IntensaMente (COMPLETO) romance Capítulo 40

T R E I N T A- y- N U E V E

Pensaba y lloraba en el sofá de las amenazas o advertencias de Aaron... abogado. Tenía que buscar un abogado, y el hecho de que me dejaría en la cárcel, eso terminó de derrumbarme. El muy estúpido no pensó que si me dejaba en la cárcel no hubiese existido Ander.

La mitad del día la pasé pensando, hasta que las palabras del periodista llegaron a invadir mis pensamientos, fraude.

Se que hay algo retorcido por allí.

Sí estoy en medio de un rollo de fraude y no lo intuí... bueno no doy clases pero uno de los chicos debe de saber algo. No hablaría con Mari porqué metería en problemas con su esposo que es profesor igual que ella, pero los chicos son más frescos.

Traté de ubicar mi teléfono para llamar a Andrés pero el sonido de mi estómago advirtiendo que no he comido y el timbre que hacen perder el enfoque.

Me levanté para abrir la puerta y está la persona que menos esperaba.

—Buenas tarde Venecia.

Arrogante es... pero ahora viene con una sonrisa encantadora

—¡Director...! ¿que lo trae por acá...? —dudo en dejarlo pasar pero le permito el pase.

—Vine a ver cómo estaba y... evitar que usted haga una demanda contra la instalación.

—Tranquilo... no tengo mente para ese tipo de demanda... —sólo la de Aaron

—¡Bien...! estas en reposo, tuviste una intoxicación por los gases. Vendré a verte después y espero encontrarte mejor.

Así como entró, salió y no sólo éso, la palabra falsedad estaba escrita en su frente.

No dudé y llamé a Andrés, que en media hora llegaría a mi casa.

No quise cocinar y fui para que Chuy a que me diera comida que le había sobrado, me puse perezosa. Tontié con llamar al periodista y me convencí hasta que le marqué.

—Aló. Soto Erick —hablo firme, espere un instante y escuche su respiración— aló... ¿alguien allí?

—Venecia Kipling... usted me dió está tarjeta.

—Sí... ¿ya lo pensó?.

—¿Pensar? ¿que tengo que pensar?

—El fraude de la construcción, la universidad dió un bono para reestructurar el edificio, con excelente material de construcción y estos fueron sustituidos por otros de mala calidad, por eso la explosión y el derrumbe... creemos que ese dinero fue hurtado y los mayores lo robaron.

—Si soy sincera me vengo enterando por usted señor Soto, y no creo que una universidad prestigiada se preste para eso y...

—Usted no entiende... La universidad no pero los directivos sí, no ha pensado en Marcus Kennedy, no confíe en él ni se deje llevar por su título. Hay pruebas de la sustitución de los materiales y demás... sólo queremos su ayuda.

—¿Si es un simple periodista... porqué está interesado en que esto salga a la luz? o sea, no es policía... —su silencio me lo confirmó— ¡Oh, es policía...!  ¿quien puso la denuncia?

—Peter Robinson, el ingeniero fue quien nos contactó al ver algunas fallas.

—Entiendo. Déjeme averiguar algo y le regreso la llamada, no prometo nada.

Mi instinto se despertó. No es mucha coincidencia que me visitara Marcus.

El timbre volvió a sonar y esta vez Andrés me esperaba en la puerta.

No dudé en hablar abiertamente con el y decirle lo que pensaba hacer.

—¿Estas segura? Mira que si robó descaradamente podría estar metido en cosas malas y tienes que pensar en tu hijo.

—Solamente voy a buscar información...

—No creo que sea buena idea... acabas de salir del hospital y piensas meterte en un rollo.

—Estoy cruzada de brazos... y no...

El timbre suena, abro y:

—Deje mi cartera en tu habitación.

Fue tanta la tensión que recibí en el día que no he ido a la habitación.

Aaron pasó y vió a Andrés, que fue el único que no conoce Aaron.

–No  creo que sea adecuado traer a tus novios a la casa donde vive tu hijo... —ok, ve cosas donde no las hay.

—¡No tengo novios...!

Andrés aguanto la risa ¡Estúpido! Aaron fue a la habitación y Andrés habló:

—¡Celosito...! —no le había contado lo de la demanda que quería ponerme Aaron, el tomó una llamada que le entró en su teléfono y Aaron llegó— sí... cariño, claro, lleva ropa y así duermes conmigo... te extraño... adiós, estoy a que Nechi... ok... —colgó— Saludos... y feliz porque no te pasó nada. —me pasa el recado Andrés— Nechi tengo que irme y por favor, piensa lo que haces... no querrás meterte en un problema, Ander es muy chiquito para perder a su madre, ya tuvo mucho con la crisis por el accidente —asentí, salió dejándome con Aaron.

—Ya me voy... —hizo ademán con salir de mi casa— escuché lo de que te puedes meter en problemas y lo demás... y también que mi hijo —enfatizó lo último— puede involucrarse... ¿que sucede Nechi?

—Aaron... es un problema del trabajo. Estoy algo preocupada por algo y es complicado y quizás no sé lo que me pueda pasar.

—Ok. Lo que hagas me da igual pero que no perjudique a mi hijo, de hecho mi abogado dijo que si encontraba algo perjudicial para tí, la custodia sería completa para mí, así que..., Nechi —se burló del mote de Andrés— cuídate la espalda. —y salió.

¿Quien es él?

No dormí, mis pensamientos viajaban a las palabras de Aaron. No puedo perder a mi hijo. No puedo.

Al día siguiente, mi familia se marchó con los Lovecraft, excepto Crystal y Aaron.

Crystal me ha llamado y ha estado de Shopping por Boston. Bien por ella. Mi hijo se quedó con su papá y antes de salir a la universidad en busca de información me llegó el correo: demanda de paternidad, de custodia de Ander Kipling. Recogí el correo y lo lancé al suelo y salí de allí. No puedo quedarme bloqueada pensando en lo que vendrá. Llamé a Mari y le pedí que buscara un abogado.

Llegué a las intalaciones de la MIT y fui directo a la oficina del director en particular y antes de entrar escuché las voces.

Murmullos, de trabajos realizados, instalaciones, gases y explosión. Se me prendió el coco y encendí la grabadora de mi teléfono, si me iba a meter en un rollo tendría que saber desenrollarlo luego.

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