Los pensamientos de Naomí le molestaban mucho a Xenia, y desgraciadamente Bernabé estaba al lado, así que no podía decir demasiado clara para que no le transmitiera malas ideas a Bernabé.
Y Naomí, probablemente pensando que la luz de la habitación no era buena, salió de nuevo con su teléfono móvil.
No se sabía dónde fue a buscar un lugar apropiado.
Cuando Simón no regresó hasta el mediodía, Xenia pensó, “¿Cómo puede ser tan perezoso? Rafael se ha levantado temprano para traer a los niños y él durmió hasta tan tarde en el hotel? ¿Es porque no ha dormido bien la noche anterior?”
En lugar de ver a Simón, Xenia vio a Dylan Pliego de la Familia Carlos a recoger a Bernabé.
Así que Xenia dejó que Bernabé se fue con Dylan para comportarse bien ante Jorge Carlos.
Era la víspera de Año Nuevo, pero la casa estaba vacía.
Xenia estaba tan triste que bajó la cabeza, se tocó la barriga y susurró, -Bebé, bebé, ahora eres el único que queda con mamá.
***
-¿Vas a continuar hoy? ¿No dije ayer que tenemos dos días libres? -Jason miró con impotencia a Simón, de pie frente a él, como un amigo íntimo al que no podía dejar de aconsejar una y otra vez.
Esperaba que su mejor amigo adoptara un enfoque más conservador del tratamiento y no tomara siempre medidas tan peligrosas.
-Sí, continuo hoy. -La expresión y la voz de Simón eran tranquilas, sin cambios. Si no fuera por el rostro ligeramente pálido, Jason habría pensado que él era normal.
Jason no pudo evitar hacer una mueca, -¿Crees que esto es útil?
-¿No es eso lo que dijiste? -Simón levantó los ojos y lo miró fríamente.
A pesar de que eran buenos amigos, Jason siempre había tenido miedo de Simón. Después de todo, su mirada estaba siempre lleno de poder.
Sintió que tenía que ceder.
-Olvídalo.
Dejó de convencerle. Eran viejos amigos y sabía que no podría convencer a Simón, así que tendría que cuidarle más a su lado.
Cuando terminó, Simón estaba tan frío que su rostro pálido era un poco peor que antes. Pero aún no había obtenido nada.
En el camino de vuelta, Rafael le miró a la cara y le preguntó, -Señor, si sigue así, la señora se dará cuenta cuando nos volvemos.
-Entonces no volveremos. -dijo Simón con indiferencia.
Rafael, -¿No volver? Entonces, en caso de que la señora me pregunte, y el pequeño señor...
-La empresa ha estado bastante ocupada últimamente. No estamos en el país. No hay Año Nuevo. Y tengo que ocuparme de los asuntos de la empresa durante el día, además de descansar por la noche.
Aunque fuera cruel decirlo, lo más urgente que quería hacer ahora era recuperar la memoria.
Pero no quería preocupar a Xenia.
Si ella supiera que estaba utilizando ese método, de acuerdo al carácter de esa mujer, definitivamente no lo dejaría ir de nuevo, y entonces diría que no importaba si recuperaba la memoria o no.
Rafael sintió que era una excusa poco convincente y dijo con dificultad, -Aunque esté ocupado con el trabajo, no tiene que no volver a casa, ¿verdad?
-¿Cómo?
Simón enarcó una ceja y entrecerró los ojos, -¿Tienes algún problema con eso?
Frente a sus miradas fuertes y fríos, Rafael retrocedió, -No, no tengo problema con eso. Sólo estoy pensando en una solución más perfecta para usted. Después de todo, si no viene a casa todos los días, la señora notará algo extraño.
-¿Así que ahora tienes una idea mejor?
Naomí tomó la mano de Xenia y le dijo con ansiedad.
Xenia levantó la vista y dio una palmadita reconfortante a la mano de Naomí. Dirigió su mirada a Rafael y dijo.
-¿Es eso lo que te dijo?
Rafael tampoco había esperado que estuviera tan tranquila y no sabía qué estaba pasando. Sólo pudo asentir.
-Sí, eso es efectivamente lo que me dijo el señor. Y a Bernabé lo recogeré y lo llevaré yo a partir de ahora, para que el señor estuviera ocupado con la empresa.
-Bien. -Xenia sonrió suavemente-. Entonces será difícil para ti llevar a Bernabé de un lado a otro todos los días. Por cierto, si Bernabé se queda bien con Jorge, entonces lo deja quedarse con Jorge unos días primero, y luego ir a buscarlo cuando su papá haya terminado con su trabajo.
Rafael aceptó, y con la noticia se marchó hacia Simón.
Una vez que se fue, Naomí apretó los dientes y dijo, -Xenia, ¿cómo puedes ser tan fácil? Obviamente todo ese es una mentira. No creo que sea creíble no ir a casa por el trabajo.
Xenia asintió, -Sé que no es creíble.
Los ojos de Naomí se abrieron grande, sorprendida, -Sabes que no es creíble, pero tú...
-¿Cómo crees que es?
¿Quién? Naomí se congeló un momento antes de saber que Xenia se refería a Simón, quien, por lo que podía recordar, no era una mala persona y había sido bastante amable con Xenia, esta vez...
-¿Podría ser que haya una razón por la que de repente no quiere volver a casa?
Xenia dijo con calma, -Ahora parece que su repentina oferta de salir a un hotel con Rafael debió ser premeditada.
Naomí no podía entenderlo y preguntó confundida, -¿Qué quieres decir? ¿Premeditada? ¿Xenia, acaso te engañó?
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