- Hay otro punto importante.
- Dígame.
- Mi hermano Denis... tiene problemas de salud. Necesita ayuda.
Damir suspira.
- Va a ser duro para mí contigo, preciosa, pero espero que merezca la pena.
- Definitivamente. No te arrepentirás.
Estoy dispuesto a todo, porque tengo una oportunidad real de cambiar mi vida. Es una oportunidad que estoy dispuesto a aprovechar con todas mis fuerzas.
Damir es mi varita mágica. Puede devolverme a mi hermano. Él puede darme refugio, comida, seguridad. Dar un futuro al niño que crece dentro de mí y que estaba esperando morir.
¡Es lo mejor que me ha pasado en diecinueve años!
¡No esperaba un regalo tan generoso del destino!
- Si alguna vez intentas engañarme y engañarte, te castigaré.
- No se me ocurriría... No soy así, ya sabes. Soy un hombre honesto.
- Y no estoy acostumbrado a creer a la gente. De lo contrario, no estaría sentado en un Cadillac yendo a la casa de baños del alcalde por la noche.
Lo diré. Realmente es una persona seria.
- Recuerda esto. Todos los hombres son lobos por dentro. Yo no soy una excepción...
El tono de su voz se volvió bajo y siniestro.
- Si me traicionas una vez, no tendré piedad.
- Yo no...
- ¡Shh! - Apretó los labios con los dedos.
Estoy a punto de llorar de lo bien que se siente.
No sabía que podía ser así...
El beso fue interrumpido por el timbre del teléfono. Con un siseo de mala gana, Uvarov se apartó de mis labios y empezó a hablar con alguien en inglés. No entendí la esencia del diálogo.
Cuando terminó de hablar, colgó la llamada. Se volvió hacia la ventana. Estaba pensando. Aparentemente, estaba pensando en algún asunto de negocios. Al cabo de un minuto, vuelve a recordar que no está solo en el coche, y que yo sigo tumbada en su regazo.
Ahora Damir Uvarov me mira con demasiada atención. Con hambre. Pasando la lengua por el labio superior. Oigo que su respiración se vuelve pesada y frecuente.
Una mano se posa en mi nuca, rastrillando un puñado de pelo en un puño, la otra en la bragueta de mis pantalones.
Damir tira de mi cabeza hacia la ingle. ¡Algo se apoya ahora en la parte posterior de mi cabeza!
Una montaña sólida y poderosa que levanta ligeramente mi cabeza.
- Bueno, mientras conducimos y seguimos sin hacer nada, ¿por qué no me haces una mamada?
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