¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 55

Que considerado, meto la mano para corroborar, muevo la cabeza afirmativamente, está perfecta. Lo miro con ansias pero no podemos llegar tarde al trabajo hoy será una jordana muy larga, me deja espacio para que me meta y en lo que el termina de sacarse el jabón corporal, me voy enjabonando, sale de la bañera alcanzando una de las toallas que se encuentran dobladas en el mueble y se la pone alrededor de la cintura. Toma una más pequeña y empieza a secar su cara y cabeza, la pasa por sus brazos y camina hacia la salida del cuarto de baño.

Wow, este hombre lo tiene todo, nadie tiene un cuerpo como ese si no se ejercita con frecuencia, no es corpulento como un fisicoculturista, pero tiene los músculos bien marcados y definidos. Se me hace agua la boca. Me incita a querer tenerlo nuevamente dentro de mí. Estoy actuando como una desquiciada sexual o como una ninfómana. No he dejado de pensar en sexo desde que estuve por primera vez con Owen y no exagero; de las veinticuatro horas del día, más del cincuenta por ciento lo pienso.

El agua de la ducha me parece grandiosa, cálida, recorre con suavidad mi adolorido cuerpo, sensación que no me desagrada más bien me recuerda las veces que lo hemos hecho, lo salvaje y deliciosos que han sido los encuentros. He vivido todo el tiempo engañada, creyendo que el sexo debía ser tierno y suave, no soy una inocente virgen, pero esto es totalmente nuevo para mí. Justin nunca me había hecho sentir así.

Me reprendo, no quiero volver a pensar en él, no quiero que arruine mi momento maravilloso con Owen. No necesito recordar a nadie más cuando estoy con él. Es como si mi mundo empezara a girar en torno a él, es atracción al cien por ciento, no me veo con otra persona. Termino de bañarme, espero a que se escurran las gotas de agua y toma la toalla para secarme aun dentro de la bañera. Salgo y voy a la habitación.

Lo encuentro totalmente arreglado, perfumado. Se acerca y me da un beso en los labios.

– Te espero abajo – dice encaminándose a la puerta – en quince minutos estará el desayuno.

– Está bien, en un momento bajo.

Después de colocarme la ropa, maquillarme y terminar de guardar mis cosas en el bolso, me encuentro con la penosa indecisión de no saber dónde colocarlo, opto por ponerlo en el sillón donde lo encontré, me aseguro que todo esté en orden, arreglo la cama tal como la vi al entrar, se me hace de mala educación dejarla desarreglada sabiendo que la persona encargada tendrá mucho trabajo que hacer en el resto de la casa, no sé cuántas personas se necesitaran para dejarla impecable.

Bajo las escaleras dirigiéndome a la cocina, traigo todo lo necesario para cuando salgamos hacia la oficina, encuentro a un Owen, frente a la estufa con delantal y espátula en la mano, está haciendo algo en la sartén, huele delicioso. Me acerco a su lado y alcanzo a ver lo que contiene la sartén, son huevos con tocino. Nada mal. Automáticamente se me abre el apetito.

La barra de la cocina que sirve de desayunador está acomodada con platos que contienen fruta picada, dos vasos con jugo de naranja.

– Toma asiento, en dos segundos estará listo – dice dándome un beso en la sien.

– Todo un dechado de virtudes – digo escaneando lo bien que se ve – ¿en qué te puedo ayudar?

– Ya está todo listo, solo falta servir el café, las tazas están en el segundo cajón del lado derecho de la alacena – señala con la espátula el mueble donde están guardados los utensilios.

Abro la puerta, tomo dos tazas, me dirijo a la cafetera para servir el café caliente, las llevo al lado de cada plato, no sé en qué lugar sentarme, a veces las indecisiones son por cosas minias, pero no puedo solo sentarme, sí es su lugar preferido y lo estoy ocupando yo, me quedo parada, voltea y nota mi indecisión.

– Siéntate donde quieras, es solo un ligero desayuno, por lo regular no desayuno aquí, lo hago solo los fines de semana, a veces.

– Está bien – tomo asiento del lado opuesto a él, me queda la vista de su ancha espalda – ¿Dónde aprendiste a cocinar?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, pronto seremos tres!