Esposa sustituta: ¡nunca te dejaré ir! romance Capítulo 13

Linda se dirigió hacia la habitación, convencida de que se dormiría en cuanto su cabeza tocara la almohada, porque no había descansado bien la noche anterior. Pero, al acostarse sobre la gran cama, impregnada del aroma de Cecil, descubrió que no podía conciliar el sueño.

Era por la tarde, lo que significaba que su nuevo esposo, probablemente, necesitaría tomar una siesta.

'¿Acaso se está manteniendo lejos de la habitación porque yo estoy aquí?¹, se preguntó la chica.

Con un montón de pensamientos rondando en su cabeza, dio vueltas y vueltas en las sábanas durante un largo tiempo, antes de caer, finalmente, dormida.

Mientras tanto, después de que Chelsey se retirara de la sala, sus ojos brillaron con odio, puesto que, se sentía profundamente amargada y humillada.

Tras enterarse de que su jefe contraería matrimonio, finalmente renunció al amor que permanecía escondido en su corazón desde que era una niña, pero nunca imaginó que él se casaría con otra mujer que no fuera Leona.

'¿Qué diferencia existe entre Linda y yo? Tanto ella como yo, somos dos mujeres a quienes Cecil no ama. Entonces, ¿cómo ella consiguió ser su esposa y yo no? Esa Linda...

¡No es más que una falsa!

¿Cómo se atreve una impostora a pedir que me disculpe?', se cuestionó internamente la mujer, rechinando los dientes, debido a la rabia.

Por otro lado, el magnate se encontraba desocupado.

Ya que acababa de casarse, estaba de permiso en el trabajo.

No tenía intenciones de molestar a Linda, quien se encontraba descansando en la habitación, por lo que se dirigió al estudio.

Los ojos del hombre se posaron en el marco colocado sobre el escritorio, donde reposaba una fotografía de él y Leona. En dicha imagen, aquella preciosa niña iba a cuestas en su espalda, sonriendo a la cámara.

Esa brillante sonrisa suya se había grabado hasta sus huesos; mientras más la miraba, más deslumbrado se sentía.

De la nada, un sentimiento de ira lo consumió, impulsándolo a tomar el marco y arrojarlo al cajón del escritorio.

Tras ello, levantó su mano hasta la altura de su rostro y masajeó la piel entre sus cejas.

En el pasado, él siempre aceptó y cumplió las solicitudes de Leona, sin importar qué tan irracionales fueran. Aparentemente, ella estaba feliz con su relación, pero, ¿por qué decidió huir de su propio matrimonio?

¿Será posible que toda su relación no había sido más que una broma para ella? ¿Por qué?

Capítulo 13 Te daré una última oportunidad de... 1

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