miró fijamente, -Si no la tienes, ¿acaso no deberías hacer nada? El gerente Kimberly Quesada, incluido el contrato, ¿no fueron tus cálculos? -

Al escuchar eso, Óliver suspiró de nuevo.

-Parece que yo, el hermano mayor, tengo mala leche absolutamente según tu opinión. -

Hermano mayor...

No oyó ese título hace mucho tiempo. Xenia se quedó atónita por un momento y le dijo con frialdad, -Simón y yo ya no somos cónyuges en la ley y tú no eres mi hermano mayor. -

-Por fin estás dispuesto a admitir que no soy tu hermano mayor.- Óliver sonrió levemente, -No quería que llamases a mí por hermano mayor cinco años antes. Y ahora, después de cinco años, ni quieres llamarme una vez más, que me siento tan triste de nuevo. ¿Qué pasa? -

-Para ser honesto, no tenía ni idea por completo el contrato que Kimberly discutió contigo. Si tuviese que admitir que lo sabía, sería que supe que el socio eras tú después de que me lo informó.-

Óliver se lo dijo muy sinceramente, y su tono también fue muy serio. La expresión y la mirada no parecían mentir, pero Xenia simplemente no quería creerle.

Siempre sentía que no era coincidencia. ¿Cómo pudo no saberlo hasta que se lo informó?

Si fuese verdad, entonces ... ¿cómo se explicó la actitud de Kimberly hacia ella?

Por supuesto, ella no le dirigió esas palabras, pero Óliver sonrió y le dijo en voz baja, -Bueno, ya que nos encontramos, no mencionemos estas cosas infelices. Me alegro mucho de que quieras venir a verme hoy. -

Xenia frunció los labios rojos y no le respondió.

-Si no quieres llamarme a mí por hermano mayor, entonces puedes llamarme por mi nombre en lugar del vicepresidente Óliver. -

“¿Llamo su nombre?” Xenia frunció el ceño levemente, -Vicepresidente Óliver, ¿no es apropiado? En realidad, estoy aquí con un solo propósito. -

-¿No es así? No crees que yo sea una niña de tres años, ¿verdad? ¿Creeré fácilmente lo que acabas de decir? -

-Xenia, ¿me lo dices porque no tienes confianza en la empresa que fundaste? ¿Sientes que ... las condiciones de tu empresa no son lo suficientemente buenas para que la alta dirección de la compañía Clozul tome la iniciativa para descubrirla y proponer la cooperación? -

Al oírlo, Xenia se calló.

Se debió admitir que Óliver era realmente un maestro de la comunicación.

Podía llevar a los demás gradualmente a otros niveles, dejando que perdiesen la capacidad de refutar en absoluto.

Al igual que hace cinco años, dio los 30,000 euros por ella. Aunque Xeniato pidió a Diego que le devolviese el dinero más tarde, lo que Diego hizo en ese momento ... dejó realmente que no se tuviese medio de rechazarlo.

-Confía en ti misma. -

Óliver sonrió levemente y extendió los brazos, tratando de acariciar su cabeza.

La acción era como siempre.

Xenia lo miró paradamente que se le acercaba la mano. Luego le cubrió la cabeza y la frotó ligeramente.

-¿Entiendes? -

Xenia se recuperó. Se inclinó hacia atrás bruscamente, frunció el ceño y miró al hombre. Óliver la vio con una sonrisa inofensiva, haciendo que no pudiese expresar su enojo.

No obstando, más hacía así él, más sentía Xenia que un fuego estaba atrapado en su pecho, y se captaba muy incómoda porque quería emitirlo, pero no lo podía hacer.

Rechinó los dientes y le dijo con fiereza, -¡Qué bonitas las palabras! No creo que no lo hayas hecho en persona. -

Óliver se sorprendió, -¿Cuál? -

-Vicepresidente Freixa, tú eres realmente olvidadizo. ¿Acaso no recuerdas la interpretación que dirigió? -

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