Ella se acercó a la ventana, mirando la oscuridad de la noche afuera, su voz parecía emanar del mismo cielo nocturno, baja, desolada, distante.
"Descuida, como mi último diseño en JSP, daré todo de mí. Puedo perder, pero mi diseño no puede perder". Puso especial énfasis en la palabra "último", como si tuviera un significado oculto.
Por un instante, Filemón pensó que estaba jugando con él, amenazándolo con la idea de cambiar de trabajo, pero al siguiente instante, sintió que realmente se iría. Después de todo, ella era codiciosa y si las condiciones ofrecidas por otros eran mejores, no tendría razón para negarse.
"¿Estás segura de que quieres enfrentarte a mí?".
Ella soltó una risa fría: "Sr. Galindo, solo soy una trabajadora. Mi objetivo es ganar dinero y mejorar mi futuro. Voy donde las condiciones son mejores. Lo que piense mi jefe no me importa. ¡No estoy trabajando por amor!".
Un fuego de ira se encendió en los ojos de Filemón: "Si eres solo una empleada ordinaria, entonces ¡puedes irte ahora mismo!".
"Yo siempre he sido una empleada ordinaria. Lo que pasa entre nosotros es irrelevante". No había obtenido ningún beneficio especial debido a su relación. Por el contrario, se sentía limitada en todos los aspectos. Para ella, esa relación solo le traía problemas, preferiría no tenerla.
El rostro de Filemón estaba oscuro, sus ojos brillaban con un fuego furioso, intimidante. Su boca, siempre con algo molesto que decir, podía hacerlo enfurecer hasta el punto de la exasperación. Se inclinó bruscamente, cubriendo brutalmente su boca con la suya, silenciándola.
"Uhm..."
Sintió una mezcla de vergüenza, ira y molestia, y mordió su labio. Él gruñó, pero en lugar de soltarse, aumentó la presión, besándola salvajemente. El sabor salado y metálico de la sangre se mezcló entre sus labios, se sintió débil por falta de oxígeno, su mente estaba nublada, sin pensamientos, sin valor, sin fuerzas. Sus dientes se aflojaron, su cuerpo se derritió en sus brazos, permitiéndole invadir.
Su mano grande jugueteó con su pecho, el fuerte deseo de posesión lo estaba volviendo loco. Ella le pertenecía legalmente, ¡todo de ella debía ser suyo!
Mirándolo, parecía haberse transformado. No había rastro de su arrogancia o mal humor, solo la alegría de un padre primerizo. Él definitivamente sería un buen padre. Lamentablemente, para ella, no sería un buen marido, porque ella no era la mujer que él amaba.
Cuando se puso de pie, su expresión volvió a ser fría y seria. Levantó la mano y agarró su barbilla: "No dejes que tus emociones negativas afecten al bebé. Mientras te comportes, todo lo que desees se hará realidad. De lo contrario, ¡estarás encerrada de por vida!".
Las últimas palabras sonaron amenazadoras, haciendo que Abril se estremeciera. ¿Encerrada de por vida? ¿Significaba que la llevaría a otro país y la encerraría en una habitación oscura para siempre?
"Soy libre, y aunque seas mi esposo legalmente, no tienes derecho a interferir con mi libertad".
La mano de Filemón se contrajo ligeramente, en una clara advertencia: "¡Tu libertad depende de mi estado de ánimo!". Dicho eso, la levantó y la llevó hacia la cama.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema!
Suban más de 20 capitulo diarios 🤭 por favor 🙏🏼...
Ne encantan suban muchos capítulos por favor 💘...
Más capítulos por favor...
Ojala suban mas cap, esta buenisima:)...