Le doy un beso de despedida. Ella pasa su mano por mi brazo. La corriente es intensa, menos me gustaría separarme, me gustaría tenerla solo para mí. Que nada ni nadie nos interrumpiera y fuéramos el uno del otro, en muchos aspectos no solamente en lo sexual.
‒ Está bien, no te preocupes.
‒ ¿O quieres venir conmigo?
‒ De verdad, no te apures.
‒ Cuídamela, por favor.
No es como si se fuera a perder en la casa, la conoce de sobra, nada más que mi instinto protector sale a flote a nada por segundo. Dejarla con mi hermano no me afecta para nada, solo que me atare como a un imán.
‒ Con gusto hermano, me llevo a esta dulce mujercita a recorrer los jardines.
Camino hacia el despacho y ellos se dirigen al jardín, me detengo y volteo, no despego la vista de ellos hasta que atraviesan la puerta del patio que da al jardín, Jillie se encontraba en la sala con Gabriel, se les notaba muy compenetrados, no quise interrumpirlos, el acariciando su cabello y ella apoyada en su hombro, que bonito es el amor. Dejé a todos en sus asuntos, fui en buscar de papá hacía su despacho, no lo encontré por ningún lado, se me hizo raro que no nos recibiera en la entrada. No estaba, supuse que aquí lo encontraría.
De regreso a la sala, tomo camino hacía el jardín. Jeremy se encuentra al lado de Olivia, no alcanzo a escuchar que le dice, ella sonríe y afirma, toma de un vaso que tiene en la mano. Me alarmo por un momento. No quiero que tome ninguna clase de alcohol, no es que esté controlando lo que haga, me preocupa cómo se pueda sentir después, la última vez se nos escapó de las manos. No quiero volver a pasar por esto. Me prometí que la cuidaría y me cuidaría a mí mismo. Llego a su lado y paso mi mano por su cintura. Muevo mi atención hacia el vaso del que está tomado.
‒ ¿Qué estás tomando? Se ve rico.
Me ofrece de su vaso y tomo un corto trago, sabe bien, dulce, acido, pero sin una pizca de licor. Soy buen catador, esta bebida no representa ningún riesgo.
‒ ¿Honestamente? no tengo idea, tiene buen color, buen sabor, no sé, algo delicioso que me sirvió tu hermano.
El aludido levanta las cejas, haciendo alarde de sus dotes de barman. Si pusiera un restaurante o un bar de seguro le iba de maravillas.
‒ Sangría natural con cero de licor, aunque lo pareciera ‒ contesta Jeremy ‒ cuando quieran les doy la receta.
‒ Wow, yo pensé que tenía por lo menos, vino tinto.
‒ Pasemos a la mesa, ya tenemos todo listo.
Las charlas en la mesa siempre aportan una buena dosis de humor por parte de todos los integrantes, la comida exquisita, entre la conversación salió el tema de la relación que acabamos de inicial Olivia y yo, recibimos felicitaciones de parte de todos, ahora faltaba decirle a los padres de Olivia, no tengo problema con ellos, solo que no le había dicho de su ruptura con Justin, pueda que se lo tomen muy apresurado, pero es el tiempo justo para los dos.
Papá se había disculpado en dos ocasiones diciendo que se sentía mal del estómago, en la segunda ocasión regresó con el rostro bastante desencajado, se le veía un poco pálido y ojeroso.
‒ ¿Le pasa algo a papá?
Pregunta Jeremy a mamá cuando papá se disculpó por segunda vez. A nuestros padres por lo regular no les gustaba molestarnos con referente a alguna molestia o por alguna enfermedad, pero por muy pequeña que fuera tenían el deber de decirnos, nunca se sabe la magnitud ni la gravedad de un simple estornudo, por eso nos extrañó que se levantara apresuradamente.
‒ Temo decirles que su padre se ha puesto un poco malo, lleva dos días con náuseas y mareo, solo lo he visto así en las dos únicas ocasiones que le di el resultado de mis pruebas de embarazo. Pero yo no estoy embarazada, por lo que no sé a qué se deba ‒ dice encogiéndose de hombros.
Se levanta con tranquilidad de su silla dirigiéndose al despacho donde había entrado papá. Jeremy se tornó de repente pálido, Jillie soltó un leve jadeo, mirándose con Olivia, las dos se levantaron de sus sillas, los que nos quedamos en la mesa no salíamos de nuestro asombro. Todos se habían enfermado de repente, ¿Serían los cocteles de Jeremy? ¿La comida? No lo creo, entonces.
¿Qué estaba pasando?.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, pronto seremos tres!