Esposa falsa de Simón romance Capítulo 65

Cada uno tenía sus pensamientos internos durante la comida. Al final cuando Sofía se marchaba Frida le acompañó, pero notó que Sofía parecía estar deprimida, y preguntó: -¿Te pasa algo?-.

Por su parte Sofía bajó la cabeza pensativa, no la había escuchado.

Frida se detuvo, -¿Sofía?-.

En ese momento Sofía volvió a su consciencia, coincidió con la mirada preocupada de Frida y sonrió incómodamente: -Perdona, Frida. Estaba pensando en algo y no te escuché, ¿me has dicho algo?-.

-¿Qué te ocurre?- preguntó Frida con preocupación.

Sofía forzó una sonrisa: -No me pasa nada. Por cierto, ¿eres muy cariñosa con Simón?-.

Frida sintió que esa pregunta era algo extraño, frunció el ceño y Sofía en seguida se explicó: -Solo te pregunto, no tengo otra intención-.

Frida no dijo nada más, solo la observó en silencio.

Esa mirada sigilosa hizo que Sofía se inquietara por dentro, -Esto… Frida, de verdad no tengo otra intención, solo me preocupaba por ti. Bueno, me voy yendo-.

-Vale, ten cuidado al conducir-.

Después de ver que Sofía se fue, Frida volvió a su habitación con un sentimiento complejo. Cuando tocó el pomo de la puerta recordó la imagen de Sofía de hace nada, suspiró en su interior y pensó que Sofía de verdad se preocupaba mucho por ella.

En su cabeza pasó la idea de que era una suerte para ella tener a una amiga como Sofía.

Pensando, sonrió y empujó la puerta para entrar.

Después de entrar, Frida se encontró por desprevenido con los ojos profundos y tranquilos de Simón, estaba cerrando la puerta y se sorprendió por un segundo para luego cerrar la puerta de nuevo.

Como habían tenido interacción en la comida, Frida sintió como si su relación con Simón había tenido un cambio diminuto. Al ver que estaba solo en la habitación, se mordió el labio inferior y se dirigió hacia él. Se colocó de pie detrás de su espalda para empujar su silla de rueda.

-¿Y Ra-Rafael?-.

Simón estaba sentado allí impasiblemente, su voz sonaba estridente.

-¿Qué es lo quieres conseguir realmente?-.

Frida se quedó embobada ante sus palabras, miró su parte posterior de la cabeza confundida.

No sabía a qué se refería.

-Te has traído a tu amiga a la casa de la familia Freixa sin permiso-.

Frida por fin entendió a lo que se refería, abrió la boca para explicar: -Solo la traje como invitada, si no te gusta, entonces la próxima vez…-.

-¿Próxima vez?-. Simón soltó una risa fría de repente, -¿De verdad piensas que es tan fácil venir a la casa de la familia Freixa?-.

Frida mordió su labio inferior: -De verdad no lo he hecho a propósito, lo de hoy fue porque…-.

Su voz acababa de sonar y Simón que estaba allí sentado quieto, repentinamente alzó la mano para agarrar sus delgadas muñecas. Frida abrió los ojos en grande, aún no se había reaccionado al respecto y Simón ya la había arrastrada sobre sus piernas.

Simón tenía un cuerpo esbelto, Frida en cambio era delgada. Al caerse sobre sus piernas sintió que las manos grandes de Simón la estaban rodeando, sosteniendo su pequeño cuerpo en su abrazo.

Los ojos de Frida temblaron de susto.

La barbilla se pellizcaba, la respiración del hombre se acercaba cada vez más hasta envolverla por completo.

Frida vio cómo el rostro bello de Simón se agrandaba cada vez más ante sus ojos. Antes de que pudiera reaccionar, los labios finos de Simón la cubrieron.

Frida se quedó estupefacta, su cuerpo empezó a temblar.

Él… la había besado otra vez.

Estaba en duda de si eso se consideraba un beso.

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