Esposa falsa de Simón romance Capítulo 960

Xenia miró a Bernabé con desconfianza, sin hablar.

Tenía curiosidad por saber por qué Bernabé conocía la afición de Rafael por Naomí.

Pronto, Bernabé le dijo la verdad.

-Fue papá quien me lo dijo.

Bernabé traicionó a su padre otra vez.

-¿Papá?

-Sí, así que...¿es verdad?

Xenia no esperaba que Simón le dijera esta murmuración a su hijo.

-No. No lo tomes en serio. Y será mejor que no se lo menciones a Diego, Naomí o Rafael para que no se avergüencen, ¿vale?

-Lo sé, mamá -Bernabé asintió.

Pero lo fingió.

Los dos volvieron a su habitación con intenciones distintas.

***

A Naomí le había bajado la fiebre, sólo estaba un poco mareada y creía que era por la resaca.

Así que se puso a cocinar.

Estaba lavando el arroz cuando entró Rafael, con sus manos como nieve en el agua fresca.

-¿Qué estás haciendo? No te has recuperado - dijo Rafael con el ceño fruncido.

Naomí levantó la vista, sobresaltada.

-¿Rafael?

-¿Qué haces aquí? ¿De qué estás hablando? No estoy enferma -Naomí se quedó perplej.

-¿O me estás maldiciendo? Pues, gracias por invitarme a cenar ayer, pero por favor, no digas tonterías -se estaba enfadando Naomí.

Pensando que todavía tenía fiebre, Rafael se acercó a ella y le puso la palma en su blanca frente.

Casi al instante.

Naomí ni siquiera pudo reaccionar, creyendo que Rafael iba a golpearla.

Sin embargo, de alguna manera se quedó congelada en el lugar, sin esquivar.

Naomí tardó unos segundos en levantar la vista, -¿Qué haces?

-¿Es así? ¿Y tienes que estar tan cerca de mí?

Naomí se fue relajando un poco, demasiado avergonzada para seguir pensando en ello.

-Lo siento -Rafael se puso rojo. -Sólo me preocupaba que aún tuvieras fiebre, pero te echaste atrás, no quería molestarte.

-Bah, podrías haberme preguntado.

Al ver la insoportable vergüenza de Rafael, Naomí sonrió y se acercó a él.

-Es la primera vez que veo a un chico tan tímido, ¿en qué estabas pensando?

Rafael apenas podía hablar.

-Bien, ¡lo entiendo!

Rafael estaba ansioso por explicarse, por miedo a que Naomí pensara mal de él.

Pasó un tiempo antes de que Rafael dijera, -No soy un hombre frívolo.

Naomí se encogió de hombros con indiferencia, -Ya veo.

Rafael recordó de repente cómo Naomí había llorado por otro hombre ayer y se sintió especialmente frustrado.

¿Era demasiado tarde?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón