Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 185

Al escuchar eso, Vanesa se rió a carcajadas, sin sentirse avergonzada ni incómoda. Le dijo,

—Ahora sé por qué ella me mirara de esa manera. Oye... Eso no está bien, no puedes aprovecharme como escudo. Me estás convirtiendo en enemiga para un montón de chicas.

—Ni modo. Eres la única amiga que tengo. No hay otra opción.—bromeó Erick.

En el escenario, la silla de Erick fue retirada y luego subió un cantante de rock. Así, el bar se volvió animado.

—¿Ahora puedes beber?—preguntó Vanesa pasándole una cerveza.

—No. Necesito conducir el coche para regresar —rechazó Erick otra vez.

—Vale... me la bebo yo.

Vanesa siguió preguntando a Erick si iba a vivir en la familia Covarrubis.

—Todavía no encuentro razón para no hacerlo. Allí la vida es más cómoda,—asintió Erick—, e incluso mi padre ha mandado a las criadas que limpien mi habitación. Parece que espera que me quede allí permanentemente.

—Pues... No es nada malo, pero las personas de la familia me caen como el culo, sobre todo, los dos que vinieron hoy. ¡Qué demonios! —dijo Vanesa con un poco de enfado.

—Esos dos han sido mimados desde pequeños, así que tienen un mal genio —explicó Erick.

—Entendido —dijo Vanesa dando un bufido—, los favorecidos siempre están envalentonados. Erika era uno de ellos, quien hace lo que quiera siemplemente por la tolerancia de Enrique ...

El alcohol tiene la magia de abrir la boca de la gente para que escapen las palabras enterradas en el fondo del corazón. Vanesa comenzó a contar los viejos tiempos que había pasado en la familia Icaza, llenos de miserias y desprecios de toda la familia. Ella se puso emitiva y contó,

Verla así hizo a Erick sentir el mismo dolor.Vanesa se bebió una cerveza más, y luego continuó,

—Ahora que Santiago y yo estamos divorciados, soy libre y no le tengo miedo a nadie. Sólo me dejaré llevar, de verdad... Al que se meta conmigo, lo araño sin fallo.

Hizo un movimiento de rascarse mientras lo decía y luego se rió como una tonta, lo cual dio mucha risa a Erick a la vez.

—No creí que vivieras así en la familia Icaza —dijo él.

—Yo tampoco me lo esperaba, si hubiera sabido que esa gente me desprecia tanto, y que Santiago me detesta, no me hubría casado con él aunque Santiago me gustara.

Jamás era justo que ella sufriera de los maltratos de los demás. Fue ingenua considerarse capaz de conmover a Santiago, solo es cuestión del tiempo. Lamentablemente, se equivocó, mucho.

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