Jefe Atrevido: Amor Retardado romance Capítulo 350

En el almacén.

Vanesa no pudo mover en absoluto. Después aquella bofetada, se sintió muy mareada pero todavía luchaba para liberarse.

Obviamente, su lucha no sirvió nada.

Darío se sentó en el suelo, no le hizo nada caso a Vanesa, solo fijó las miradas en la foto que él sostenía en su mano.

Vanesa echó uno vistazo esa foto. En ella, había un niño que estaba sonriendo. Así que Vanesa supuso que ese niño era su hijo.

De repente, Darío dijo primero.

—Mira, es mi hijo, se ve inteligente, ¿no? —dijo sonriendo Darío.

—Siempre toma el primer lugar en el examen. Es mi orgullo.También le prometí que si ganaba el concurso de diseño de modelos lo llevaría al parque de atracciones.

—Pero esa puta, después de saber que quebré, tomé a mi hijo y desapareció sin dejar rastro —de repente sus ojos se pusieron muy aterradores.

—Además, Santiago, hijo de puta. Todo eso debe a él. Si no hubiera jugado trucos y me hizo caer en quebrado, mi hijo todavía estaría a mi lado.

Vanesa se quedó en silencio, no quería provocar a este loco en este momento, después de todo, estaba en sus manos.

—¿Estás muda? ¡¿Por qué no hablas? !

El hombre irritable hizo girar la cabeza de Vanesa fuertemente continuando,

—¡Estoy hablando contigo! ¡¿Por qué no me hablas?! ¡Perra! JAJAJAJAJA. Son perras. No te preocupes, más tarde, voy a enviarte al infierno con tu hombre.

Este hombre se había vuelto en loco por completo.

Vanesa tenía que apaciguar su estado de ánimo por el momento, si no, no sabía qué este loco iba a hacer a Santiago.

—Sí. Tu hijo es simpático también inteligente. Como su padre, tienes muchas cosas que quieres enseñarlo, ¿no? —Vanesa dijo en voz temblosa

Después de escuchar lo que preguntaba, el loco soltó la mano.

—Claro, tenemos muchos planes —respondió emocionado.

De pronto, se cayó en silencio y se veía muy triste.

—Pero, nunca tendré oportunidad de realizarlos.

—Si todavía vives, todo es posible. Mira, ahora lo que estás haciendo es ilegal. En caso de que te atrapen, solo puedes pasar el resto de vida en la cárcel. De esa manera, nunca podrás ver tu hijo.

Cuando se refería a su hijo, obviamente su emoción calmaba un poco. Así que Vanesa continuó,

—Si ahora me sueltas y me dejes ir, podré tomarlo como si no hubiera pasado nada. Solo me invitas aquí a visitar tu almacén recién comprado. ¿De acuerdo?

Vanesa no se atrevía a mencionar a Santiago como ella sabía que este nombre era su fuente de odio.

Ahora, Darío estaban en caos, porque cuando pensaba en que no podría ver s su hijo, se sintió muy preocupado.

Viendo a Darío estar pensando, añadió,

—Además, puedo regalarte una cantidad de dinero para que vives feliz con tu hijo. ¡Piénsalo! Mi amigo, puedes llevar a tu hijo al extranjero a disfrutar la playa y el sol, contarás con muchas mujeres. Sobre todo, tu hijo será capaz de aceptar la educación sobresaliente y será un élite de la sociedad.

Darío la miró y preguntó confundido,

—¿Todo lo que dijo es verdad?

Cuando sonó esta pregunta, Vanesa sabía que sus palabras ya habían sacudido a Darío. Según su estado mental terrible, era fácil ser persuadido. Por lo tanto, se apresuró a responder,

—Sí, te lo prometo.

Mirando los ojos firmes de Vanesa, Darío vaciló.

Obviamente, le había olvidado Santiago.

—Vale, pero no sé dónde está mi hijo, puedes ayudarme a buscarlo.

—Claro. Si me dejas ir, serás mi amigo. Por supuesto que te ayudaré.

—Bueno. Si me engañas, juro a Dios que te mataré, a tus amigos y a tus familiares no importa qué tengo que pagar.

Vanesa asintió con la cabeza.

Así que Darío empezó a desatar la cadena que estaba atada a ella. Pero de repente Darío escuchó el sonido de freno.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Jefe Atrevido: Amor Retardado