Ella no terminó la última parte de su frase, pero ya estaba claro para todos.
Jorge se quedó en silencio un momento y de repente habló, -Dylan, lleva a alguien a buscar por los alrededores inmediatamente, si no hay nada cerca entonces revisa más lejos y asegúrate de encontrarla.
Dylan asintió con una rara mirada seria.
-Lo sé, ya voy para allá.
Tras la marcha de Dylan, Raquel no se sintió cómoda esperando y se disponía a salir, pasando al lado de Jorge, cuando éste habló y le llamó.
-Acabas de llegar por aquí, no la encontrarás por tu cuenta.
Al oír estas palabras, los pasos de Raquel se detuvieron y miró a Jorge con ojos fríos.
-¿Y qué?
-Ven a casa conmigo primero, oiremos algo pronto si Dylan envíe a alguien a buscarla.
Raquel rechazó la sugerencia de Jorge sin pensarlo y dijo fríamente, -No, no me puedo sentarme a esperar noticias en esta situación.-
Jorge se quedó sin palabras, no esperaba que su amabilidad fuera rechazada.
Jorge siempre había sabido cuánto le odiaba esta hija suya, pero ahora que le había tratado así, seguía siendo duro para su corazón.
Lo único en lo que podía pensar Raquel era en Xenia, que había salido con ella y seguía involucrada por su culpa, y si esta vez le pasara algo a Xenia, no podría pagarlo con un millón de muertes.
La idea de que fuera débil y llevara un bebé hizo que Raquel se desesperara y dijera una palabra dura.
-De todos modos, si esta vez le pasa algo a Xenia y al bebé, ¡también se lo haré pagar a toda la familia Carlos!
Con eso, Raquel se fue.
Cuando volvió a entrar la llamada de Simón, Raquel contestó esta vez sin dudar.
-¿Xenia?
La voz masculina, profunda y firme, que llegaba del otro lado hizo que Raquel frunciera el ceño y susurrara, -Soy yo.
Hubo un momento de silencio al otro lado del teléfono antes de que volviera a sonar la voz de Simón.
-¿Tía Raquel? ¿Qué hace el teléfono de Xenia aquí contigo?
-Este asunto...
Raquel le contó a Simón la larga historia de lo que había sucedido hoy, asegurándose de que el otro hombre había entendido antes de decir, -Lo siento, no esperaba que pasara esto, por mi culpa personal, así que...
Raquel dudaba en decir algo sobre su relación con la familia Carlos, al fin y al cabo, si lo hacía, quedaría en evidencia, pero las cosas habían llegado a este punto y no podía dejar de decir algo, así que en lo que respecta a la familia Carlos, sólo dijo que tenía algunos rencores contra él en el pasado, y no detalló cuáles eran.
Raquel pensó que le preguntaría por su relación con la familia Carlos, pero Simón no lo hizo.
-Lo sé, mandaré a buscarla inmediatamente.
Tras colgar el teléfono, Simón llamó directamente a Anthony.
En este momento, Anthony estaba invitando a Lolita a una gran cena, ya que estaba cumpliendo su promesa de invitar a Lolita a una gran cena durante el próximo mes.
Mientras se ordenaban las cosas, sonó el teléfono de Anthony.
Miró y vio que en realidad era Simón quien llamaba y se apresuró a contestar.
-¿Qué clase de cosa pasa hoy que estás...
Sin embargo, las palabras de Anthony se cortaron en el otro extremo antes de que pudiera terminarlas.
Después de eso, su expresión fue empeorando a medida que escuchaba las palabras desde el otro lado, y al final incluso empeoró.
Lolita, sentada frente a él, observó todo el proceso de cambio de su expresión y, cuando él colgó, ella no pudo resistirse a preguntarle.
-¿Qué ha pasado?
Al oír la voz de Lolita, Anthony volvió en sí, pensando en lo que tenía que hacer, sus ojos mostraban sus disculpas.
-Oops, es una broma. ¿No tienes que irte? Vamos, no lo alargues.
Los dos salieron juntos del restaurante, y el camarero les llamó al salir de la caja: -Señor Anthony, este...
-Tenemos prisa, así que me llevaré el crédito, y toda la comida será como regalo para tu grupo.
El camarero se quedó helado, seguido de una sonrisa de alegría en sus ojos, -Gracias, Señor Anthony.
***
"Me duele..."
Xenia se despertó con un terrible dolor en la nuca e inconscientemente trató de levantar la cabeza para acariciarse la nuca, sólo para descubrir que no podía mover las manos.
Se movió y, tras darse cuenta de que tenía las manos atadas, Xenia abrió los ojos bruscamente para encontrarse con un entorno desconocido.
Y estaba tendida en el suelo, con las manos y los pies atados por cuerdas, sin poder moverse en absoluto.
Los recuerdos se agolparon en su mente y Xenia por fin recordó lo que había sucedido antes, ella y Raquel habían ido a comer al restaurante y luego habían ido al baño en medio del mismo, al salir se encontró con el hombre que había intentado invitarla por la mañana, estaba a punto de hablar cuando fue noqueada.
¿Se secuestraron a sí misma?
Xenia se sintió aliviada de que, si eran ellos, la estarían utilizando para amenazar a Raquel de vuelta a la familia Carlos y que no correría ningún peligro.
¿Por qué tenía las manos y los pies atados de esa manera?
Xenia frunció el ceño e intentó forcejear, pero cuanto más se esforzaba, más se apretaba.
Mientras forcejeaba, una sensual voz femenina le llegó desde atrás.
-No forcejees, los nudos que he atado están fijos, si funcionan tus manos, tal vez podrías desatarlos en serio, pero ahora no puedes utilizar manos, sólo te apretarás más si forcejeas así.
Este sonido ...
Xenia se detuvo en sus movimientos y se volvió.
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