¡Jefe, pronto seremos tres! romance Capítulo 56

Me supongo que Anna es la encargada de su casa. Me digo que la poca ropa que traigo está bien en el bolso, es una pérdida de tiempo que se ponga a acomodar si en dos días me regreso a mi casa.

– Ahora soy yo la que te digo que no es necesario – digo convencida – solo serán dos días más.

– Yo pensé que te ibas a quedar más tiempo.

Me mira como si le hubiera dicho que me regresaba esta misma noche, yo no quería abusar y quedarme el fin de semana también, tenía muchas cosas que hacer, una de ellas era la conversación con Justin, era lo más indicado, le haría saber que no estaba dispuesta a dejarme amedrentar con su conducta posesiva e irritante, yo no era de su propiedad y dos meses eran suficientes para que se diera cuenta que por él no iba a estar esperando.

Nos dirigimos al trabajo, escuchábamos la música instrumental y nos besamos en cada semáforo cuando se nos daba la oportunidad. Dos adolescentes se quedarían cortos ante nosotros, quería beber de él como sedienta en un desierto, ya no hizo mención de mi estadía en su casa, me parecía lo correcto o que en dado caso él se quedara en la mía. Era lo justo.

Llegamos al edificio donde se encontraba el bufete, estacionó el auto y se dio la vuelta para abrir la puerta de mi lado, hiso trampa porque puso el seguro impidiendo que lo hiciera sin su ayuda, no era necesario, pero insistió en hacerlo. Nos tomamos de la mano entrelazando nuestros dedos, algunos nos miraron y siguieron en sus asuntos, no era algo para ocultar, estábamos iniciando una relación y los dos estábamos solteros.

A las diez y media de la mañana, suena el móvil anunciando una llamada entrante, veo la pantalla, estaba esperando esta llamada con un poco de impaciencia, cualquiera de los dos resultados, sería buena noticia. Oprimo el botón de contestar y me llevo el móvil a la oreja.

– Hola Jillie ¿Cómo estás?

– Hola Livy, bien ¿y tú? – Escucho la voz apagada de Jillie – ya salimos de la consulta, vamos de regreso a casa.

Su tono de voz no es muy alentador que digamos, puede que sean malas noticias para ella, pero si me encontrara en su situación trataría de pensar positivamente. No puede regresar el tiempo, no creo que le permitan cometer una locura, un hijo es una bendición.

– Muy bien, ¿Qué pasó? Cuéntame cómo salió todo.

– Nada, solo que la prueba salió negativa.

– Te lo dije, amiga – aun así su voz sigue en la misma tónica.

– Me hicieron otras pruebas de sangre, no nada más la de embarazo.

– ¿Qué salió?

– Solo tengo un poco de anemia, me mandó tabletas de hierro, vitaminas y en una semana me vuelvo a hacer los análisis para ver cómo sigue la anemia o si ya no está.

– Eso es perfecto, no vas a tener que sufrir con la dieta, muchas de las que has llevado contienen hierro.

– Me mandaron una dieta donde debo comer brócoli, espinaca, acelgas, carnes rojas y pescado.

– ¿Y tú porqué estás tan desanimada? Te pregunto por qué siento que estás a nada de ponerte a llorar.

– Gabriel estaba rezando para que de verdad estuviera embarazada, eso hizo que se decayera mi ánimo cuando salió la prueba negativa – hace una pausa – me dice que le vamos a echar ganas para la próxima.

Ya me decía yo que eso no era normal, si antes estaba preocupada por un posible embarazo ahora es al revés, el no estarlo le ha producido otra baja de ánimo, es que a veces uno no sabe ni lo que quiere.

– ¿Vas a venir hoy a la casa? – pregunta Jillie.

– No lo creo, estamos hasta el tope de trabajo y se me hará difícil ir a verte.

–Está bien, saluda a mi hermano de mi parte.

– Claro que sí, cuídense.

Terminamos la llamada. El resto de la jornada se sumerge en las actividades cotidianas del despacho, varias reuniones con los clientes acordados y una de urgencia, llegaron muchos correos electrónicos a la oficina, algunos nacionales y otros del exterior, entre ellos uno de París. Era el que estaba esperando Owen con un elevado grado de impaciencia. Las cartas estaban sobre la mesa, era poco el tiempo que le quedaba a Mirelle para que la pudieran apresar y mandar de regreso a su país, la orden estaba dictada y el mismo Owen a primera hora del día de mañana se presentaría con orden en mano en representación de Jeremy, al hotel donde se encontraba hospedada.

Me gustaría ver su reacción y la cara que pondrá al ver a Owen pensando que es Jeremy..

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