Suegra…
Era la madre de Simón Freixa, Rosa Sánchez.
Esa persona… Al principio, le mencionó Simón a ella.
Cuando había algunas contradicciones entre Simón y Óliver Freixa, Simón le había hablado del tema sobre Rosa, por eso, Xenia creía que su suegra desconocida era una mujer muy casta y rigurosa. Al saber que su marido estaba ligando con otra mujer, decidió divorciarse en seguida, y no se visitarían mutuamente por toda la vida.
Le envidiaba mucho Xenia a Rosa por su carácter decidido y resuelto.
Por lo tanto, Simón le odiaba mucho a Óliver.
Pero…
-Vamos al grano, en realidad, solo son mis opiniones propias, no hay ningún suposición en el mundo. Si existiera, muchas personas no morirían, ni ocurriría eso. Sea como sea, menos mal que nos reunamos hoy. Dijo Raquel con lágrimas-, todo es el destino, la vida de Rosa y yo estaba marcado por huir de casa, Rosa encontró con un hombre malo que también fue por fortuna, fue precisamente que las personas de La familia Freixa le llevaría a Simón a casa, y estaría destinado a conocerte.
Xenia no le contestó.
-Todo es el destino -Raquel murmuraba, bajando las miradas.
-Raquel, ya tenemos la certidumbre, todo ha pasado, deja de pensarlo -Xenia se le acercó y le batió a sus hombros levemente.
-Sí, lo sé -Raquel se lavó su cara en el lavamanos, y sonrió-, no pasa nada, volvemos ahora.
-Espera, Raquel, tengo algo que decirte -Dijo Xenia.
-¿De qué? -dijo Raquel.
Vaciló un momento mirando a Raquel, y luego Xenia le contó todo lo que habían decidido Simón y ella.
Tras las palabras, Raquel no cambió nada de expresión, y dijo, -de acuerdo, son vuestros asuntos privados, si ya lo decidisteis, está bien.
Xenia estaba sorprendida, no pensaba que Raquel lo aceptaría tan fácil.
-Raquel, he… -Xenia quería explicarlo.
-¿Temes que Jorge no lo acepte? No te preocupes, si Jorge sigue siendo obstinado, tengo ideas para hacerle mal -Y luego, Raquel hizo un gestor de darle golpes a él-, a menos que vaya a abandonarme, podré tomar decisiones por vosotros.
-En realidad, tengo miedo que Jorge estará enojado, ya tiene mucha edad -Dijo Xenia.
-Pues, tengo un buen remedio -Contestó Raquel.
-¿Cuál es? -preguntó Xenia.
-Ahora Jorge presta toda su atención a Bernabé, si queréis, podéis dejar a Bernabé a su lado -Explicó Raquel.
-Ni hablar -Le rechazó Xeia.
Xenia meneó la cabeza, y negó determinadamente, -No.
No podría aprovechar su hijo para conseguir sus metas, lo cual le robaría la libertad, no lo podría hacer.
-Sabía que no lo aceptarías, bien lo podemos decir y nada más. No lo tomes en serio. Cuando volvéis a patria con Bernabé, dejádmelo -Dijo Raquel.
El significado de estas palabras era que podrían hacer todo lo que querría, y dejar de darse cuenta del resultado, pase lo que pase, les ayudaría a resolver todo.
-Es nuestro ángel de la guarda -Pensaba Xenia.
Cuando volvieron al festín, se dio cuenta de que el fenómeno estaba un poco raro.
Xenia pesaba que todo fuera por Raquel, por eso no seguía pensando en esto. Cuando se sentó Xenia, las miradas de Jorge encontraron con las suyas, las cuales eran como los cuchillos afilados, le asustaba mucho a Xenia.
-¿Qué pasó?
No estaba aquí, por eso no sabía qué había pasado entre ellos, Simón dijo, -cuando fuiste a buscar a Raquel, le dije a Jorge que volveríamos a patria.
Tras sus palabras, Xenia estaba sorprendido, y ahora era comprensible que las miradas de Jorge eran tan terribles, la razón era que había dicho todo él.
Vaya…
-Vale, ya lo sé -Xenia asintió con la cabeza, batió a las manos de Simón suavemente, y dijo, -no será largo, si te preocupas, podrías esperarme a la puerta.
Y luego, Xenia entró en el cuarto de estudio siguiendo por los pasos de Jorge. Simón quedaba en la puerta, con expresión seria. En la distancia, lo vio Raquel, se bajó y dijo a Bernabé, -mira, ahora Simón es como un perrito, ¿no?
Bernabé no le contestó.
Y Diego no habló nada a su lado, no se encontró ningún señal de emociones en su cara.
Pero tras sus palabras, Diego movió sus labios levemente, y echó un vistazo a ella.
-Esa mujer es la tía de Simón, ¿no?
-¿Por qué dice eso? -pensaba Diego, no podía creerlo sin verlo personalmente.
Bernabé estaba parpadeando, y dijo puramente, -si no digas, no lo notaría.
Diego también miraba a Bernabé.
-Bueno, Raquel tiene un compañero nuevo para burlar a Simón, para colmo, el cual es su hijo -Pensaba Diego.
En el lugar de ser el hermano mayor de Xenia, Diego creía que no pasó nada.
Sin embargo, en el lugar de ser un hombre, le compadecía mucho a Simón.
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