Owen se encuentra en su despacho lo escucho hablando por teléfono, me paro en la puerta para darle privacidad en lo que termina su conversación, me ve y me hace una señal para que me acerque. Me pasa un brazo por los hombros y besa mi coronilla. Apoyo la cabeza en su hombro, ahora soy yo la que está oliendo su piel, paso la mano por su abdomen y le causa cosquillas.
– Sí mamá, está aquí conmigo – me mira a los ojos – Sí, yo le digo, mañana nos vemos.
No alcanzo a escuchar lo que le contesta su madre. No es que esté interesada en la conversación, es solo que a veces se escucha involuntariamente.
– También te amo, mamá.
Cuando termina la llamada, guarda su móvil en el bolsillo y me pone de frente, la expresión de su cara no es muy alentadora que digamos, ¿habrá pasado algo con Jillie? por lo que me atrevo a preguntar.
– ¿Está todo bien?
–Sí, todo bien, Jeremy viene en un rato a firmar los documentos, mamá te manda muchos besos.
– Está bien, muchas gracias.
– Mientras, vayamos a cenar algo, tengo que reponer fuerzas – sonríe – y esperemos que Jeremy no se tarde mucho.
Sonrío y me regocija saber que me esperaba una muy buena noche, ya íbamos en el primer round. Vamos a la cocina porque de verdad me encuentro famélica, devoraría una vaca completa. Comemos directo del gran plato, el me da en la boca de comer y yo hago lo mismo, acabamos con todo el contenido, el tiempo pasa rápidamente y al terminar me pongo a recoger los utensilios y me dispongo a llevarlos al fregadero. Los quita de mis manos y los lleva él.
– Eso me toca a mí.
Lava el plato, los cubiertos y los pone en el escurridor, tomo una toalla para secarlos y colocarlos en su sitio, pone la cafetera y busca un plato pequeño, donde coloca unas galletas de avena. Llaman a la puerta. Nos quedamos viendo, me supongo que debe ser su hermano.
– Debe ser Jeremy, pero no sé porque no usa sus llaves.
– Yo voy.
Pues me imagino que no querrá encontrarnos en alguna indecorosa escena o interrumpirnos en algo.
Me dirijo hacia la sala para ir a abrir la puerta.
– Fíjate primero que sea él y ábrele la puerta de garaje, por favor.
Verifico por el panel de la cámara de entrada y efectivamente es él. Oprimo el botón intercomunicador y le hablo.
– Hola Jer, te voy a abrir la puerta del garaje.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Jefe, pronto seremos tres!