Ex-marido, ahora fabuloso amante romance Capítulo 14

Ximena estaba asombrada. Al mirarse a sí misma, se preguntó si sus pechos no eran suficientemente grandes, ¿no alcanzaba llevar lencería de encaje?

—Señor Licona, apostaría a que nunca ha sentido unos pechos naturales más grandes que una copa C -preguntó Ximena con sarcasmo mientras daba un paso atrás.

El escote de Rubí era a lo mucho una copa B, sin mencionar que ella se había hecho un aumento de pecho. Mario solo había conocido el plástico, ¿cómo se atrevía a burlarse de ella?

-¿Cómo sabes que no lo he hecho?

Mario no sintió nada más que ira cuando recordó las actividades de aquella noche. A juzgar por cómo se sentían, eran por lo menos una C. Recordó lo bien que se sentían al tacto, y le encantaría la oportunidad de acariciarlos de nuevo. Esa fue su única noche loca, cuando el suelo estaba lleno de condones cuando despertó. En las últimas rondas, la penetración fue sin protección. A pesar de que su cabeza estaba llena de escenas explícitas de esa noche, Mario todavía lograba mantener una cara de póquer. ¿Cómo esta mujer lo incitó tan fácil? Tal vez fue porque se había estado absteniendo durante demasiado tiempo.

-¿Qué está haciendo aquí?

Ahora caía en cuenta de que el Grupo Licona era uno de los patrocinadores del concurso de belleza. Además, la empresa de Rubí, CK Entertainment, resultó ser el organizador. Sin embargo, Ximena no se sintió intimidada, nunca había pensado en ganar el concurso de belleza de todos modos; aparte, aquella empresa tenía un jefe muy misterioso, puesto que nadie sabía su identidad y era conocido por el apodo de «El Rey». Había muchos rumores externos sobre él: algunas personas decían que era gay, mientras que otros sugerían que estaba lisiado, lo que podría explicar por qué no tenía valor para aparecer en público.

Santo cielo, ella no podía evitar fantasear cada vez que pensaba en su ídolo, El Rey. Ximena se sonrojó ante el pensamiento.

-¿Cómo se hace para conocer al Rey? -Ximena preguntó de repente.

-¿Qué hay con él? -preguntó Mario en lugar de responder a su pregunta.

—Él es mi ídolo, ¿lo conoce?

Ximena agitó su cabeza con decepción, conociendo la respuesta antes de que siquiera lo dijera y concluyó que él no podía conocer al Rey, pues eran demasiado diferentes. Uno de ellos era un nuevo rico nacido con una cuna de oro, mientras que el otro construyó su propia riqueza desde cero. No había comparación.

—¿Por qué pregunté? No me lo diría de todos modos. -Ximena se alejó y se fue.

¿El Rey era su ídolo? Sería interesante que ella supiera que él es El Rey.

El concurso de belleza esta vez fue mucho más despiadado de lo que Ximena había imaginado.

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