Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 347

Darío estaba pensando lo que dijo Lidia durante un rato y luego asintió,

—Bueno, llévame a casa de esa mujer inmediatamente.

Debido a que la última vez Lidia siguió a Santiago a la casa de Vanesa. Así que recordó la dirección.

Los dos ya estaban en el camino, pero Lidia todavía estaba pensando cómo escapar de sus manos.

Estaba a punto de llegar su casa.

Lidia de repente se le ocurrió algo y dijo a Darío,

—Hay cámara de vigilancia delante de su patio, así que no nos conveniente conducir cerca de su casa directamente. Mi número de coche puede ser distinguido, de esta manera, es más fácil saber tu dirección para la policía.

—Tienes razón. ¿Y qué debemos hacer a continuación?

—Llamaré a Vanesa a venir aquí, y tú esconderás detrás de aquel árbol. Cuando ella aparezca, solo necesitas raptarla por atrás, y yo conduciré a recogeros, ¿de acuerdo?

—Bien. Así que hazlo ahora.

Lidia sabía que este hombre tonto ya se cayó en su trampa. Así que llamó a Vanesa directamente.

Por otro lado, Vanesa estaba acostando en el sofá viendo la televisión. Cuando sonó el móvil, solo echó una vistazo a la pantalla pero no quería coger su teléfono.

Lidia se puso muy nerviosa de repente, si su plan no podía seguir, no tendría la oportunidad de huir. Así que empezó llamarla otra vez.

Una y otra vez, pero nadie respondió.

—Ya que no te cogió tu llamada, creo que es mejor que yo vaya contigo y tú llames a la puerta en persona, cuando abre la puerta, también puedo lograr secuestrarla —dijo con impaciencia Darío.

Al escuchar sus palabras, Lidia se sintió muy inquieta y gritó directamente

—No, no puedo. Quiero decir que si la cámara de vigilancia graba tu cara, estarás en líos, ¿no? Intenta llamarla de nuevo.

—Bueno. Date prisa.

Afortunadamente, Vanesa cogió por fin.

—Dime. ¿Qué quieres decir? —dijo en tono impaciente Vanesa.

Cuando Lidia escuchó la voz de Vanesa, se sintió un poco aliviada y controló sus voces temblorosas

—Vanesa, quiero verte ahora. Tengo algo que contarte.

—No hace falta, señorita Lidia, estoy cansada. Si tienes algo que decirme, dime por teléfono directamente.

—Sobre Santiago. Me dijo algo. Creo que necesitamos hablarnos cara a cara.

—No me interesa esto. Si no hay otra cosa, colgaré.

—Te ama. Santiago me dijo que te ama —Lidia dijo en tono nervioso, temía que Vanesa colgara la llamada.

—¿De qué diablos hablas?

Vanesa ya se dio cuenta de la anormalidad de Lidia. Pero estas se controlaba, suspiró y continuó,

—No me resigno a perder a ti. Nos hablamos. Estoy fuera de tu casa ahora.

Cuando escuchó Vanesa dichas palabras, se sintió extraña. Quería saber qué pasó entre ellos. ¿por qué de repente Lidia dijo eso?

Así que decidió verla

—Bueno. ¡Espera!

Lidia escapó un suspiro de alivio en el momento en el que Vanesa asintió.

Cada segundo de espera era muy largo para Lidia, no quería ponerse en peligro solo para un hombre que no le amaba. No valía la pena. Pensando en su familia, su responsabilidad así como su hermano menor. No había otro remedio que utilizar a Vanesa para escapar.

Darío caminó y escondió detrás del árbol como lo que habían planeado. Lidia se bajó del coche al ver a Vanesa acercándose, y luego caminó a Vanesa, pero se detuvo cuando estaba a 50 metros de Vanesa.

—Quédate allí —Lidia dijo calmada.

—¿Cómo? ¿Está tomándome el pelo? No sé qué quieres hacer pero ya es tarde, si tienes algo que hacer...

—No te muevas.

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