Al preguntarle Xenia, Naomí negó con la cabeza, -Nada.
Ante estas palabras, Xenia no pudo evitar fruncir el ceño, justo cuando iba a decir algo Carmen dijo con una sonrisa franca.
-Menos mal que estás aquí, tengo algunos asuntos de los que ocuparme ahí fuera, así que dejaré a Xenia a tu cargo.
Naomí lanzó una mirada de agradecimiento a Carmen, y luego asintió enérgicamente, -No te preocupes, déjamelo a mí.
Una vez que Carmen se fue, Naomí se acercó a Xenia.
-Xenia, ¿quieres agua? ¿Te sirvo un poco?
Mientras esto se decía, Xenia no pudo evitar fruncir el ceño, y miró pensativa a Naomí.
-Estoy bien, de hecho no tienes que cuidarme aquí todo el tiempo, no soy un enfermo ni una niña, puedo aprender a cuidarme solo.
-¿Eh? Eso no es posible -Naomí sacudió la cabeza con fuerza-. No eres una paciente ni una niña, sino una embarazada, ¿cómo puedo dejar sola a una embarazada aquí?
Xenia bajó la cabeza y le acarició la parte de vientre.
Realmente no se ocurrió que ya había otra pequeña vida en su vientre, pero fue justo en este momento...
Xenia cerró los ojos y suspiró con fuerza, esperando que Simón regrese sano y salvo y pronto.
***
Poco después de que se difundiera la noticia del accidente de Simón, todos los antiguos accionistas del Grupo Freixa lo sabían, pero, curiosamente, todos permanecieron en silencio, trabajando como era debido, y aún relajándose como si la noticia del accidente de avión de Simón no hubiera llegado a sus oídos.
Óliver esperó unos días en su propia empresa, pero en realidad no recibió ninguna noticia, ni siquiera una sola llamada telefónica.
Él mismo no tenía prisa, pero su ayudante estaba tan ansioso que se dirigió directamente al Grupo Freixa, que después de expresar sus pensamientos, los hombres de la junta directiva ni siquiera le hicieron caso y directamente hicieron que los guardias de seguridad lo echaran.
Estaba tan furioso que volvió a la oficina para quejarse a Óliver y perdió los nervios.
-¡Señor óliver, usé tu nombre y en realidad no les importó nada!-
Sentado en la silla de su despacho, el rostro de Óliver era originalmente indiferente, pero después de escuchar lo que decía, sus ojos ocultos tras las lentes brillaron con un toque de tristeza.
Pero pronto la penumbra se le ocultó, y entonces frunció los labios y se levantó.
-¿No te dije que no te apresuraras?
El ayudante se quedó congelado un momento y dijo, -Estoy enfadado porque ninguno de ellos ha venido a nuestra puerta durante tantos días, señor, tú también eres el hijo de la familia Freixa, ¿por qué iba a poder Simón controlar el Grupo por sí mismo, y tú solo tienes que controlar esta pequeña empresa. ¿Cuál es la razón de esto? Es porque eres un hijo ilegítimo...
De repente, las palabras del ayudante se detuvieron, y él vio que el aura que rodeaba a Óliver se había vuelto tan aterradora y sombría, completamente opuesta a su habitual aspecto amable y refinado.
Estaba tan sorprendido que no se atrevió a decir nada más.
La palabra "hijo ilegítimo" era demasiado pesada para Óliver.
Por ser hijo ilegítimo, debido a la existencia de Simón, Óliver nunca podría heredar la fortuna de la familia Freixa de forma honrosa, aunque hubiera nacido antes que Simón, pero seguía llevando el nombre de hijo ilegítimo, y aunque luego su madre resultara tener razón, todos en el círculo sabían que su madre era en realidad una amante.
Si hubiera sido lo suficientemente fuerte, también podría haber mandado a callar a esa gente.
Óliver seguía inmóvil y sin prisa, con una sonrisa imperativa en los labios.
Al ver que había guardado silencio, la otra parte también dudó un momento y luego dijo, -Tú, ¿tienes eso en mente?
Óliver sonrió débilmente, -Estás bromeando, ya se has enterado de lo que ha pasado esta tarde, me temo que es muy difícil que yo vuelva a entrar en el Grupo.
-No es que no haya manera de que puedas entrarlo si quieres-.
Óliver entrecerró los ojos peligrosamente.
-La razón por la que esos viejos zorros de la junta directiva se callaron porque no tenías ninguna acción del Grupo Freixa en tus manos.
De hecho, esto era algo que Ólover había adivinado hace tiempo, toda esa gente había dado tumbos por la industria comercial, todos ellos eran viejos zorros astutos, si querías que asintieran, entonces tenías que tener acciones.
-Por lo que sé, Leonardo se ha recuperado bastante recientemente, ¿verdad? Tal vez, puedas ir a buscarlo -La risa de Manuel parecía especialmente socarrona y nada sincera a través del teléfono.
Óliver frunció sus finos labios y bajó los ojos, reprimiendo una oscuridad bajo ellos.
Después de que Simón tomara el control de todo el Grupo Freixa, Leonardo desarrolló problemas mentales y fue ingresado en un sanatorio mental.
Ahora óliver no estaba seguro de su recuperación.
-Las acciones están en manos de Simón, y si algo realmente le sucede, entonces estas acciones... Óliver, no debes defraudarme. En el pasado, cuando aún estabas en el Grupo Freixa, yo sabía que eras una persona que hacía grandes cosas.
Óliver sonrió fríamente; él tampoco se dejaría vencer.
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