Esposa falsa de Simón romance Capítulo 797

Anthony retrocedió con un grito de dolor y se llevó la mano a los ojos, -Cuñada, ¿intentas asesinarme?

-¿Anthony? -Xenia se sentó, con el corazón aún palpitante, -¿Por qué estás aquí?

Acababa de abrir los ojos para verle mirándola fijamente, lo que era fácil asustarse, ¿no?

Anthony se cubrió el ojo golpeado y la miró, -No es porque quisiera crear una oportunidad para ti y Simón, pero resultó...

Al ver que se cubría los ojos, Xenia pensó que acababa de agitar la mano con las prisas, no sabiendo dónde había golpeado y el dorso de su mano estaba vagamente dolorido en ese momento.

Sin mencionar a Anthony.

-Lo siento -se incorporó y miró a Anthony con cara de disculpa, -¿Te he dado en el ojo? Ahora mismo me he despertado de una siesta y he abierto los ojos para verte delante de mí. Te toqué por apurarme...

Hablando de eso, Xenia lo miró con ojos aún más llenos de culpa, -Lo siento mucho, ¿o retiras la mano para que viera si te duele?

Su seria disculpa hizo que Anthony se sintiera un poco avergonzado, que sacudió la cabeza y retiró la mano enseguida, -Te he mentido. Estoy bien. Cuñada, ya que estás despierta, ven conmigo rápido.

-¿A dónde? -Xenia se sorprendió un poco. Vio que los ojos de Anthony se habían hinchado un poco y no sabía si luego se pondrían rojos y azules.

Anthony respondió, -Te llevaré a buscar a Simón.

Después de decir eso, no le importó si Xenia estaba de acuerdo o no, arrastrándola del sofá, -Date prisa. Si te retrasas más, Simón dejará la empresa.

-Bien -sólo entonces Xenia se puso rápidamente los zapatos y siguió a Anthony por la puerta.

Los dos caminaron por el silencioso pasillo, mientras Anthony le decía, -Si realmente te gusta Simón, tienes que aprovechar la oportunidad de almorzar juntos en el futuro. No la desperdicies, es un buen momento para mejorar la relación. Debes intentar atraer a Simón antes de que se comprometa.

Originalmente Xenia estaba caminando, pero de repente se detuvo en su camino cuando escuchó estas palabras y levantó sus ojos para mirar a Anthony con consternación.

-Tú, ¿qué acabas de decir?

-Acabo de decir... -dijo Anthony, con sus ojos que se abrieron de par en par en estado de shock mientras extendía la mano para cubrir su boca.

No conocía a Xenia. Si se enteraba de que Simón se iría a comprometer, se daría por vencida de repente. ¿Qué demonios le pasaba? ¿Cómo podía hablarlo así?

-Cuñadita, sólo estaba diciendo tonterías y no me malinterpretes. ¿Cómo podría Simón comprometerse casualmente que era naturalmente frío como el hielo y apenas hay mujeres que puedan atraerlo. Lo conozco desde hace mucho tiempo y sólo he visto que te trata un poco más especial.

Anthony se apresuró a hacer remedio para que Xenia no cambiara de opinión.

Pero las hermosas cejas de Xenia estaban fruncidas como si hubiera ocurrido algo grave.

-No... cuñada. Realmente estaba diciendo tonterías hace un momento y no se puede tomar en serio...

Sin embargo, Xenia levantó los ojos para mirarle con disimulo.

-Si no existiera tal cosa, ¿cómo es posible que te equivoques al hablar?

Conocía el carácter de Simón y sabía que no se comprometería con nadie más. Era algo especial para ella... probablemente por la amor anterior que había tenido.

Pero, a pesar de ello, se había olvidado de ella.

Cuando se enteró de que había perdido la memoria y se había olvidado de sí mismo, Xenia se sintió dolido y triste.

Podía olvidar a todo el mundo. ¿Por qué la olvidaba a ella también?

¿Acaso no era importante? Pero luego lo pensó que él no se había ofrecido como voluntario para su accidente, así que si ella lo culpaba por eso, sería demasiado irrazonable.

-Vamos, iré contigo.

-Muy bien.

Xenia suspiró sin aspavientos, -¿Por qué me ayudas así? Obviamente... no nos conocíamos antes. Me estás emparejando con él de esta manera, ¿no tienes miedo de que sea esa clase de mala persona?

-Creo que la cuñada es sincera con Simón y también creo en mí. No te preocupes. Os ayudaré porque las personas que se aman deben estar juntas, no... deben separarse.

Cuando dijo esa última frase, Xenia notó que su tono era mucho más bajo, así que no pudo evitar preguntar, -¿Por qué estás triste?

Por la pregunta, Anthony recogió rápidamente las emociones bajo sus ojos y las sustituyó por una mirada diferente, -¿Triste? No estoy triste. Venga, vamos.

Al decir esto, aceleró sus pasos y avanzó. Xenia miró a su espalda y reflexionó.

El pasado de Anthony...

Olvídalo, ¿por qué estaba pensando en los asuntos de los demás? Estaba tan ocupada con sus propios asuntos que no tenía tiempo para preocuparse por los de los demás.

Siguió a Anthony al despacho de Simón.

Llegó justo a tiempo para toparse con Simón que se preparaba para salir con su traje y sus llaves y, ellos se enfrentaron.

-Simón, ¿vas a salir a cenar? Tu ayudante y yo tampoco hemos comido todavía, ¿por qué no nos llevas?

Xenia se quedó en silencio.

¿De verdad está bien pedir tan descaradamente? Si Xenia hubiera sabido que Anthony iba a hacer esto, definitivamente no habría venido.

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