Heredero de un multimillonario romance Capítulo 121

Definitivamente hay una conspiración sobre mí. ¿Por qué una tercera personalidad femenina me dice lo mismo? Para alejarme de Damir y no enamorarme. Es como si trataran de hacer salir a un rival... Y celoso.

- Lo entiendo. Gracias, Anya, por tu consejo y tu preocupación.

- De nada.

La cena continuó. Anya, aunque charlaba amablemente conmigo sobre todo lo que le ocurría, no dejaba de mirar a Damir, absorto en su conversación con Veniamin. No me gustó esa mirada. A veces tenía que repetir la pregunta porque Anya volaba en las nubes, mirando a Uvarov.

- ¿Eh? ¿Qué?

- Dije, ¿has visto a tus padres hace mucho tiempo?

- Mm, hace mucho, mucho tiempo, cuando me fui, y no he visto más. Sinceramente, me importan una mierda. Hay un caso malo que no se puede evitar. No somos nada para ellos.

- ¿Te alegras de verme?

- ¡Claro que sí! - hizo un mohín con un lápiz de labios rojo y brillante. - ¡Qué sorpresa! Escucha, dime, ¿qué tan grande es la casa de Damir?

Los ojos de mi hermana se iluminaron como diamantes al sol.

- Sí, es grande.

- ¿Qué más tiene? Es el número tres en la lista de hombres más ricos de Forbes.

- ¿Lo es?

- Sí. Lo leí en una revista el otro día... Me preguntaba cómo vive el hombre más rico del país.

- Mucho lujo.

- Qué suerte tienes, claro", suspiró, "ahora lo tienes todo. Pero el precio del placer no es bajo. Arruinarás tu figura una vez que hayas tenido el bebé. Arruinarás tu figura cuando des a luz y tendrás todo tipo de dolores en los últimos meses.

- Espero que no. ¿No estás contento con Veniamin? - Señalé con la cabeza a Aristarkhovich, que estaba sentado enfrente.

En ese momento, Veniamin dio un mordisco al faisán asado y un poco de grasa le salpicó la triple barbilla. Me encogí. No entiendo cómo Anya puede estar cerca de un cerdito como ese. Tomar su mano, besarlo...

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