¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 45

‒ No te estoy pidiendo que te cases. Hay que ponerlo todo en perspectiva, a un hijo se le puede tener sin el vínculo del matrimonio, la responsabilidad es de dos, mi sobrino no va a formar parte de los hijos abandonados, si es de ser posible yo me haré cargo de él o de ella.

Estudia mi rostro como si lo viera por vez primera, está angustiado, lo reconozco, sé que en estos momentos puede sentir que está metido en un grave problema y de hecho lo está, pero un hijo no es motivo para desesperarse, tenemos todos los medios para hacernos cargo de él y sino los tuviéramos los buscaríamos. Se recuesta en la silla, concentrado en mí rostro, parece como si esté comprobando lo que le estoy diciendo.

‒ Conociendo a mis padres no dejaran que se lleve a su nieto a París. Tampoco voy a dejar que un hijo mío viva y crezca lejos de mí. Oh rayos, ya estoy hablando como si ya estuviéramos seguros de mi paternidad. No puedo creer que lo esté considerando.

Gabriel coloca una mano en su hombro, dándole ánimos, da dos palmadas y vuelve a acomodarse.

‒ No lo ponemos en duda, Jeremy, con lo que mis suegros quieren un nieto, me apuesto a que querrán que vivan con ellos.

‒ Eso suena mal, muy mal. Y luego está todo este rollo de las relaciones sexuales con alguien que no conozco. Estoy seguro de no poder hacerlo.

‒ No hay que descartar tal posibilidad. Serán unos cuantos meses, después del parto, se pueden divorciar, el niño adquirirá el apellido legalmente y listo.

Gabriel tiene bastante poder de convencimiento, suena algo muy lógico que debería hacerse, pero por ahí no va el asunto, si estamos frente a una casa fortunas debemos acabar con ella, no poniéndoselo todo en bandeja de plata.

‒ ¿Crees que debería hacerlo? ‒ dice Jeremy casi convencido de que eso es lo más factible‒pronto seré un hombre casado y con hijos.

‒ Ya te dije que no hay que precipitarnos, no hay que ahogarse en un vaso de agua, de mañana no pasa, ya están por confirmar mis sospechas, todo a su tiempo ‒ le quiero hacer entender ‒ tampoco puedo adelantarte nada hasta no tener la información fidedigna, debes tomar las cosas con calma, no dar ningún paso en falso. No puedes actuar apresuradamente, te necesito tranquilo, estamos aquí para ayudarte.

Estoy casi convencido de que Mirelle, tiene antecedentes penales en su país, mi corazonada no me puede fallar, si es cierto esto, estaríamos ante un caso internacional, algo que no nos puede salir mal. Mirelle es una rata de dos patas que ha querido enredar a más de tres incautos, su intento de querer atrapar un esposo rico le ha valido para romper dos distinguidos matrimonios en su país. No se puede salir con la suya. Sé que será un hueso duro de roer, lo que no sabe es que muy pronto caerá su máscara y será puesta en evidencia por el contenido del reporte final. Falta esperar que estos dos hombres hayan levantado cargos en su contra.

‒ ¿Tú crees que me voy a mantener tranquilo? sueño con esa mujer, me persigue, me atrapa y me amarra una soga al cuello, estoy perdido.

‒ Tal vez sean premoniciones.

Gabriel otra vez con sus ocurrencias. Con razón se lleva tan bien con mi hermana. Mientras tanto, trato de resolver el enigma de mi hermana. Y si ella es la que está embarazada, pues no tendríamos ningún problema, está a punto de casarse, tal vez ahora si se decidan y adelanten la boda.

Mamá entra a la sala, se dirige a la charola del té.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, pronto seremos tres!