incitame a pecar romance Capítulo 31

FERIA

MONICA

La verdad me gusto la cita que tuve con Maxwell además que platicamos de todo un poco, después de esa cita tuvimos otras dos en la última semana pero las tuvimos con la condición que seriamos lo más discretos ya que a este hombre lo rodean decenas de fotógrafos de farándula que parecen buitres esperando una buena y escandalosa noticia de él.

Hoy amanecí con mejor humor que otros días, cuando llegue a la empresa salude a los que me saludaban, varios me vieron raro y murmuraban pero le reste importancia, cuando estaba en mi oficina adelante trabajo ya que hoy tendría otra cita con el desgraciado de Maxwell la verdad el sí cumple su palabra ya que cuando dijo que recuperaríamos todas las citas de estos tres últimos años pensé que mentía y ahora vi que es un hombre de palabra, al principio acepte las citas por dos cosas, una: él es muy insistente y no me dejaba de molestarme , y dos: quería ver si era cierto que a cambiado porque juraba que solo lo hacía para llevarme a su cama pero ahora no sé qué pensar de todo esto.

estuve revisando las contrataciones y la habilitación de mi nueva empresa la cual ya está lista, y si esto tiene buenos resultados podre abrir otras en diferentes países, cuando iba a dejar los papeles para descansar un poco mi secretaria me informa que Maxwell está aquí a lo que yo le digo que lo haga pasar.

-Buenas tardes para la mujer más hermosa- entra sonriendo y con las manos atrás.

-¿Qué llevas atrás, en tu espalda?- pregunto curiosa.

-¿Qué? ¿Esto?- dijo mostrando un hermoso ramo de margaritas y dalias, mis flores favoritas.

- Todavía lo recuerdas- dije asombrada de que todavía recordara mis gustos.

-Cómo olvidarlo- dijo acercándose y dándome el ramo el cual yo tome para olerlo, llame a mi secretaria diciéndole que traiga un florero con agua y que pusiera mis flores en él.

-Creo que me merezco una recompensa -se inclinó un poco y señalo con su dedo índice sus labios.

-Sabía que querías algo a cambio, no lo haces por que se te da hacerlo- me cruce de brazos.

-Solo uno pequeño-yo rodé los ojos.

-Está bien- me incline y le di un beso en la mejilla, cuando me iba a separar el en un rápido movimiento agarro mi nuca y junto nuestros labios, yo no le respondí al principio porque me impresione de ese acto pero a los segundos le respondí, este no era un beso agresivo y lujurioso sino lo contrario, era un beso lento y tierno cuando nos íbamos a separar por falta de aire yo mordí su labio y lo jale.

-Eres salvaje- dijo Maxwell alejándose de mi asiento y tocándose su labio inferior el cual estaba hinchado y rojo gracias a la mordida, él no tenía labial en su boca ya que gracias a estos besos me vi en la obligación de comprar labiales resistentes y permanentes.

-Eso te pasa por besarme así de repente espero que hayas aprendido- me levante de silla acomodando mi vestido.

-Yo no dije que no me gustara, es más creo que le dio el toque esa mordida, eres una fiera- me tomo de la cintura acercándome a el- y yo no vi que te quejaras cuando te bese.

-Ya vámonos- me solté de su agarre y tome mi bolsa para dirigirme a la puerta.

-Como ordene capitana- él se adelantó y me abrió la puerta, yo pase a su lado dirigiéndome al ascensor.

Cuando estamos en el primer piso, para dirigirnos a la salida todos mis empleados voltean sus vistas a nosotros y se nos quedan viendo, yo solo miro para enfrente ya que no quiero molestarme en mirarlos y enojarme, cuando estamos afuera el carro de Maxwell nos espera y como siempre es manejado por un conductor y atrás viene una camioneta negra que es el equipo de seguridad de Maxwell, este hombre sí que es precavido.

Maxwell me abre la puerta y entro, ya cuando estamos los dos adentro le pregunto:

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: incitame a pecar