Esposa falsa de Simón romance Capítulo 868

Tras colgar el teléfono, Xenia se sentó en la cama durante unos instantes antes de volver a tumbarse y arroparse.

Se dio la vuelta y miró por la ventana hacia la tranquila noche.

Era cierto que no quería que Simón tuviera un gran conflicto o incluso una ruptura con su abuelo por su culpa, y por eso cuando ella vio al mayordomo tan impotente en la puerta rogándole que volviera, Xenia hizo así entonces.

Pero ahora, sentía que se había aceptado demasiado rápido; ¿cómo podía Zoe tener una razón tan simple para querer verlo?

Pensándolo bien, Xenia creió que lo estaba pensando demasiado. En la familia Carlos, Zoe no podría escapar de la atención de Jorge aunque tuviera un complot, a menos que Jorge también la estuviera ayudando.

Ante este pensamiento, Xenia se sentó bruscamente.

Había una sensación de malestar en su corazón, pero si ella salía corriendo en medio de la noche, sólo causaría problemas a Simón si se topaba con algo.

No había olvidado las palabras que le dijo Simón antes de irse, -Espérame.

Aunque estuviera ansioso, tendría que confiar en él, ¿verdad?

Simón volvería.

Xenia se tranquilizó y volvió a acostarse. El tiempo pasó, pero Xenia no tenía nada de sueño, sino que estaba animada, agarrando su teléfono en la mano.

No sabía cuánto tiempo esperaba, su teléfono vibró de repente.

Xenia lo abrió y vio que era un mensaje de texto de Anthony para ella.

''No te preocupes, cuñada, ya he llegado a la familia Carlos, ahora voy a comprobar la situación primero, si hay algún movimiento seguro que ayudaré a Simón.

Xenia sólo pudo devolverle el agradecimiento y sostener el teléfono mientras esperaba.

***

En la casa de Carlos.

El anciano y el joven se sentaron uno frente al otro, y la criada trajo dos tazas de té y las colocó frente a Simón y Jorge respectivamente.

Pero ninguno de los dos se movió, la mirada de Jorge se fijó en el nieto que tenía delante, la irritación en sus ojos era clara e inconfundible.

Simón frunció sus finos labios y cogió su taza de té y dio un sorbo. -Abuelo, toma un sorbo de té para quitarse el enojo.

-¿Quitarme la ira? Hmph, ¿crees que puedo superar fácilmente este enfado? -Dicho esto, Jorge cogió su taza de té y dio un fuerte trago, para luego volver a bajarla, encontrando un fuerte estruendo al chocar la taza con la mesa.

Ante semejante Jorge, la reacción de Simón fue agradablemente relajada, mientras daba un sorbo a su té despreocupadamente.

Jorge miró a su nieto con odio y rabia, y se enfadó tanto por su aspecto aéreo que cogió su bastón e intentó golpearle, pero Dylan le vio y se precipitó para detenerle.

-¡Señor, no te enfades, no seas impulsivo!

-¡Dylan, suéltame! Déjame disciplinar a este mocoso desobediente.

El enfado de Jorge era tan grande que Simón levantó los ojos, sus ojos se encontraron con los de la familia Carlos, nublados pero rebosantes de ira, y entonces tiró de las comisuras de los labios.

-¿Abuelo, está buscando un heredero títere?

Al oír estas palabras, Jorge se quedó helado.

-¿Qué quieres decir con eso?

-¿No es así? -Simón se mofó- Que intentes manipular mi vida por mí, ¿no significa que quieras que sea una marioneta? Eres mi abuelo, así que te respeto, pero eso no significa que vaya a ser una marioneta de buena gana.

-Sí, entonces iré a dejárselo claro, y si deja de molestar, espero que tú tampoco presiones el tema.

Dicho esto, Simón se dio la vuelta enseguida, con el rostro indiferente, y dijo al criado, -Guíame.

La sirvienta que trajo el té se quedó paralizada un momento, luego asintió y se volvió para guiar a Simón hacia los pisos superiores.

Mientras caminaba, la chica se sintió inexplicablemente desanimada y avanzó con paso inseguro, como si el que la seguía no fuera una persona, sino un demonio que iba a beber sangre humana.

No fue hasta la puerta de una habitación que la criada se detuvo, -Señor Simón... Señorita Zoe se queda aquí.

Dicho esto, se ofreció a acercarse y llamar a la puerta.

-Señorita Zoe, ¿se ha preparado?

Tras un momento de silencio, la puerta se abrió y Zoe se quedó allí con los ojos sonrojos.

-Simón ... -Los ojos de Zoe se movieron al ver a Simón y quiso dar un paso adelante, pero entonces pensó en algo y se detuvo en seco.

-Tengo algo que decir.

La criada se fue huyendo.

Simón no se lo tomó en serio, su gélida mirada se posó en el rostro de Zoe.

-Señorita Zoe -los labios del hombre se separaron ligeramente y su voz contenía un gélido distanciamiento-, te agradezco que hayas cuidado de mí cuando estaba enfermo, pero eso no significa que tenga que estar comprometido contigo por ello. Además, parece que no te pedí que me cuidaras cuando estaba enfermo, ¿verdad?

Podía sonar ingrato, pero era cierto, la familia Carlos tenía tantos sirvientes, ella se ofreció para cuidarlo y aprovechar la oportunidad solo para acercarse a él.

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