¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema! romance Capítulo 122

"Con ese dolor en la oreja ya no estoy somnolienta", dijo con una sonrisa tímida, entrando en la habitación para cambiarse a un conjunto de ropa más cómoda.

Se sentó en el sofá y mordió una manzana. Las embarazadas debían comer mucha fruta para que su bebé naciera con una piel suave y tersa.

"Señor Galindo, cada vez que Sabina viene a visitarte, te haces el desentendido. ¿No es un poco cruel? No solo es tu prometida, sino también tu prima. Crecieron juntos. Deberían ser muy cercanos, aun si no hay amor, al menos hay lazos familiares".

Filemón la miró de reojo: "¿Sientes lástima por ella?".

Abril se encogió de hombros: "Somos ambas mujeres, es fácil ponerme en su lugar. Es obvio que está enamorada de ti".

Filemón le metió un pedazo de manzana en la boca, silenciándola: "No te dejes llevar por la compasión".

Ella supuso que, en su subconsciente, Filemón veía a Fiona como a Natalia. Su hermana seguramente soñaba con tomar el lugar de la mayor. Todos los días, su forma de vestir y maquillarse eran idénticas a las de Natalia en las fotos, era obvio que estaba tratando de imitar a su hermana.

"¿Estás pensando en romper tu compromiso con Sabina?", le preguntó con la voz un poco indistinta mientras masticaba su manzana.

¿Por Fiona? ¡La ira de un hombre por una mujer!

Filemón se inclinó un poco, su rostro atractivo se acercó, sus ojos profundos brillaron en la luz: "¿Quieres que rompa mi compromiso con Sabina?"

Ella acarició su vientre: "Depende de por quién lo hagas".

"¿Por quién esperas que lo haga?", Filemón sonrió, una sonrisa malvada se formó en la esquina de su boca.

"Por supuesto, espero que sea por nuestro hijo, que quieras encontrar una madrastra amable y virtuosa para él. Pero si es por alguna chica falsa, mejor olvídalo", dijo sinceramente.

Filemón arqueó una ceja: "¿A quién te refieres?".

¿Quién más podría ser sino esa Fiona?

"¿Tienes muchas chicas falsas a tu alrededor? ¿Quién crees entonces?".

"Tienes un gusto muy peculiar".

"No me gustan los hombres rebeldes". Abril sacó la lengua, con una sonrisa astuta en la esquina de su boca.

Filemón se quedó sin palabras. Esa mujer siempre lograba sorprenderlo, de hecho, había una razón por la que estaba soltera.

"Concéntrate en cuidar tu embarazo, no piense en cosas innecesarias que pueden afectar al bebé".

"Fue tu pregunta lo que me llevó a hablar de esto". Abril frunció el ceño, murmurando.

Olivia había terminado de preparar la comida. Se puso de pie, acariciando su vientre: "Ayy, los pequeñitos ya tienen hambre, es hora de comer".

Filemón la miró mientras se alejaba, sintiéndose extrañamente frustrado.

En la mesa, Olivia le sirvió una sopa a cada uno. Luego se sentó y sonrió suavemente: "No hay parejas que siempre estén en armonía, todas tienen sus peleas y discusiones, y así es como pasan la vida juntos".

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