Esposa sustituta: ¡nunca te dejaré ir! romance Capítulo 15

Pese a que Linda estuvo durante un largo rato intentando descifrar el motivo de la desaparición de Leona, no había forma de que ella pudiera saber la verdad absoluta.

Finalmente, respiró profundamente, en señal de resignación, y se movió para acostarse de nuevo cuando, de repente, sonó su celular.

De inmediato, agarró el aparato y vio el nombre de la persona que llamaba.

Se trataba de Michelle Meng, su mejor amiga, además de su compañera de clase.

Al instante, la chica se relajó, y respondió la llamada con voz suave, como si no estuviera pasando nada fuera de lo común: "Michelle, ¿qué pasa?".

"No has venido a clases en mucho tiempo, ¿ dónde has estado?", cuestionó su amiga.

"Yo... Estoy en casa", respondió, de manera dudosa, mordiéndose el labio.

"¿En serio? Llamé a tus padres y me dijeron que no estabas", inquirió la otra.

Por "padres", ella se refería a los padres adoptivos de su amiga.

Luego de considerarlo por un momento, Linda terminó proponiendo: "Hablemos de eso cuando nos encontremos".

"¿Qué tal hoy?", preguntó la amiga.

"No me siento muy bien hoy. ¿Qué te parece mañana?", acotó la recién casada.

Michelle concordó, alegre: "Bien, de acuerdo. Te contaré un secreto cuando nos veamos mañana".

"¿Qué cosa?". Los ojos de Linda se iluminaron con curiosidad tras preguntar aquello.

"Tendrás que esperar hasta mañana para saberlo", fue lo último que su amiga dijo, con aires misteriosos, previo a colgar.

Al finalizar, la chica pudo volver a dormir y no se despertó sino hasta las cinco de la tarde.

Cecil no regresó a la habitación, ni la molestó luego de su conversación.

Al levantarse de su sueño, fue a lavarse con calma y bajó a cenar.

Tan pronto como entró al comedor, notó que el magnate se hallaba sentado solo, con dos juegos de vajilla sobre la mesa, mas no se atrevió a caminar y sentarse sin permiso.

Él miró por el rabillo del ojo a la mujer que se encontraba parada detrás de él, no muy lejos, y le dijo: "Siéntate y cena".

"De acuerdo, gracias", contestó ella, de manera obediente, acercándose para sentarse en la mesa.

La cena transcurrió con tranquilidad, interrumpida, simplemente, por los suaves sonidos que emitían al masticar. Al terminar su comida, el hombre dejó los palillos y se levantó para irse. "Señor Bo", le gritó de repente la chica. Él se detuvo, pero no se dio la vuelta.

Capítulo 15 Le confesaré mi amor a mi príncipe a... 1

Capítulo 15 Le confesaré mi amor a mi príncipe a... 2

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