Esposa falsa de Simón romance Capítulo 592

Óliver frunció los labios finos y la miró en silencio, como si estuviese pensando en algo.

Después de un rato, dijo en voz baja, -No es que tenga mala memoria, sino que no te haya mentido. ¿De qué estás hablando exactamente? -

Xenia le recordó con frialdad.

-¿No fue por ti lo que sucedió en el banquete en ese entonces?- Si no fuese por el banquete, ¿cómo podría tener un malentendido tan grande con Simón?

Aunque sabía si existía la confianza entre los dos, no surgiría ese tipo de problema.

Sin embargo, ¿cómo podría Xenia no dudar de Óliver?

Después de todo, en ese momento, Leonardo Freixa quería que ella vigilara a Simón, y Óliver también estaba allí, por lo tanto, no podía creer que él era tan inocente.

Óliver se quedó sorprendido.

Como si no pudiese creerlo, hubo un toque de asombro en los ojos húmedos parecidos al agua, seguidos de otra mirada herida.

Al final, bajó los ojos y comenzó a reírse con ironía y agonía para sí mismo en voz baja.

-Así lo has pensado. -

-Siempre lo he pensado.- Xenia lo miró, -Entonces, ¿puedes cancelar la cooperación ahora? No importa cuál sea tu propósito, no quiero volver a ser víctima de vuestra lucha sea cinco años antes o sea cinco años después. -

Óliver levantó lentamente la cabeza y de repente agarró su mano puesta en la mesa. Xenia se sorprendió cuando sintió la temperatura de su palma, y subconscientemente quiso retirar la mano.

Sin embargo, Óliver agregó un poco de fuerza apretándola. La miró con los ojos sin vida.

La calidez anterior desapareció, reemplazada por una mirada melancólica.

-Dijiste que yo dirigí esa interpretación. ¿Acaso… el accidente de tráfico podría ser dirigida por mí ese año ...? -

Xenia iba a disputar todavía, al oír esas palabras, desaparecieron todos sus movimientos y fuerza, que se congeló en su lugar.

Pensando en el accidente, la cara de Xenia estaba un poco pálida con los labios ligeramente abiertos, pero no pudo decir ni una palabra, mirando a Óliver.

Por supuesto que ella ... no habría pensado que fue dirigido por él.

Fue un accidente inesperado, pero ¿qué pasó con lo anterior?

De repente, Xenia sintió que lo que acababa de decir era demasiado fuera de lo común. Después de todo, la protegía con todo lo posible desesperadamente en ese entonces. Si no fuese por él, podría haber resultado gravemente herida.

Pensando en eso, Xenia bajó las pestañas.

-Lo siento. Yo…-

-Está bien. -la interrumpió Óliver, sonriendo levemente, -Sabes que no importa lo que hagas o digas, no te culparé. -

Xenia levantó la cabeza y lo miró con dolor.

Debido a lo que dijo siempre como antes, Xenia no quería reconocerlo.

Porque no importaba lo que le dijese en exceso, él pensaría que no le importaba.

La perdonaría.

Xenia se puso de pie rápidamente y le dijo con frialdad, -No siempre te pongas con esa cara. ¿No estás enojado cuando te digo así? ¿O crees que si no estás enojado, me sentiré culpable? Vas a estar decepcionado. Me voy si me disculpa. -

Después de hablar, Xenia se dio la vuelta y se fue.

La tez de Óliver cambió ligeramente y se levantó para alcanzarla.

-Frida...-

-¡No me llames por el nombre de Frida! -

-Xenia, no soy ese tipo de persona que piensas. En ese entonces ... no importa lo que pienses, es cierto que cometí un error. Lo que quiero hacer ahora es compensar el daño que te hice. -

El daño de aquel entonces ...

Muy bien. Cada palabra acertó con su pensamiento.

Xenia lo miró débilmente. Si no fuese por sus cálculos internos, ¿cómo podría saberlo con tanta claridad?

-Si esto es por lo que te preocupas, entonces puedo asegurarte que a menos que muera yo, no te haré nada daño. -

Al ver su incredulidad, Óliver le dijo de nuevo, -Te lo juro, si yo ...-

-Está bien. -Xenia le interrumpió. Cerró los ojos con cansancio y le habló débilmente, -No necesitas jurarme. Sé que eres una persona que mantiene fielmente las propias promesas. Ya está como si yo lo supiese. -

Los ojos sombríos de Óliver se abrieron gradualmente, -Entonces, ¿todavía te apetece tener relación conmigo, el viejo amigo? -

Un poco reacio, pero sin remedio. Xenia solo pudo suspirar.

-Has mencionado lo todo. ¿Qué puedo hacer? Me doy por vencida. -

Óliver tenía una sonrisa finalmente, que era esa apariencia gentil.

-De acuerdo. Seremos los socios de cooperación, pero también ... amigos. -

¿Qué más podía decir ella? Sin remedio asintió con la cabeza.

-¿Entonces volvemos para terminar el café? También tengo algo sobre el trabajo que quiero que me enseñes. -

-Bien. -

Xenia lo siguió a Óliver de regreso a su asiento original. Después de que los dos se sentaron y charlaron un rato sobre los asuntos laborales, Óliver le preguntó sobre el tema de su vida en el extranjero a lo largo de estos años.

Ella evitó lo dificultoso y eligió lo fácil, respondiendo algunas. Viendo que llegaba la hora, estaba a punto de despedirse de Óliver.

Después de todo, si fuese más tarde, Simón se despertaría.

En ese momento, podría irse y se dirigiría al supermercado cerca de la comunidad a comprar algo. Luego regresaría a casa a cocinar. Almorzarían cuando Simón se despertase.

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