Ella quería arrebatarlo, decidida a destruirlo, pero su pequeña mano fue interceptada en el aire por él. Una expresión indescriptible y enigmática se dibujó en su rostro.
Con un ligero toque en el dedo, abrió el libro, echó un vistazo rápido y luego saltó directamente a las posiciones. ¡Incluso había ilustraciones!
La cara de Abril se puso roja como un tomate, caliente y avergonzada, ¡podría haber cavado un agujero en la tierra! ¡De verdad se lo ‘agradecía’ a Olivia!
"No, no mires más, ¡eso no es para nosotros!".
Una fría y traviesa sonrisa se dibujó en los labios de Filemón, extendió su brazo y la abrazó por su aún delgada cintura. "Ese libro, lo compraste tú, ¿verdad?".
¿Intentando seducirlo y luego rechazarlo? Esa no sería la primera vez que lo hacía.
Abril estaba deshecha. ¡Por el amor de Dios, ¿cómo podría hacer algo así?! ¡No era tonta, no se iba a meter en un lío!
"¿Cómo iba a comprar yo ese tipo de libro? Probablemente fue una promoción de "compra uno y lleva otro gratis" en la librería, y Olivia lo compró todo".
Como si Filemón le creyera. ¿Acaso esa mujer no tenía ningún plan para convertirlo en su cajero automático de por vida? Esas imágenes no podían hacerlo excitar, pero su agitado corazón sí que podía encenderlo.
La levantó en sus brazos y caminó hacia la cama. Ella estaba tan asustada que su cuerpo se puso rígido como una piedra, incapaz de moverse, con los ojos abiertos de par en par.
"No, no me toques, estamos en un matrimonio de conveniencia, no podemos hacer esto, mi primera vez la quiero guardar para mi futuro verdadero marido".
Filemón frunció el ceño, su rostro se oscureció repentinamente, y el pensamiento de que habría otro hombre ocupando su lugar en el futuro le enfurecía, imaginaba a ese rival imaginario despedazado en su mente, hecho pedazos, y convertido en polvo.
"¡Que se vaya al diablo!".
La cubrió con su cuerpo, su mano grande se posó sin ceremonias en su pecho, jugando con ella con cierta ira.
¡Su propiedad privada, los codiciadores morirían!
"Si te atreves a ponerme los cuernos, estarás encerrada en una habitación oscura para siempre, no esperes volver a ver el sol".
Abril se quedó sin palabras. Eso era lo que hacían los tiranos, permitiéndose actuar según sus deseos, pero no permitiendo a los demás hacer lo mismo.
"¿Cómo podría hacer eso, siendo una mujer embarazada?".
"¡Ni siquiera se permite la infidelidad emocional!", dijo él en voz alta.
Abril le sacó la lengua: "Lo mismo va para ti".
Rio entre dientes, agarró su barbilla: "¿Quién fue el que me empujó hacia afuera antes?". Esas palabras eran como un hueso atascado en su garganta, que no podía tragar ni escupir.
"Ajá… quiero dormir ahora, ¿por qué no le cuentas un cuento para dormir al bebé?". Y le pasó un libro, cambiando hábilmente el tema de conversación.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema!
Suban más de 20 capitulo diarios 🤭 por favor 🙏🏼...
Ne encantan suban muchos capítulos por favor 💘...
Más capítulos por favor...
Ojala suban mas cap, esta buenisima:)...