¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 43

Le doy un beso de despedida. Ella pasa su mano por mi brazo. La corriente es intensa, menos me gustaría separarme, me gustaría tenerla solo para mí. Que nada ni nadie nos interrumpiera y fuéramos el uno del otro, en muchos aspectos no solamente en lo sexual.

‒ Está bien, no te preocupes.

‒ ¿O quieres venir conmigo?

‒ De verdad, no te apures.

‒ Cuídamela, por favor.

No es como si se fuera a perder en la casa, la conoce de sobra, nada más que mi instinto protector sale a flote a nada por segundo. Dejarla con mi hermano no me afecta para nada, solo que me atare como a un imán.

‒ Con gusto hermano, me llevo a esta dulce mujercita a recorrer los jardines.

Camino hacia el despacho y ellos se dirigen al jardín, me detengo y volteo, no despego la vista de ellos hasta que atraviesan la puerta del patio que da al jardín, Jillie se encontraba en la sala con Gabriel, se les notaba muy compenetrados, no quise interrumpirlos, el acariciando su cabello y ella apoyada en su hombro, que bonito es el amor. Dejé a todos en sus asuntos, fui en buscar de papá hacía su despacho, no lo encontré por ningún lado, se me hizo raro que no nos recibiera en la entrada. No estaba, supuse que aquí lo encontraría.

De regreso a la sala, tomo camino hacía el jardín. Jeremy se encuentra al lado de Olivia, no alcanzo a escuchar que le dice, ella sonríe y afirma, toma de un vaso que tiene en la mano. Me alarmo por un momento. No quiero que tome ninguna clase de alcohol, no es que esté controlando lo que haga, me preocupa cómo se pueda sentir después, la última vez se nos escapó de las manos. No quiero volver a pasar por esto. Me prometí que la cuidaría y me cuidaría a mí mismo. Llego a su lado y paso mi mano por su cintura. Muevo mi atención hacia el vaso del que está tomado.

‒ ¿Qué estás tomando? Se ve rico.

Me ofrece de su vaso y tomo un corto trago, sabe bien, dulce, acido, pero sin una pizca de licor. Soy buen catador, esta bebida no representa ningún riesgo.

‒ ¿Honestamente? no tengo idea, tiene buen color, buen sabor, no sé, algo delicioso que me sirvió tu hermano.

El aludido levanta las cejas, haciendo alarde de sus dotes de barman. Si pusiera un restaurante o un bar de seguro le iba de maravillas.

‒ Sangría natural con cero de licor, aunque lo pareciera ‒ contesta Jeremy ‒ cuando quieran les doy la receta.

‒ Wow, yo pensé que tenía por lo menos, vino tinto.

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