Heredero de un multimillonario romance Capítulo 120

- Estamos juntos", interrumpió Damir de repente nuestra conversación. Se acercó a mí y me pasó el brazo por el hombro. - Jana es mía.

Sentía la cabeza mareada y los músculos llenos de calor por las palabras del hombre. Especialmente el tono serio y seguro con el que lo dijo, apretándome contra su fuerte pecho. Me puso la piel de gallina...

- Bueno, enhorabuena -comentó mi hermana confundida, con un brillo oscuro en los ojos-. - Yo también presentaré a mi hombre.

Se volvió hacia el gordo, que había estado metiéndose todo tipo de comida en la boca con avidez todo el tiempo. Y su mirada regresó a nosotros. En la mano de Damir, que agarró mi hombro con una autoridad impresionante. Algo en sus ojos volvió a brillar.

- Te presento a Veniamin Markovich. Es un gran funcionario, un hombre serio y multimillonario", dijo con orgullo, con la cabeza bien alta. - Acompaño a Veniamin aquí por negocios...

- Aquí no sólo trabajamos, sino que también descansamos", tosió el hombre, relamiéndose los gruesos labios. Por fin se dio a conocer. Todo el tiempo estuvo sentado en silencio observando nuestra emotiva conversación, sin decir una palabra, como un extraño. ¿Tal vez porque su boca estaba siempre ocupada?

Se llevó un vaso de whisky a la boca y se puso en pie, pero se alejó de la mesa, lo primero que hizo fue acercarse a mí, mirándome con una especie de mirada húmeda y sedienta de sangre. Tomando mi mano, la besó, presionando sus labios babeantes contra el dorso de mi palma.

- ¡Se sintió bien!

- Gracias. Yo también", mentí, casi vomitando.

- ¡Eres adorable! - Sonrió ampliamente y sus cejas se movieron, coqueteando conmigo. Estaba mentalmente resentido con él. ¡Me está tomando el pelo! O me lo estaba imaginando, o estaba mostrando demasiado interés en mí. Pero qué sentido tenía si mi hermana era exactamente igual que yo. Compartimos la misma cara.

El nuevo pretendiente de Anya no era básicamente diferente de los anteriores. Era el mismo hombre gordo y grasiento de antes de la jubilación. ¡Se veía horrible! Pero con una cartera gorda. Mi hermana me decía que la apariencia no es lo principal, lo principal es lo que hay dentro... los bolsillos.

A continuación, Veniamin se acercó a Damir y le tendió la mano. Los hombres se dieron la mano y se conocieron.

- Por favor, ¡venga a nuestra mesa!

- Veniamin, ¿te ha hablado Anya de su hermana? - preguntó Damir.

- Sí, me dijo de pasada. Las chicas son realmente como dos guisantes en una vaina. Si hubiera visto a Yana me habría comportado exactamente como tú.

El novio de su hermana se rió roncamente mientras le ponía dos vasos delante.

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