Héroe Retrasado romance Capítulo 343

El rostro de Yang Dong estaba completamente rojo de ira. No tenía comentarios sobre Yang Luolin porque él mismo lo había criado, era obvio que estaba complacido con él. Así que no había problema con dejar que Yang Luolin tomara el control de la familia en el futuro. Sin embargo, Yang Xin, la hija de Yang Huang, había decidido cambiar su nombre femenino «Xin» por el masculino «Xiao». ¿Acaso aún era una mujer?

Yang Huang también sufría dolores de cabeza a causa de su hija. No podía controlarla.

―Papá, no te enojes. Hablaré con ella.

―¿Crees que sirva de algo? Si hablar con ella funcionara, ¿crees que habría terminado así? ―Yang Dong resopló. ―Tenía planes de enviarla al norte y que se casara con esa familia para que nuestra familia pudiera seguir sin problemas en Jianzhou durante unas cuantas décadas más. Pero ahora que se volvió así, ¿cómo podría enviarla? Si envío a una mujer como ella, sería casi como mandar derrumbar la casa.

Estaba furioso. La familia Yang prefería a los hombres y para Yang Dong sólo los hombres podían heredar los bienes de la familia. Las mujeres únicamente servían para casarlas con familias poderosas, de modo que la familia pudiera obtener más recursos. Sin embargo, el estado actual de Yang Xiao lo hacía imposible.

Yang Huang no se atrevía a decir nada y sólo asentía.

―Olvídalo, de todos modos ya es una mujer adulta y no puedo controlarla. Mientras no dé problemas, todo está bien ―dijo Yang Dong con frialdad―. Ni siquiera ha venido a casa en meses. No le importa para nada su abuelo.

―Papá, no es tan serio. Le llamaré en un rato y le diré que te visite ―dijo Yang Huang.

―En cuanto Luolin vuelva, dile que me busque. ―Yang Dong sacudió las manos. No le importaba si su nieta lo visitaba o no. Se levantó y se fue, apoyándose en su bastón―. Si a Yang Xiao no le gusta venir a casa, dile que deje de venir.

Yang Huang sacudió la cabeza después de que Yang Huang se fue. Yang Xiao se había vuelto así más que nada por culpa de Yang Dong. Él sólo favorecía a los varones, así que Yang Xiao siempre lo despreció desde que era niña. Había acumulado mucha angustia en su corazón, por lo que dejó de ir a la escuela, se la pasó dando problemas y acabó por conocer a mucha gente muy complicada. Ahora incluso se había hecho su propio nombre. Era hija de una familia de buena reputación pero se la pasaba con un montón de gánsteres todo el día. Eso era terrible para el renombre de la familia.

Cuanto más lo pensaba Yang Huang, más se enojaba. De inmediato hizo una llamada. Después de que el tono sonara mucho tiempo, alguien por fin contestó y todo lo que pudo oír fueron ruidos de gente cansada.

―Yang Xiao, ¿hace cuánto que viniste a casa por última vez? ¿Acaso no sabes que debes visitar a tu abuelo? ―comenzó a gritar.

―Si tienes algo que decir, sólo hazlo, papá. Si no, me voy a dormir de nuevo.

―Yang Xiao, ¡me vas a matar! ―Yang Huang estaba furioso―. ¿No sabes que tu hermano ha desaparecido?

―¿Por qué lo sabría? Ya sabes lo salvaje que se pone allá afuera, ¿de verdad crees que es tan excepcional?

―Tú… ―Yang Huang temía morirse de rabia, así que calmó sus emociones y dijo:―Envía a alguien a buscarlo pronto. Yo sé que tienes el poder para hacerlo. ¡Y vuélvete a cambiar el nombre!

Colgó el teléfono y tenía la cara roja. Realmente ya no podía controlar a su hija. Sin embargo, tenía que admitir que, además de llevar una vida tan promiscua, Yang Xiao era muy capaz. En Jianzhou, su nombre era mucho más útil que el de él tanto en el círculo legal como en el ilegal.