Esposa falsa de Simón romance Capítulo 979

Durante de tantos años, Jorge Carlos comía solo.

Aunque le acompañaba Dylan a él, al fin y al cabo, eran dos hombres de edad, por eso no habían muchos temas de los que hablar entre ellos. ¡Qué amargo!

Jorge no nació por estar solo, había disfrutar de la vida con su esposa e hija, y muchas amantes. Sin su fuerza interior del corazón, era imposible a vivir la vida así por tan largo tiempo.

Ahora su hija menor estaba con él.

Aunque la otra hija no estaba a su lado, su nieto vino con sus familiares, era una familia de tres miembros. ¡Oh, no! Ya era una de cuatro.

Diego también asistió con Xenia.

Los presentes contenía ocho personas, incluso Dylan y Jorge.

¡Qué animado!

Jorge sonreía, era una risa que aparecía en sus ojos, el corazón y la cara, y Bernabé estaba sentado al lado de él, lo cual le complacía más.

Por Bernabé, Jorge tenía más simpatía a Xenia que antes.

En realidad, casi no había simpatizado con Xenia, con su orgullo, podía decir nunca.

Sin embargo, la compañía de Bernabé era como un lavado del cerebro de Jorge, si hacía una evaluación de la simpatía a Xenia, sería setenta de un total de cien puntos.

Pero seguía siendo orgulloso, por eso no podía expresar su satisfacción por Xenia, dejando su dignidad.

Menos mal que había saludo a Diego, y luego los dos habían hablado por un rato.

Eran responsables del mismo grupo, por eso, tenían mucha cosa para charlar.

No tardó mucho en rectificar su opinión sobre Diego, Jorge consideró que era una persona confiable.

Durante la cena, Bernabé hablaba muchas veces por Xenia ante Jorge.

No obstante, Raquel Sanchez estaba distraída, mirando a tantas personas, sus pensamientos pasaban por su mente, y le recordaron el pasado.

En aquel momento, era muy pequeña, su hermana mayor era la que más buena con ella.

Desde que dio a luz a Raquel, su madre tenía algunos problemas de salud, pasó por unos años en cama, pese a que había usando muchos medicamentos costosos, por fin dejó el mundo atrás.

Cuando su madre falleció, Rosa Sanchez convirtió en la que más buena con Raquel.

Le cuidaba a Raquel como su hija. Jorge estaba muy triste por la muerte de esa mujer, de hecho, había estado mal, y luego, derrotó por la añoranza, por eso, muchos asuntos de la empresa fueron postergados.

Entonces, después de poner los asuntos de su mujer en orden, Jorge tenía muchas cosas que deshacer, y les ignoró a sus hijas naturalmente.

Al principio, sus hijas le entendía, pero gradualmente, las relaciones entre ellos venían siendo cada vez más débil.

Para los niños, la compañía de los padres eran muy importante.

Pero las palabras que escucharon más las dos chicas eran que Jorge tendría algunos compromisos por trabajo, no harían falta esperarle a cenar juntos.

Inicialmente, se veían menos, y luego, no tenían ningún tiempo para estar juntos.

Raquel se burló en su corazón al pensar en esto.

-La única virtud de Jorge es que se enamoró de su mujer sinceramente, mamá falleció muy temprano, el precio de él ya era astronómico, muchas mujeres querían estar consigo, sin embargo, no les hacían caso.

-El viudo no se casa con nadie, ni liga con nadie.

-La pena es que quiera mucho a controlar todo en su mano.

-De acuerdo -Contestó Xenia.

Xenia también iba al cuarto de baño, la vivienda de la familia Carlos es muy grande, con la ayuda de los criados, por fin, Xenia consiguió a encontrar el baño.

Sin embargo, lo que no sabía ella era que, tras su partida, Simón dijo a Jorge, el cual estaba sentado enfrente de él, -abuelo, tengo algo que decirte.

Cuando Xenia llegó al cuarto de baño, les dio gracias a los criados. Contestaron que no eran necesarias con reverencia y miedo, y luego salieron.

Xenia entró en el baño, pensaba que tendría que buscarle por un rato, sin embargo, con sólo un vistazo, consiguió a encontrar que Raquel se quedaba allí pasmada, apoyándose en el lavabo. Las huellas de lágrimas seguían quedado en sus mejillas. Parecía que no tenía prisa por salir, por eso no se lavaba, cuando entró en el baño.

Al oír el sonar de unos pasos, Raquel giró sus miradas a la dirección. Cuando se dio cuenta de que era Xenia, se sonreía, y dijo, -vienes tú.

Xenia paró sus pasos, y miró a Raquel confusamente.

Porque era tía de Simón, pero, en realidad, no tenía mucha intimidad con ella. Ahora, veía su risa con lágrimas, Xenia se quedó muy triste.

-De hecho, no tenías que venir, puedo controlar bien las emociones -Dijo Raquel en ese momento.

Xenia movió sus labios levemente, y se le acercó y quedó a su lado, le dio unas servilletas.

-Límpialas, Raquel -Dijo Xenia.

Miró a las servilletas por un rato, y lo tomó, Raquel sacó una de las cuales para secar las lágrimas, sorbiendo el nariz, y dijo, -en realidad, recordé al pasado, y sentí mucha emoción, no eran por tristeza.

-Pero las lágrimas salieron espontáneamente, si Bernabé no me recordara, no lo sabría -Pensaba Raquel.

-El pasado… -Murmuró Xenia.

-Sí, ese hombre… Es culpa suya, si no nos forzara, no huiríamos de la casa. Si no huyéramos de la casa, no…no moriría mi hermana mayor, Rosa, la cual es tu suegra.

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