TE QUIERO
MONICA
Cuando entramos al restaurante vi que no había nadie, solo los meseros y en medio había una mesa con velas, camine hacia esa mesa, cuando iba a mover la silla Maxwell me interrumpió moviéndola el, yo agradecí y me senté él se sentó enfrente de mi.
-¿Te gusta?- el me veía a los ojos con esa sonrisa matadora.
-Sí, me gusta, recuerdo que cuando tuvimos nuestra primer cita fue en un restaurante de la misma cadena- el asiente.
-Qué bueno que te gusta, recuerdo que esa fue la cita más horripilante que tuvimos, pero esto va a hacer diferente- ya recuerdo a que se refiere.
-Todavía lo recuerdo, cuando el mesero derramos una copa de vino y esta callo en tu traje, para mi no fue horripilante, es más creo que fue la mejor cita que he tenido- lo último lo digo un poco bajo y el solo niega.
-Buenas tardes, ¿Qué desean ordenar?- el ve el menú un segundo y habla.
-Quiero sukiyaki de wagyu- el pidió carne, yo mire el menú y decidí.
-Yo quiero pasta Alfredo con camarones, por favor- el asiente.
-¿Qué desean de tomar?- yo miro a Maxwell con una sonrisa burlona.
-El mejor vino que tengan- digo a lo que el camarero asiente y se va.
-¿Te había dicho que esa barba te hace ver más grande?- digo para iniciar la conversación.
-No, me has dicho que me veo guapo pero no mayor, pero como veo que te gusta me la voy a dejar.
-Sabes, me gusta esto, pasar tiempo contigo pero yo no te voy a dejar las cosas fáciles y caeré a tus pies por una cita, lo sabes ¿no?- el asiente.
-Si lo sé, pero yo sé que podre entrar a tu corazón poco a poco yo sé que lo lograre- lo dice con tanta seriedad que hasta yo me lo estoy creyendo.
-Eres increíble- lo dije con sarcasmo-pero quiero ver tus esfuerzos además te tienes que esforzar para conseguirlo- él toma mi mano que está arriba de la mesa.
-¿Y otra?-
No sé si decirlo.
-Olvídalo- quito mi mano de la suya.
-Dime- insiste.
-quiere besarte- él se sorprende y sigo.
-Quiere besarte y abrazarte para ya no separarnos pero entiéndeme, me hiciste daño y eso aunque no lo demontre dolió- bajo me cabeza.
-Pero yo te quiero y estoy arrepentido además yo sé que un día ya no te va a doler, yo sé que un día me vas a querer tanto como yo te quiero, esos recuerdos tristes se transformaran en felices- si supieras que ya te quiero pienso pero no lo digo.
-eso lo veremos -llegan nuestros platos y comenzamos a comer con chistes malos por parte de él, ese es el Maxwell del que me enamore, pero tengo miedo que se convierta en el Idiota Maxwell de siempre.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: incitame a pecar