- ¡¿Por qué Regina dejó todo y se fue llorando?! - mi padre entró en mi habitación, golpeando furiosamente con su bastón.
- Todo ha terminado entre nosotros.
Sin girarme para mirar a mi padre, meto las cosas necesarias en mi bolsa a toda prisa. El conflicto con Yampolsky se ha calmado un poco, su hombre del hospital me ha llamado esta mañana y me ha dicho que Arseniy ha enfermado y ha entrado en coma. Así que me voy al aeropuerto inmediatamente. La paciencia se acaba.
- ¿Qué quiere decir, por supuesto? ¿Te has vuelto loco?
- Ya he tomado mi decisión y no quiero discutirla", cierro la bolsa, cogiéndola por las asas.
- ¿A dónde vas?
- En los negocios...
Aguanta un poco más, cariño, nos encontraremos pronto, y te torturaré hasta la muerte con besos. Y no sólo besos. ¡Mi polla echa de menos tu dulce agujerito, Jana!
- Así que no entiendo por qué rompiste con Regina, ¡teníamos un acuerdo! El matrimonio debía producirse, eso no se discute.
Se detuvo en la puerta por un segundo.
- No me importa. Me ha hecho enfadar de verdad. No puedo ni mirar a Verbitskaya ahora mismo.
- ¿De eso se trata? ¡Todo por culpa de esa pobre mendiga! - mi padre hierve y hasta tiembla de rabia. - Pero se ha ido. ¡Pero ahí está la hija de un hombre poderoso!
- ¡¿Qué compañero?! ¡Dame un nombre!
Pero ya estoy bajando las escaleras, terminando mi conversación con él. Mi padre pronto lo descubrirá... si no lo ha hecho ya.
Paso la noche y medio día en la carretera, llegando finalmente a la isla. Mi corazón retumba hasta detenerse, casi rompo a correr de impaciencia. Veo una acogedora villa, en una playa de arena, escondida a la sombra de densas palmeras, sé que allí, tras sus muros, está ella... Mi Jana. Y ahora estamos a punto de encontrarnos.
La veo al final del pasillo, jadeando de emoción, examinando con avidez cada centímetro de su cuerpo, y luego, dando un paso rápido, me abalanzo sobre ella besando y desgarrando directamente su ropa.
Ha cambiado. Aumentó de peso. O mejor dicho, redondeado. Más femenina y hermosa. Su barriga ha crecido bastante... Debemos hacer una ecografía. Haré que traigan un médico con todo el equipo que necesitamos. Hay una clínica aquí, a quince minutos de vuelo, pero es arriesgado merodear por lugares concurridos. No puedo creer que el bebé esté en camino. Sólo faltan un par de meses... y seré padre.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Heredero de un multimillonario