ELEGANCIA, VANIDAD Y REENCUENTRO.
MONICA.
El entro como siempre mostrando elegancia y vanidad a cada paso, él estaba igual que hace tres años, sin voltear a ver a nadie se sentó en un lugar desocupado y miro las proyecciones con desinterés, al parecer se volvió más apático, así no llegará a nada, pongo mi sonrisa más sínica para luego decir.
-Disculpe por lo que voy a decir señor Wembley pero es inapropiado y de mala educación llegar tarde a una junta que se considera importante, hacernos perder el tiempo a todos y lo más importante ni siquiera disculparse de su error y mostrar desinterés a la junta, no le parece señor...- dije con voz clara y fuerte a lo que el volteo mirándome entre sorprendido y confuso, pero rápidamente se puso serio y levantó una ceja.
-Lo siento por mi impuntualidad, como sea, también se me hace una falta de respeto que una secretaria le hable así a un el director de la empresa que posiblemente le van a dar el servicio- dijo dirigiéndose a mí a lo que yo lo mire con la suficiente arrogancia para luego decir.
-No sé de qué secretaria habla señor pero si se refiere a mi déjeme decirle que soy la presidenta y accionista mayoritaria de esta empresa y si fuera una secretaria tampoco tendría que hablarme así ya que estuve en lo correcto y no lo ofendí en ningún momento, al parecer no investiga con quién va a hacer tratos y si no tiene nada que agregar comencemos que yo tengo muchas cosas que hacer como para desperdiciar tiempo- dije a lo que él me miro sorprendido y se quedó callado luego de decir en un susurro “al parecer tampoco usted los investiga”, lo cual tiene razón y me siento como una tonta ya que al que me presentaron fue a un señor calvo que es el vicepresidente, nunca pensé que iba a hacer precisamente el, pues nunca pensé encontrarlo. Lo mire con altanería `para luego poner mi atención en el proyector.
luego de eso sentí que él me miraba en varias ocasiones a lo que yo ni lo voltee a ver, cuando termino todo yo salí de la sala para dirigirme a mi oficina para que firmamos el contrato de contratación para la obra de construcción , solo quiero llegar a casa, tirarme a mi cama y pensar que esto es un sueño y nunca me lo volví a topar, es más esperaba que se hubiese ido a otro país o algo así aunque si soy sincera a veces me dio el impulso de buscar información de él o mandar a investigar que había sido de su vida pero gracias a mí siempre me abstuve de hacerlo y es más bloquee todo lo que tuviera que ver con el pero una vez escuche que se volvió un famoso y mujeriego empresario, famoso por sus aventuras y sus negocios entre empresarios, lo escuche de un socio pero me fui de esa platica solo de saber que le iba bien me asqueaba.
-Pues eso no decías antes es más si no mal recuerdo decías que me amabas y cosas así, recuerdo que un día me dijiste que eras solo mía, te veías muy tierna debo admitirlo pero veo que de eso no quedó nada- dijo acercándose un paso más, posando sus manos en sus bolsillos del pantalón, hago una pequeña mueca.
-Perdone señor pero como usted dijo fue antes y eso yo se lo dije a muchos en esos tiempos así que no se crea especial pero si quiere creerse especial adelante pero ahora estamos trabajando así que absténgase de ideas erróneas y una cosa más, yo no le permito tutearme así que no lo haga por favor, además que le pido que se aleje de mí, si no veré en la necesidad de llamar a seguridad y no creo que ninguno de los dos quiera verse en esa situación vergonzosa acabando de firmar un contrato recientemente.
-Pero yo quiero revivir viejos tiempos-dijo agachándose haciendo caso omiso a mis palabras para luego unir nuestros labios.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: incitame a pecar