- Bueno, mientras conducimos y seguimos sentados, ¿por qué no me haces una mamada?
Aleteando mi boca como un pez.
¿Una mamada?
¿Aquí en el coche?
¡Tiene mucho valor!
- Espera, no soy un acompañante, ¡soy un sustituto! ¿Cómo puedes ofrecer algo así?
- ¡Me apetecía! ¡Te deseo tanto de repente, ahora mismo! Vamos, nena, no seas descarada. Está gruñendo como un tigre, insistiendo en tirarme de la bragueta.
- ¡Conductor! ¿Y el conductor? ¿Y la seguridad? - Protesto obstinadamente.
No puedo hacerle una mamada a un caradura por encargo, y delante de un tercero, ni de coña.
¡Tiene muchas cosas en la cabeza!
- No mirarán, no te preocupes. Su trabajo es vigilar la carretera y mantenerme a salvo. Si se mueven en nuestra dirección, les dispararé.
Escuché un sonido aterrador de metal.
Me quedé boquiabierto, temblando.
Un objeto pesado y metálico cayó sobre la silla de al lado.
¡Mamá!
Es un arma.
¡Una pistola!
¿Es real?
O un... un encendedor.
Para asustarme y hacer que me respete y me someta.
El conductor y el guardia de delante no se movieron.
- Adelante -abrió las piernas, tirando de la cremallera de mi bragueta-.
- ¡No sé cómo!
- Mentiroso", dijo entrecerrando los ojos con astucia. - He estado en tu boca antes... Fue increíble.
- ¡Tú eres el mentiroso! - Estoy jadeando de indignación.
- Oh, no, definitivamente no estoy mintiendo. Recuerdo esa noche con gran detalle.
Yo no...
¿Hubo realmente una mamada?
¿O era sólo un truco del descarado?
Intento levantarme, pero Uvarov controla todos mis movimientos.
Es fuerte como un toro.
- ¡Mmm! Tienes un temperamento que me excita. Aunque prefiero una chica obediente, dispuesta a hacer absolutamente todo por mí en un chasquido de dedos. Pero usted es una rara excepción. Tus intentos de enseñarme los dientes sólo me excitan más.
Uvarov se pasa la mano por los pantalones, casi saca todo su impresionante pecho, pero vuelvo a gritar.
- ¡Me siento mal!
Suspira roncamente.
El coche está frenando, reduciendo la velocidad en los semáforos. Las náuseas están empeorando. No puedo aguantar más.
- Necesito un poco de aire", me tapo la boca con las manos y me precipito hacia la ventana.
Buscando el botón en el panel, lo presiono.
La ventana se desliza hacia abajo. Mi cara se siente fresca y fresca.
Cierro los ojos y respiro profundamente y con ritmo.
- Uf. Eso se siente mucho mejor.
El fuerte brazo del hombre sigue apretando mi cintura.
Como si tuviera miedo de que abriera la puerta y saliera corriendo.
Eso es poco probable.
Es imposible escapar de Damir Uvarov.
De repente oigo el rugido de un motor cercano.
Al girar la cabeza ligeramente hacia un lado, veo una moto, con un hombre extraño en ella, con un casco negro y ropa oscura.
Está al nivel del Cadillac. Se acerca bastante y se pone delante de mí.
Antes de que pueda gritar, su brazo da un fuerte tirón hacia delante y me apunta con una pistola.
¡BANG!
Un fuerte disparo sonó al otro lado de la calle.
Toda mi vida pasó ante mis ojos...
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