¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema! romance Capítulo 132

"Tal vez ella hizo una copia", dijo Sabina.

"¿La vio? ¿Sabía que la compraste? ¿Sabía que la usarías ayer?", Filemón hizo una serie de preguntas, que la asustaron.

"Lo compartí en mi red social, estoy segura de que lo vio allí...", quería decir algo más, pero Filemón la interrumpió fríamente. "Ya basta, no puedes justificarte".

"No mentí, realmente no fui yo". Trató de explicarse, pero él ya no le prestó atención, él sabía lo astuta que podía ser.

Paula abrazó a su hija: "Sabina puede ser un poco traviesa a veces, pero no cometería un error en una ocasión tan importante. Recuerdo que, durante el incidente, Abril no estaba en su lugar, sino en la puerta. ¿No era demasiado conveniente? No se fue temprano, ni tarde, justo en ese momento, probablemente vio al camarero venir y se fue a propósito para evitar lastimarse".

Filemón entrecerró los ojos, una luz fría brilló en ellos: "Deberías estar agradecida de que no estuviera allí, de lo contrario habría otra víctima". Dejó esas palabras y subió las escaleras.

Sabina estaba muy molesta, sus ojos llenos de lágrimas: "Mamá, Fili no me cree en absoluto, ¿qué hago?".

Paula también estaba molesta, había venido a confrontar a su sobrino, pero fue golpeada de vuelta. "Tenemos que aclarar esto, no puedes cargar con la culpa de algo que no hiciste".

"Voy a buscar a Abril ahora mismo, para ver si ella está tramando algo, una pregunta y lo sabré". Sabina se apresuró a salir.

En ese momento, Abril acababa de terminar una reunión con su equipo, y cuando llegó a la puerta de la sala de conferencias, fue llamada. Viendo su furia, supuso que algo grande había sucedido: "Srta. Gil, ¿qué ha pasado?".

Sabina la miró fijamente, sin perder ninguna de sus expresiones: "Dime la verdad, ¿fuiste tú quien quemó a Fiona?".

Sabina la miró: "¿Realmente no fuiste tú?".

"No haría algo que me perjudicara a mí misma y a los demás. Quemar a Fiona no la impediría ser directora, solo me traería problemas. ¿Soy tan tonta?". Abril la miró seriamente: "Además, tú serás la futura esposa del CEO, espero que me apoyes, ¿no estaría perdiendo mi respaldo si te involucrara?".

Al escuchar eso, Sabina sintió menos sospecha de ella. En toda la sala del banquete, no pudo pensar en quién lo había hecho.

"Tengo que encontrar a esa persona".

Si solo atacaba a Fiona, no solo no se involucraría, sino que también la hubiera estado animando en secreto. ¡Hacerla cargar con la culpa era inaceptable!

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