Esposa falsa de Simón romance Capítulo 689

-¿La estás culpando por no confiar en ti?

Al escucharlo, Simón bajó las pestañas. Su sonrisa parecía un poco amarga.

-¿Cómo puedo culparla? Yo mismo no confiaba en ella, ¿así que cómo podría pedirle que confiase mucho en mí?

Diego lo miró lúgubremente.

-Parece que eres bastante consciente de ti mismo. Ya que sabes que no hay confianza entre vosotros, ¿por qué la has molestado? ¿Podría ser que quisiese repetir los mismos errores que sucedieron hace cinco años?

Simón levantó los ojos con determinación, que se encontró directamente con la mirada inquisitiva de Diego, -Por supuesto que no. ¿Cuántos conjuntos de cinco años tiene la vida humana? ¿Acaso presidente Leguizamo piensa que yo estaba tan loco que no había cambiado nada esperando cinco años en vano?

Diego le dijo con frialdad.

-¿Quién sabe? El pasado de tu familia puede fácilmente distorsionar tu temperamento. ¿Quién sabe si quieres seguir torturándola? Xenia, la hija de mi familia Leguizamo, no puede casarse contigo tan fácilmente-.

-¿Entonces cómo puedes dejar que se case conmigo?

Con el ceño fruncido, lo miró a Simón frente a él, disgustado. En ese momento, el hermoso rostro de Simón apareció una sonrisa tranquila y sus ojos estaban llenos de consuelo, como si no temiese que Diego lo hiciese en desacuerdo.

-Simón Freixa, no bromees más allí. No estoy aquí para discutir el matrimonio entre Xenia y tú, sino para advertirte que la dejes a Xenia en paz.

Simón sonrió levemente, -Sin embargo, sabes que esto es imposible. Ni yo ni ella podemos prescindir el uno del otro. Sin la otra parte, solo estaremos destinados a morir solos en esta vida-.

En ese punto, Simón detuvo hablar por un momento. Entrecerró los ojos para mirarlo a Diego de forma exploratoria.

-¿Acaso, como hermano mayor, no solo no quieres casarte, sino que también deseas dejar que tu hermana te acompañe a morir solos?

Diego se quedó sin palabras.

Eso lo enfureció e hizo que sus ojos pareciesen desagradables.

-Si quieres cesar la sensación del amor, no puedes pedirle a tu hermana que lo haga contigo, ¿verdad?

Diego lo miró con frialdad y lentamente apretó la mano en sus costados de manera invisible.

-¿Quién te dijo que quería que ella lo hiciese?

-Si no fuese por eso, entonces no deberías obstruirnos. Cinco años ha sido suficiente para que lo verifiques-.

Diego frunció el ceño. Aunque estaba muy insatisfecho con ese hombre, no había duda de que lo que había dicho era realmente correcto. Xenia y él eran de hecho inseparables. Incluso si se separasen, sería probable que nunca se enamorase de otra persona en la vida, que solo estaría destinada a morir sola.

Había pensado en encontrarla a su hermana de regreso y dejarla a su lado para mimarla todo el tiempo.

Aunque ella no se casase, no importaría si quisiese quedarse en la familia Leguizamo durante toda la vida. Él podía siempre ganar dinero y criarlos a ella y a Bernabé esta vida.

Ella podía lograr lo que quisiese viviendo en un constante despilfarro.

Si ella insistiese en casarse con alguien, a Diego le pareció que encontraría a alguien en quien pudiese confiar que fuese administrado bajo su control, que solo la amase a Xenia sin osar ser feroz y no se atreviese a coquetear con otras mujeres.

Por lo menos, podía ser controlado por Diego.

No sería Simón Freixa.

Ese hombre frente a él tenía una buena apariencia, en la Ciudad Norte, aunque la familia Leguizamo era una gran empresa, si se enfrentase a la familia Freixa, no podría controlar a Simón en absoluto.

Además, los dos tenían un pasado antes, así que, si se la entregase a Simón, ¿cómo podría sentirse aliviado como el hermano mayor?

-Las pantallas de las calles de todo el país se desplazaron rotundamente, haciendo saber a todos que está a punto de convertirse en la esposa de mí, Simón Freixa.

Riendo--

Diego rio en su corazón, y Simón sacó una bolsa de añafea a su lado de repente y la colocó frente a Diego.

Al escucharlo, Simón enarcó las cejas, -No es necesario. Se casará con el ser humano, es decir, conmigo. No quiero que esté bajo la presión en este sentido. –

Al oír eso, Diego lo miró con un poco de admiración porque supo ocultar el asunto para que Xenia no lo supiese.

-Así que eres consciente. Si a ella le haces saber que le darás todas las acciones que tienes, se atreverá a casarse contigo-.

-Parece que el cuñado mayor, has estado de acuerdo con nuestro matrimonio.

Logrando el objetivo, Simón se puso de pie y levantó los labios con satisfacción, -En este caso, no te molestaré más.

Diego se quedó atónito por un momento. A punto de decir que no estaba de acuerdo, Simón ya había tomado la llave del coche y salió del palco. La expresión de Diego cambió un poco. Cuando quería perseguirlo, descubrió que el contrato todavía estaba sobre la mesa. Por miedo a que lo pillasen, tuvo que volver.

Al mirar el contrato en su mano, a Diego se le volvieron gradualmente complicados las miradas.

Simón le dio a Xenia toda su riqueza realmente.

Mientras Xenia se convirtiese legalmente en la señora Freixa, la mitad de las acciones de Simón se transferirán directamente bajo su nombre. Si los dos se divorciasen en el proceso o les sucediese algún accidente, se transferirían a la cuenta de Xenia las acciones y toda la propiedad bajo el nombre de Simón directamente. Todo le pertenecería a Xenia.

En otras palabras, si los dos se divorciasen, Simón dejaría la casa sin poseer nada.

Un centavo, no ... y mucho menos un centavo. No podría obtener medio centavo.

No era de extrañar que pudo estar tan cómodo. Resultó que se arriesgó a toda costa, así que no temió que él, el hermano mayor, no estuviese de acuerdo.

Diego suspiró profundamente.

Xenia, Xenia. ¿Por qué te ligaste con un personaje tan difícil de tratar?

Si no fuese por el afecto más profundo, ¿cuál hombre estaría dispuesto a poner todas sus propiedades frente a una mujer así?

Además, todavía no había dejado que lo supiese ella.

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