Sosteniendo su pequeño rostro con sus manos, como si la hubiera aprisionado dentro de su palma: "¡Si puedes ir o no, eso lo decido yo!".
El corazón de ella saltó: "¿A qué te refieres? Firmamos un acuerdo, después del divorcio, no tenemos ninguna relación, no puedes controlarme".
Él la miraba ferozmente, con los ojos bien abiertos, como si quisiera tragársela entera.
"¡Si nos divorciamos o no, eso también lo decido yo!". Su tono era cruel, dominante, tiránico, como un déspota dictando un edicto de ley.
El color de su rostro se tornó pálido, como si le hubieran robado todo el color. Esas palabras la asustaron. Tragando duro, logró recobrar la calma: "Eso, temo que no depende de ti, Sabina es la esposa designada por tu padre, si te casas con ella, no podrás explicarlo a tu tía y a la familia Galindo".
Filemón levantó una fría y siniestra sonrisa en la esquina de su boca: "¿De quién debería tener miedo? Si me enfadas, no conseguirás nada que quieras". Su tono era extremadamente frío, como si dos trozos de hielo chocaran, haciéndola sentir un escalofrío por la espalda.
Apretó los puños, tratando de acumular coraje. ¡No podía enfrentarse a él directamente, tenía que usar la suavidad para vencer la dureza!
Después de un momento de silencio, relajó los dedos, sonrió con una risa autodirigida: "Sr. Galindo, soy solo una pequeña persona insignificante, no vale la pena que te preocupes por mí, ¿qué tal si me dejas ir como si yo fuera nada?".
Filemón frunció el ceño, sus profundos ojos oscuros parpadeando ligeramente. ¿Estaba empezando a jugarle trucos?
"¿Y si no quiero dejarte ir?". Esa frase tenía un doble sentido.
Ella sonrió incómodamente, tocó su hombro y puso una expresión de complacencia: "Retener una empanada puede ser muy incómodo y es malo para la salud. Debes dejarlo ir, te sentirás mucho más ligero y refrescante".
Filemón sólo sintió que la rabia se acumulaba en su estómago, sólo quería castigarla duramente para aliviar su ira.
"De todo lo que tienes, es tu boca lo que más me molesta".
Ella se estremeció, rápidamente cubrió su boca con su mano, temiendo que él la forzara de nuevo.
Filemón le quitó la naranja de la mano, la peló rápidamente y se la devolvió: "¿No eres del tipo que se vuelve más fuerte cuando te enfrentas a la adversidad?".
Ella bajó la cabeza, mirando la naranja en su mano, una sonrisa de desesperación comenzó a aparecer en su cara.
"También sé cuándo retirarme, un buen pájaro elige su árbol para vivir, un buen sirviente elige a su amo para servir. Si no me quieres, es razonable que elija a otro jefe, ¿no?". Dijo, cambiando su tono: "Pero no te preocupes, todavía terminaré el nuevo producto, lo que empieza debe terminar. Necesito poner un perfecto fin".
Filemón frunció el ceño, no le gustaba la palabra "fin": "Nunca he negado tu habilidad para trabajar".
Abril levantó la cabeza, mirándolo con los ojos bien abiertos, la obstinación innata se reveló en sus ojos: "No puedo aceptar estar por debajo de Fiona, ¿lo harías tú?".
Filemón extendió la mano y la colocó sobre su cabeza, su rostro hermoso bajo las luces parecía extremadamente profundo e inescrutable. "¿Ya crees que vas a perder antes de empezar?".
Cuando escuchó esas palabras de su boca, Abril sólo sintió que eran ridículas. ¿No era por su favoritismo, por su indulgencia, lo que la hizo desesperar?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema!
Suban más de 20 capitulo diarios 🤭 por favor 🙏🏼...
Ne encantan suban muchos capítulos por favor 💘...
Más capítulos por favor...
Ojala suban mas cap, esta buenisima:)...