Por fin alivió Simón, respirando profundo, pero Bernabé resopló pensado, “¡Qué tonta es mi mamá que le justifica hasta ahora.”
Luego Bernabé le contestó enojado y serio, -¿Te trata bien, mamá? Si te trata mal, no es mi papá.-
Escuchando sus palabras, Simón se volvió inquietante, porque hasta su propio hijo estaba poniéndolo en un dilema.
Pero comprendió su intención, porque se metió en su vida de una manera casi violenta e inesperada. Además, él había faltado a sus deberes durante cinco años.
“Necesita tiempo.” Pensándolo, Simón se quedó más tranquilo.
-Le reconozcas o no, él es tu padre.- Suspiró Xenia y dijo, -¿Está a tu lado?-
Fingiendo que no lo vio, Bernabé movió la cabeza negativamente -No está conmigo.-
-Entonces escucha, mi amor.- Le dijo con ternura y sonrió, -Él es tu padre independientemente de dónde estaba antes, o de qué había hecho. Durante los cinco años en los que faltaba su presencia, mamá también cometí algunos errores, pero creo que es hora de dejarlos, así que por favor, no lo pongas difícil.-
Comprendió perfectamente lo aturdido y desalentado que se sintió Simón, aún más fatal se pondría Xenia si fuera en su lugar.
Aunque no le dijo que odiaba a Óliver, pero lo estaba porque había destruido su familia.
En cuanto a ella, odiaba también mucho a los destruidores de familias, como en el caso con su ex marido, Kevin Fonseca.
-Le justificas tanto, ¿si él lo sabía?- dijo descontento.
Simón les escuchó bien claro en el rincón, y se volvió avergonzado, pensando que su odio aumentaría por haberles separado.
Mientras Xenia sonrió suavemente, -Ya, mamá soy consciente de lo que estoy haciendo, y tú, chiquitito, no te metas en los líos. Mañana tu papá te llevará a la escuela, y tu mochila te la llevaré yo, ¿vale?-
-Vale, mamá.-
-Ya vete a descansar, no duermas mañana en la escuela.-
-Vale, buenas noches, mamá, un besito.-
-Tonta mamá.- Resopló Bernabé en voz baja.
-Estoy bien.-
Con un guiño, le dijo, -Parece que estás de buen humor.-
-Acaso no lo debería estar?-
-Pero Simón lo llevó a Bernabé ayer sin tu permiso y te dejó aquí sola, además te levantaste tan temprano con los desayunos preparados ya. Lo normal es lo anormal.-
-Dale, me voy.-
Cuando salió Xenia, Naomí subió al segundo piso.
Xenia llegó antes que ellos a la escuela, y cuando dejó su mochila ahí, se fue directo a la empresa. Lo hizo para evitar el encuentro con ellos, sobre todo con Simón, porque no aguantaría más la escena de ayer.
No tenía el menor coraje para seguir discutiendo con Simón, porque se sintió ahora insegura ante sus relaciones que desarrollaron tan peligroso como el patinaje encima del frágil hielo.
Cuando llegaron los dos a la escuela, los profesores se quedaron sorprendidos porque nadie había visto a su padre biológico.
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