¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema! romance Capítulo 113

Filemón tomó un sorbo de su café, sus ojos destellando con un brillo agudo: "¿Y entonces qué?".

Abril se acomodó en el sofá, jugando con un mechón de su cabello: "Debería consultar con León sobre quién sería más adecuado para el rodaje. Ahora que estoy muy embarazada ya, no puedo estar frente a la cámara".

La expresión de Filemón se volvió fría al instante. Comprendió sus intenciones.

"¿Aún quieres que Lionel dirija el anuncio?".

"¿Y por qué no? Si ya nos han robado el portavoz, por supuesto que necesitamos al mejor equipo de rodaje".

Abril habló con seriedad: "Siempre has sido un hombre de negocios que no mezcla lo personal con lo laboral y te importan más los resultados más que el proceso. Por lo tanto, estoy segura de que no te importarán estos pequeños detalles, ¿verdad?".

Una chispa de fuego cruzó por los ojos de Filemón. ¿Ella estaba tratando de ponerlo en una situación en la que no podía rechazarla? ¡La estrategia más elaborada que había encontrado había sido diseñada por esa mujer!

"¿Crees que soy fácil de engañar?".

"No me atrevería a engañarte, Señor Galindo. El único que podría engañarte aún está en mi vientre, aún no ha nacido". Tocó su vientre con una pizca de travesura en su rostro. Probablemente el único que podría superar al jefe sería su hijo.

Filemón no sabía si reír o enfadarse. Tomó su taza de café y se acercó a ella, mirándola desde arriba: "¿Y si no estoy de acuerdo?".

Abril señaló su vientre ligeramente abultado: "Sr. Galindo, no es bueno que los hermanos estén peleados. ¿No deberías dar un buen ejemplo a nuestros hijos?".

Ella puso una cara graciosa, acariciando su vientre: "Papito, debes mantener la armonía, ¿vale?".

Filemón se quedó sin palabras, sintiéndose atrapado por la mujer astuta. Parecía que estaba en desventaja en esa situación de tres contra uno. Se sentó en el sofá, cogió su taza y tomó un sorbo de café, su expresión volvió a ser seria y fría: "No pienses que puedes pasar por alto estos detalles".

Abril puso los ojos en blanco, ese hombre era tan duro y terco como una roca, no había forma de convencerlo.

"Probablemente no lo sepas, pero León siempre te ha envidiado. Tenías a tu madre, a tu hermana, eras el favorito de la familia. Pero él, ahora sin madre, sin padre, ni hermanos de la misma madre, se siente como un huérfano". Hizo una pausa y luego continuó: "Cuando era pequeño, probablemente competía contigo por la atención de tu padre. ¿Pero alguna vez has pensado que tal vez lo hacía porque en su corazón, solo tenía a su padre? Le aterraba perder el amor de su padre. Si hasta su propio padre dejaba de amarlo, ¿qué iba a hacer? Iba a quedarse completamente solo".

Filemón se quedó en silencio, sus ojos se oscurecieron, como un pozo antiguo, oscuro y misterioso.

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